El señor Chankimha estaba frente a mí, me miró por un momento y sonrió. Tal vez se había dado cuenta de lo que sentía, algo que poca gente notaba.

"Cuando Becky llegó a nuestras vidas, era muy pequeña. Había sobrevivido a un accidente en el que su familia murió. Fue un shock. Durante un año, no emitió palabra alguna, ningún sonido. Su mirada estaba perdida. Día a día, se refugiaba en una cabaña donde había herramientas, y se quedaba ahí durante horas hasta que su mamá o su abuela iban a buscarla. Era su lugar seguro" - comenzó a contar el señor Chankimha.

"Freen no entendía muy bien por qué una niña ahora vivía con nosotros de la noche a la mañana, pero siempre le regalaba una sonrisa e intentaba jugar con ella. Sin embargo, Becky siempre la rechazaba y la encontraba molesta. Freen, al darse cuenta de dónde se ocultaba, comenzó a dejar sus juguetes favoritos con la esperanza de que Becky se sintiera mejor, pues siempre la veía llorar" - continuó.

"Con el tiempo, Becky fue confiando en Freen. Con ella, hablaba. A ella le había regalado su primera sonrisa. Cuando había tormenta, ambas se acompañaban. No era necesario alertarnos por no encontrarlas en sus respectivos cuartos, pues a mitad de la noche se escabullían para meterse en la cama de la otra y hacerse compañía" - relató el señor Chankimha.

"Pasaron los años y sus peleas eran absurdas cuando eran adolescentes. Ahora, como adultas, son más estúpidas. Pero por más que intentan estar lejos una de la otra, no pueden. Su conexión es tan fuerte, tiene la gravedad de un imán atrayéndose con una fuerza irresistible. Es un lazo que no se rompe, algo que nosotros, como su familia, tampoco entendemos" - menciono.

"¿Por qué las obligo a casarse?" - pregunté al señor Chankimha.

"Freen me confesó que amaba a Becky cuando eran adolescentes. Habló conmigo seriamente, diciendo que deseaba casarse con ella a esa edad, lo cual era imposible. Le propuse que se casaran cuando Becky iniciara la universidad, y ambas accedieron. Pero algo pasó... Freen comenzó a alejarse de Becky, la trataba horrible, no hablaba más con ella, se encerraba en su cuarto. Creí que obligándolas a casarse, Freen volvería a ser la misma con ella. Y entendí hace poco por qué Freen se alejó. Quería proteger a Becky. Si algo le pasaba a Freen, Becky sufriría y tal vez dejaría de hablar, como cuando eran unas niñas. Cargaba con un enorme peso" - explicó el señor Chankimha.

"Entiendo tu sentir, señorita Saint-Clair. Tu mirada expresa mucho. Intentas ser fuerte. Esto no es para que te alejes o pienses que la única que merece a Rebecca es Freen. No intentes entenderlas. Si Rebecca se ha enamorado de ti y es feliz, solo desearía que la cuidaras" - concluyó el señor Chankimha.

El señor Chankimha era realmente perceptivo. Podía ver a través de mí y entender el conflicto interno que estaba experimentando. Sentía un enorme peso en mis hombros mientras luchaba con mis sentimientos por Becky. Estaba profundamente enamorada de ella y deseaba una vida juntas, despertar cada mañana a su lado. El simple hecho de que mencionara la posibilidad de tener hijos Juntas me llenó de felicidad. Pero, ¿sentía ella lo mismo?

La conversación con el señor Chankimha había sido larga y profunda. El tiempo había pasado volando y ahora estábamos a solo minutos de aterrizar en Italia. No había movimientos extraños ni sospechas por parte de Heidi o Jane. Seguían con sus vidas como si nada, sin tener la menor idea de que las habíamos encontrado, podíamos continuar con nuestro plan sin interrupciones.

Cuando aterrizamos cerca de las 9 de la mañana, los agentes contratados ya nos esperaban. Nos informaron que Heidi y Jane se encontraban en unas cabañas en los suburbios y nos tomaría media hora llegar. Habíamos informado a la policía y a los agentes internacionales, y el proceso de extradición seria rápido debido a la influencia de mi familia en el país.

