Capítulo 7

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Rayne tomo mi mentón con una mano, haciendo que me callara pues seguía tartamudeando como loca.

—Tal parece que no eres una maga simple como dijo Ryoh. —lo fulmine con la mirada. —No sé qué mierdas paso en esa clase, pero por ahora tu pellejo está a salvo, no obstante, debes de procurar no ser tan imprudente como lo acabas de hacer.

Asentí con la cabeza, presiono sus dedos en mis mejillas en estos momentos yo ya no sé quién soy y que carajos hago aquí, cuando me mira de esa manera una manera diferente, cuando estamos al ojo del público ni me voltea a ver, pero estando solo los dos juntos es lo único que hace y me pone tan jodidamente nerviosa.

Al soltarme le di la espalda, coloqué mis manos en la cómoda calmando los descontrolados latidos de mi corazón que rebotan en las cortillas con ganas tremendas de salirse de su lugar. Mire al espejo notando que Rayne también me estaba dando la espalda, sus manos las paso por su cabello bicolor.

—¿Cómo es que sabes de esas pociones? —miro sobre su hombro. —Tengo entendido que no se les explica eso en la academia.

—Yo...

Calle un momento, no se si realmente decirle la verdad. Aunque a este punto debo de admitir que me ha ayudado, no sé qué razones tenga o porque lo hace, tal vez sea porque soy amiga de su hermano.

—Logré leerlos en unos libros que encontré. —me gire recargando mi cadera en la cómoda. —Eran libros viejos, de los cuales no están en existencia en las bibliotecas de aquí. Pero si me grave algunas cosas, y si preguntas por esos libros, son polvo ahora ya que mi hermano accidentalmente prendió fuego al pequeño estante de libros que teníamos.

—Puedes vender esa información a los magos obsoletos. —giro para estar ahora frente a frente. —Muchos pagarían bien por información como la que tu tienes en las manos.

Los magos obsoletos son aquellos cuya varita fue revocada, quedándose sin la capacidad de usar magia. Son magos perversos que son capaces de matar a sangre fría, usando la magia para cosas malas o bien prohibidas, ellos son las personas que están en las afueras de la ciudad, un pequeño y casi abandonado pueblo. Las personas que acuden a ellos van en búsqueda de algún remedio para tener hijos, tener mas poder o bien obtener algún veneficio en base de pociones. Pero, las pociones que son prohibidas hasta el momento esos magos las desconocen.

—Tal vez, pero yo no requiero de dinero. Prefiero conservar mis conocimientos y usarlos cuando yo lo vea necesario u oportuno.

Ni él ni yo apartábamos la mirada, Rayne fue acercándose poco a poco hacia mí. Yo no podía retroceder hacia atrás pues esta ese mueble, pero si a la izquierda o a la derecha, sin embargo, mis pies no reaccionaban.

Probablemente cinco centímetros mas o menos era la distancia que teníamos entre los dos alcé mi rostro, la estatura de ambos era algo notoria yo le llego a la altura de su pecho.

—No termino de descifraste Naya, lo eh intentado, pero eres alguien misteriosa.

—Misteriosamente rara o misteriosamente simple. —Rayne negó con su cabeza.

—No, un misterio que quiero descubrir, conocer, explorar.

Quería decir algo más, pero decidió callarse, yo no sé a qué viene ese comentario o el por que es que me lo esta diciendo. Que jodidos quiere saber de mí, si muchos saben mas de mi vida que yo misma, si Rayne quisiera pudiera investigarme, pero sé que no encontraría nada interesante de mí.

—¿Te has fumado algo Rayne? Porque me dices eso. O es que así es como sueles conquistar a otras magas que babean por ti o se desbaratan para que les digas al menos un hola por los pasillos.

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