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— ¿No era por allí? — Señalé a claramente un letrero que decía la capital. —Tomaremos un desvío—  Le quitó toda importancia Nayeon. —Primero hay que probar una fruta exclusiva de un bosque por aquí— Seguimos caminando detrás de ella.

—Nos dijeron que te lleváramos, pero no especificaron ni cuándo ni la ruta— Empezó a levitar, siendo un indicio de que nos habíamos perdido, cosa que había estado siendo común con su guía.

—Creo que recién lleguemos donde quiere ir, podríamos practicar un poco— Explicó Jennie. —Estamos oxidadas pero somos los mejores seres para la magia— Estiró sus manos.

— ¿No han peleado en serio? — Pregunté. Pensándolo ella.

— ¡Es hacia el oeste! — Gritó Nayeon, bajando nuevamente.

—Creo que en la guerra contra las encarnaciones nos pusimos en serio, pero éramos tantos y fué tan fácil que tampoco sería ir muy en serio— Vimos ambos tocar tierra a Nayeon.

— ¿Subiste muy alto esta vez? — Se burló Jennie, siendo una broma recurrente, ya que mientras más perdida, más alto subía.

—Un día de estos voy a lanzarte una maldición— Empezó a caminar sin voltear a verla. — ¿Maldición? — Pregunté a ambas. —Antes de la segunda guerra contra las encarnaciones, los elfos podían usar maldiciones, hechizos completamente malignos— Explicó Jennie.

—Era una forma de descargar los malos sentimientos una vez cada tanto— Nuevamente empezó a recordar. —Una vez cada cien años solía ser lo habitual— Alzó un dedo recordándolo bien.

—Nayeon, cuando peleaste contra el modo berserk fallido del chico, ¿Te obligó a ir en serio? — Dió un par de pasos, poniéndose a su lado.

Negó con un sonido. —Pero si le soltamos el freno, y el deja que su alma tenga completo control, quizá nos obligue a pelear en serio— Me miró.

—Es como aquel rey espíritu de la guerra, no es tan fuerte, pero es rápido y resistente— Paró, haciendo que ambos más pararamos.

—Aunque tiene una fuerza anormal para ser un chico, de la futura encarnación de la guerra es más normal… — Me miró intrigada. Luego a Jennie.

— ¿Siempre tienes activa esa barrera? — Le preguntó ahora viéndola de cerca. Asintió.

—Pégale fuerte— Me indicó, dejándonos sin entender tanto. —Van a estar bien ambos— Le quitó importancia.

—Me coloqué con algo de espacio, mandando un golpe con fuerza, sin nada más añadido, notando un muro.

Pero al ver mi mano no tenía ningún daño. Nayeon se acercó a verme la mano también. —Eso es nuevo— Miró detalladamente. Luego miró a Jennie, copiando mi golpe, pero notándose visiblemente que se partió la mano.

Curandola de inmediato. —Te iba a advertir que eso iba a pasar— La miró Jennie. —Sigo sin entender como puedes curarnos tanto sin el cabello amarillo— Luego pasó a verme a mi.

Subí mis hombros sin entenderlo tampoco. —Abrazala— Indicó Nayeon mientras se resentía la mano ya recuperada.

Seguí sus instrucciones, ahora no habiendo nada, más bien, antes estuve cerca y tampoco sentia nada.

—Es una barrera mágica, crea dos corrientes de maná, van en direcciones contrarias, así que si yo lo deseo nada puede atravesarlo, pero algo rápido tampoco lo podría hacer— Miramos a Nayeon aún mirando sus dedos.

—Creo que ya estamos listos— Empezó a caminar aun viendo que su mano estuviera bien. —Nunca me había hecho tanto daño, no al menos desde la guerra— Cerró su puño, finalmente caminando normalmente.

—Yo me he partido casi todos los huesos al menos una vez ya— Les dije a ambas, mirándome raro. —Al menos aguantas bien el dolor— Suspiraron a la vez.

— ¿Qué debería aprender primero? — Me miró más intrigada Jennie. —Debería aprender a controlar del todo la auto potenciacion, luego dependiendo de como lleve la magia, la <Nova> — Indicó Nayeon.

—Puede que sea tu especialidad, pero él es un humano— Mi vista iba pasando de la una a la otra desde detrás, teniendo la sombra de cientos de árboles altos.

—Si puedo usar un hechizo de tal gasto, al menos canalizarlo no va a ser tan difícil— Le quitó importancia.

— ¿Puedes notar su maná? — Le preguntó, haciendo que me mirara raro. Negó. —Cuando intenté comprobarlo, sentí un agujero, tiene algo raro entre su alma y cuerpo, pero al menos parece tener nuestra absorción—  Seguían hablando de cosas que aún ni había escuchado nombrar.

— ¿Alma? — Pregunté, haciendo que ambas me vieran. —Es tu parte espiritual, sin ella no podrías usar magia— Explicó, pero eso si lo sabía.

—Como tienes problemas para usar el berserk, significa que tu alma tiene algo raro para tu cuerpo, pero lo normal es que directamente no puedas desatar nada— Seguimos caminando.

— ¿Eso significa que no debería usar esto? — Cuestioné, materializando mi espada delante de ellas, parando todos en seco.

Nayeon intentó tocarla, repeliendola simplemente, alejándose a la par que intentaba acercarse.

Ya que estaba yéndose demasiado lejos, simplemente la hice volar rápido hacia mi mano, viéndola ambas sorprendidas.

— ¿Puedes controlarla del todo? — Nayeon volvió a acercase, viéndola detalladamente. Cambié su forma, siendo ahora una lanza.

—Si es una habilidad basada en el alma, debería de cortar esto— Juntó sus palmas. —Nova— Suspiro diciendo aquello, separando las manos, habiendo una pequeña bola levitando entre sus manos.

—Aunque es una habilidad mágica, puedo imbuirle parte de mi alma directamente— Explicó, empezando a tornarse del negro más profundo qur había visto, a la par de empezar a haber algo azul a su alrededor, pero ni aquello lograba cambiarle el color, solo lo rodeaba.

—Nayeon, para— Jennie se puso en medio. —No tiene casi maná, es solo un pedazo de mi alma— Explicó.

— ¡Si le das con eso vas a matar su alma! — Aquella bola empezaba a hacerse más grande y atraer más luz azul a su alrededor.

—Te va a matar a ti si no te quitas— Finalmente soltó aquella bola, yendo lento.

Kollision - Sana & Tú.Where stories live. Discover now