｢𝑷𝒓𝒆𝒕𝒕𝒚 𝒂𝒏𝒈𝒆𝒍°𝑾𝒊𝒏𝒓𝒊𝒏𝒂｣

｢나비 0.0.1｣

559.

      Aprendí a observarla en silencio, a las lejanías de mi alcance, me volví su admiradora, su sombra, su idolatradora, y su hombro para apoyarse cuando él le hacía algo.

      La primera vez que ella se refugió en mis brazos, fue en una fiesta de cumpleaños de una hermana de la iglesia, ella estaba sentada a mi lado, en la grande mesa, y el la acompañaba del lado contrario, y todo parecia normal, hasta que logré observar que en la pierna de ella, la mano de el estaba apoyada en su muslo y lo acariciaba.

      Mi rostro se tornó rojo, y lo único que supe hacer fue morder mi labio hasta sangrar, me odio tanto por no haber gritado que el la estaba tocando, me odio por haber permitido que un ser tan puro como ella fuera tocado de una forma tan repugnante.

      En cuanto la cena termino, ella corrió al baño y yo la perseguí, le suplique que abriera la puerta del baño pero ella se negaba, en la puerta del baño lograba escuchar una palabra que ella se repitió por año sin piedad "Estoy sucia, minjeong"

      Yo solo suplicaba que abriera la puerta, pero ella solo seguía repitiendo aquella palabra "Te recitare un poema si te hace sentir mejor" recuerdo que le dije. "El mar se mide por olas, El cielo por alas, Nosotros por lágrimas. El aire descansa en las hojas, el agua en los ojos, nosotros en el nada. Parece que sales y soles, nosotros y nada" en cuanto termine, escuché como la puerta se abría y ella se abalanzaba a llorar en mi pecho.

      Yo con temor de que mi toque la dañará, coloque mis manos en su espalda y la acaricie suavemente de arriba hacia abajo.

      Ella solo se repetia lo mismo, y yo no sabía formular palabras, ahora sí pudiera revertir el tiempo, le juraría con la mano en el pecho que ella no estaba sucia, sucio era el por tocarla, asqueroso era el por haberla tocado, el era el asqueroso no ella, ella era un lindo ángel, no un ser sucio.

      Pero es demasiado tarde, después de aquella cena, me prometió jurarle que no le diria a nadie lo que pasó, y yo como un perro fiel a su dueño le jure que nunca lo haría, tal vez si le hubiese contado a todos lo que sucedió ella ahora me estaría odiando, o tal vez estaría agradecida, pero estaría ocupando una parte de mi aire.

      Para mí ella era como una muñequita de porcelana, tan delicada, que sus propias lágrimas la dañaban, y por eso odiaba verla llorar, pero eso fue lo que más pude observar de ella.

      Karina, su nombre real era Jimin, pero a él le gustaba Karina porque así se llamaba su difunta esposa, y yo odiaba con mi alma escuchar que todos la llamaban así, porque ella también lo odiaba.

      Incluso una vez hundió su rostro en mi cuello y lloro ahí hasta quedarse dormida por qué, el repetía que ella era la copia de su madre.

      Pero yo me atrevía a decir que ella era mucho más que una copia.

      "Solo existo para ser el remplazo de Mi madre minjeong" me murmuro entre lágrimas.

      "No lo eres, eres Yu Jimin, Yu Jimin, nunca olvides quien eres" yo dije eso, sabiendo que yo me olvidé por ella.