CINCO

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«No permitas que la ira te ha lastimar a quienes amas»

Sí, es él, el hermano de Derek, problemático o involucrado en asuntos turbios, con el que desde hace años no se habla, y de hecho se vino a estudiar aquí para evitar que este lo involucrara en sus asuntos.

—¡Si algo malo le ocurre a él, te juro que te romperé las piernas!

—¡Vaya! Eres una cosita bonita y muy violenta —en todo este rato de forcejeo con los dos mastodontes no logro que aflojen ni un poco—, debes estar tranquila, doble D se encuentra en óptimas condiciones, bueno... un poco maltratado, pero bien en términos generales.

—¡Maldito! ¿Qué es lo que quieres?

—Un poco de colaboración nada más, aunque puedes culpar a tu noviecito por hacerte venir hasta aquí —Al final los dos gorilas me amarran para poder controlarme—. Me disculpo por eso también, me dijo un pajarito sobre tu propensión a dar golpes sin aviso y con esta pequeña muestra me confirmas que debo mantenerte de esa forma.

—¡Hijo de puta! Espera a que te ponga las manos enci... —me tapa la boca con cinta y me llevan arrastras adentro del lujoso yate.

Por dentro la opulencia es innegable y no logro entender qué puede querer este idiota de Derek. Lo primero que veo al entrar es a Derek frente a un computador con la ceja partida, mal curada y la mandíbula de lado izquierdo no está en las mejores condiciones, seguro de algún puñetazo que le dieron.

—Enciendan el motor y salgamos de aquí, la fiesta va a empezar. —ordena David a los dos mastodontes.

Mi corazón se acelera y con el subidón por fin me zafó de las garras de los matones y corro hasta él. Me ve con una expresión incrédula y luego me abraza, aquí mi rabia se disipa por unos segundos, segundos que aprovecho para tomar del escritorio un cúter y esconderlo entre mis manos.

—¿Hope, qué... qué haces aquí...? —pregunta desconcertado al separarnos.

—Te prometí que la traería para ti, para ver si así te sientes un poco más motivado.

—David, por favor déjala ir, haré lo que quieras...

Niego, arrancándome la cinta de la boca.

—No tienes que hacer nada por mí, no sé qué carajos pasa, pero no lo hagas Derek.

«Maldición, el yate se mueve, nos alejamos del puerto y eso no es bueno».

—Claro que tiene qué hacerlo, cuñadita —David me sujeta por el cabello, me separa de Derek y me apunta en el abdomen con un arma—, te explico un poco, solo porque eres familia, verás... mi querido hermanito tiene ciertas habilidades y digamos, conexiones que pueden hacerme un hombre libre y rico; solo debe ingresar el maldito código que libera mi dinero de la cuentas del FBI, transferir el dinero y hacerme desaparecer del sistema —a la vez que David explica, Derek teclea como loco poseso en la computadora—. Con su nuevo puesto y la asociación de Safety Eletronic con esa agencia gubernamental le da el acceso a mi petición. ¿Verdad que es muy fácil? Estoy a un clic de salir de sus vidas para siempre.

—Pude liberar el dinero, pero para borrar tus antecedentes necesito más tiempo.

Aprovecho su explicación para ganar tiempo y cortar las bridas con el cúter que me robé, y logro sorprenderlo, agarrándole la mano con la que me apunta para desarmarlo. Giro aun con mi cabello en su otra mano y le retuerzo la muñeca con el movimiento lo que lo obliga a soltarme.

—No bebiste distraerme, cuñadito —el veneno que sale de mis labios al citar el parentesco es evidente, apunto a su cabeza y él sube las manos en rendición—, ¿sabes...? nunca tuve un hermano, pero si todos son como tú me alegro de no tenerlo.

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⏰ Last updated: Apr 08 ⏰

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ReprimidaWhere stories live. Discover now