Ane

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                                                 ¿Perros? ¿Que es un perro?    


Al salir de la feria me quitó la máscara y la guardó en la cartera. Me molesta bastante perder un audífono, no porque no pueda comprarme otros. Si no porque debe estar con solamente uno, lo que hará que pueda escuchar el ruido de la ciudad mientras camino por sus calles. Personas hablando muy fuerte por teléfono, bocinas de autos, escapes de autos viejos, el sonido de los zapatos, los vendedores. Es demasiado para mi. Así que caminó lo más rápido posible, como si estuviera tarde a una cita.

El departamento en el que vivo es de alquiler, bastante simple en el tercer piso, apenas entra en sol por las mañanas pero es mi única queja. Los otros inquilinos son bastante amigables y tranquilos, tanto personas mayores como jóvenes. Vivo con mi única amiga, Eri, quien es esquizofrénica. Medicada y con tratamiento por su puesto.

Apenas me enteré de que Eri sufría de esquizofrenia como tres años atrás. Nunca vi ningún indicio de que algo pudiera estar funcionando mal en su cerebro. Era pequeña, apenas medía metro y medio, menuda y con unos enormes ojos azules, usaba su cabello corto como el de un hombre y usaba ropa deportiva todo el tiempo.

Trabajaba dando clases de Yoga en un gimnasio, en ocasiones a domicilio. Pero su sueldo no era suficiente como para poder independizarse de sus padres. Fue cuando le propuse vivir juntas, nos dividimos el alquiler a la mitad, y los servicios. Erin deseaba irse de su casa porque sentía que la sobreprotegen demasiado, el ambiente por parte de su madre y padre era insoportable, e incluso al mudarse la llamaban todos los días. Y en cuanto a mi, ya vivía sola mucho antes, simplemente vi la oportunidad de poder ahorrar algo de dinero extra y ayudar a Erin.

No me faltaba el dinero, pero era mejor prever. Tenía un trabajo soñado, en una editorial. Había terminado de estudiar Literatura y mi trabajo era corregir manuscritos, dar mi opinión sobre otros, crear concursos y actividades para incentivar la lectura. Lo último no era tan fácil. Pero me la pasaba leyendo o escribiendo, era cansador mentalmente e incluso me llevaba el trabajo a casa pero no me molestaba en lo más mínimo.

Cuando abro la puerta del departamento. Se que Erin estará ya estirándose en la sala en su colchoneta.

— Hola Erin.

— Ane. Llegas más tarde de lo normal.

Dejo mi abrigo y cartera en el mueble de la entrada, también saco mis zapatos. Y me dirijo a la cocina para prepararme un té.

—Me distraje en la feria que acaban de inaugurar.

— ¿Algo interesante?

—¡¿Qué?! Espera que no te escuche bien— Gritó desde la cocina. Vuelvo con mi taza de té y me siento en el sofá mientras Erin cambia a posición de loto.

— ¿Algo interesante en la feria?

— Mucha gente rara, me subí a la rueda de la fortuna. Una mujer mayor, parecía sin hogar, me dijo algunas cosas raras sobre leer mis ojos. Y luego me regaló un pelo blanco diciendo que era una puerta. Luego era como cualquier otra feria, bonita decoración de luces.

—¿Un pelo blanco? ¿Y qué hiciste con ese pelo?

—Lo guarde en mi cartera— Tomó un sorbo de mi té y me levanto para mostrarle el pelo blanco. Lo encuentro en el mismo bolsillo pequeño y se lo ofrezco a Erin.

—Esto es un bigote de gato— afirma Erin.

—¿Cómo lo sabes? — pregunto mientras me lo devuelve.

—Porque tenemos gatos — Miro a Erin, pensando que tal vez por primera vez veré un síntoma de su esquizofrenia. Tiene alucinaciones de que tenemos gatos en este departamento. Me mantengo en silencio mirando el bigote de gato. Intentando no hacer contacto visual con Erin. En ese momento algo se mueve a mi derecha, mi vista periférica ve un movimiento. Y un gato plomo salta al sofá, y detrás de él un gato blanco. Miro a los gatos sin saber que hacer, son gatos adultos, o gatas.

El mundo de los GatosWhere stories live. Discover now