Al llegar a las cabañas, todo el perímetro estaba debidamente cubierto y todo estaba coordinado. El señor Chankimha quería hablar con ellas antes de trasladarlas, así que caminamos hasta la enorme cabaña donde se encontraban. Tocamos a la puerta y en cuanto Heidi la abrió, su rostro mostraba shock. Sus pupilas se contrajeron y trató de cerrar la puerta, pero nosotros la empujamos y entramos a la fuerza. Mis hombres se mantuvieron fuera para asegurarnos de que nadie escapara. Heidi lo notó y no hizo ningún otro movimiento.

"Cariño, llegó la comida" - decía Jane mientras salía de la ducha. En cuanto nos vio, su semblante cambió al instante.

"Saben que están en serios problemas. Están acusadas de fraude, desvío de fondos y falsificación de documentos" - les informo.

"Freen firmó ella es la responsable de todo. Cedió todo su patrimonio" - gritó Heidi.

"A base de engaños. Y tengo a los mejores abogados trabajando en ello" - dijo el abuelo. "Pero ustedes han dejado tanta evidencia que no podrán salvarse".

"Mi demanda contra ustedes está hecha por desvío de dinero" -  añadí.

Ambas me miraron con odio y sus rostros reflejaban pánico.

"Sé que hiciste todo esto por querer vengar a tu abuelo. Piensas que fui el culpable de que se fuera a la ruina, pero la realidad es que él estaba metido en problemas con gente peligrosa debido a su adicción a las apuestas. Comenzó a desviar fondos de nuestra empresa, y cuando lo descubrí, no quise mandarlo a la prisión porque éramos viejos amigos. Solo retiré las inversiones. Él fue el único causante, Heidi" - le dijo.

"¡CÁLLATE! No hables de mi abuelo. Nunca... nunca estuvo en el mal camino. Por tu maldita ambición, le quitaste las inversiones. Tú crecías en el negocio mientras él enfermaba por estar perdiéndolo todo" -  gritó Heidi.

"Tengo los documentos que lo prueban, pero quién diría que su adorada nieta era igual. Podría dejarte libre por esa vieja amistad, pero te metiste con Freen y arruinaste su vida. Eso nunca te lo perdonaré. Quiero que te quedes encerrada de por vida, que te pudras y sufras lo que ella sufrió. Nada te podrá salvar" - dijo con rabia.

"Y tú, no sé en qué momento te perdiste. Tenías todo" - miro a Jane.

"¿Todo? Siempre has preferido a Freen. Le diste el control de todo, incluso preferiste a esa maldita huérfana" -  respondió Jane.

Todo parecía ir en cámara lenta. El señor Chankimha levantó su mano y propinó una fuerte cachetada a Jane, dejando su mejilla roja.

"Maldita sea, Jane. Tenían las mismas acciones, tenían la misma cantidad de empresas para dirigir. Tú en el extranjero y ella en Bangkok. No había una maldita preferencia. Y no vuelvas a hablar así de Rebecca. Tal vez no sea mi nieta por sangre, pero es importante para la familia" - dijo el señor Chankimha con enojo.

"Abuelo, perdóname. Me dejé convencer por Heidi. Fue ella la que me envolvió con sus palabras, me hizo odiar a Freen y a Rebecca. Ella es la única que planeó todo, abuelo. Por favor, no quiero ir a prisión" - suplicó Jane.

"Eres una idiota, Jane. Ambas planeamos esto. Nunca has querido a tu familia. Siempre quisiste que Freen muriera para quedarte con todo. Tú planeaste una operación falsa" -  gritó Heidi a Jane.

Otra cachetada sacudió la otra mejilla de Jane, y vi varias lágrimas en los ojos de su abuelo. Sabía que le dolía, ya que era su nieta directa. Era duro presenciar esa escena.

"A partir de hoy, ya no existes para mí, Jane. Ya no eres parte de la familia. Recibirás el mismo castigo que Heidi. Lo siento mucho por tus padres. Mi hijo estará decepcionado" - sentenció el señor Chankimha.

Jane se quedó allí, tocándose la mejilla, con varias lágrimas, pero su abuelo ya no creyó en sus palabras.

Las lágrimas del señor Chankimha brotaron de inmediato. Me indicó que saliéramos y solo asintió, dándome la orden de que la policía y mi personal se las llevaran.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now