El mundo de los Gatos
— ¿Recuerdas que lo dejamos aquí?
— No, no lo recuerdo. Pero...— Me sonríe de oreja a oreja. Su rostro es el mismo de siempre, y su sonrisa también. Somos aquellos cuerpos jóvenes y sonrientes.
—Mira... — me da un pedazo de tela con la figura de un elefante. ¿Un elefante? Nunca vimos un elefante juntos ¿o si? Lo miro de nuevo, aun tiene esa sonrisa, una polera verde musgo, y collar que no puedo ver bien, y su sonrisa. Le respondo sonriendo.
—Ane, estás roncando. En realidad fue un solo ronquido pero bastante fuerte. ¿Qué tan aburrida esta tu historia? — Katty está al lado mío, casi puedo ver su cara encima de mi frente asomándose al manuscrito que estaba leyendo.
— Creo que no dormí bien. Me siento cansada.
— Eres libre de tomar todo el café que quieras. ¿Entonces no es el manuscrito? ¿De qué trata? No parece muy interesante y ya vi un error gramatical...aquí... — Apunta con su lápiz y lo encierra en un círculo.
—La verdad empezó muy aburrido. Pero se estaba poniendo algo interesante. Otra historia de amor adolescente, la verdad nada original. Creo que te haré caso y tomaré un café. ¿Quieres que te prepare uno también?
—No, aún no termino el que me hice al llegar.
—Buenos días. Les traigo tres nuevos sobres. ¿Dónde los dejo? — Gina, la recepcionista entra a nuestra oficina.
—Por favor pon un en cada escritorio. Miro el que me tocó está rotulado con el número 95.
—¿Creen que lleguemos a cien participantes? — Comentó.
— Aún quedan dos horas para que se cumpla el plazo, es posible. Sería un buen número. Me alegra ver que aún hay interés por escribir en este país — Dice Cristian — La historia que estoy leyendo no está nada mal, bien escrita, algo misteriosa con un toque de fantasía, no es mi estilo favorito pero al menos no me he quedado dormido. — Me da una sonrisa — Sabes podrías dejar de leerlo si esta muy mala la historia.
— Quiero darle la oportunidad, pero si hasta la mitad no le veo futuro a la historia tal vez lo haga, pero saben que me estresa no terminar un libro, por muy malo que sea.
—Tus conductas obsesivas de querer terminar lo que empiezas — se burla Cristian, pero lo hace en un tono amable. Es verdad, si no termino lo que empiezo luego sigo pensando que debo hacerlo y no puedo estar tranquila. Terminó de hacerme el café y pasó al lado del escritorio de Katty, está lleno de sobres y no tiene espacio para nada, incluso su café está todo el tiempo en su mano.
—¿Qué tal la novela que te toco? — Pregunto.
—Es de detectives así que la verdad no me estoy aburriendo, pero tiene algunas incoherencias de algunos hechos o pistas. No los explica bien al menos. Asi que me tome la libertad de dejar notas de observacion — Me muestra un bloque de hojas de color para pegar en el manuscrito.
—Esperemos que vuelva a recoger su obra y pueda leer tus observaciones. Ya sabemos que la obra que lee Katty no es la ganadora — comenta Cristian — Yo no pienso corregir nada gratis.
—Hey solo lo hago porque estoy entusiasmada, dudo que haga lo mismo con todas. O tal vez con otra que me llame mucho la atención.
—Yo también podría corregir algunas — opino — pero no tan a fondo. O tendría que gustarme mucho la novela para hacerlo gratis. De todas formas continuemos. Si me vuelvo a dormir despiertenme por favor.
