Jueves, 07:15am - Otro jueves

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Advertencia de Contenido: A partir de este capítulo, la trama tocará el tema del bullying (acoso escolar) y habrá uso de lenguaje soez.

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El profesor del taller de programación no llegó a clase. De haberlo sabido me hubiera quedado en casa intentando descansar un rato más o para evitar la lluvia que azotaba la ciudad desde la madrugada.

Después de aquel sueño no pude seguir durmiendo, aterrado por lo que sea que estuviera al otro lado del espejo, aterrado por lo que me pudiera estar pasando.

Mis compañeros platicaban y bromeaban, no llevábamos ni una semana de clases y los diferentes grupitos de amigos ya comenzaban a formarse, mientras que yo ni siquiera sabía sus nombres.

Salí del salón sin llamar la atención, y me recargué en uno de los muros mientras observaba la lluvia. El cielo era de un color gris tan oscuro que dejaba en claro que la lluvia no se iría a ningún otro lado.

«¿Fuiste llamado?», preguntaban todos los profesores en su primer día de clases, y como obedientes corderitos todos decíamos que no.

«Es política de la escuela», dijo el profesor de español. ¿Política de la escuela?, ¿en serio?, ¿por qué habría de importarle a la escuela si alguien era hechicero o no?, y aunque fuera por algún asunto de seguridad, ¿qué les hacía creer que un hechicero les diría si lo era o no?, ¿cuántos estudiantes hechiceros no habría en asta escuela?, ¿cuántos les habrían dicho que lo eran?

Entonces recordé a la chica que mencionaron el otro día. Una chica que seguramente se confió y admitió haber sido llamada, poniendo, sin saberlo, una gigantesca señal sobre ella, ¿Le habrían hecho la vida imposible solo por ser quien era?, ¿Habrá padecido la escuela más que disfrutarla?, dicen que desapareció, que nadie volvió a saber de ella después del verano, que su madre se paraba a diario afuera de la escuela, esperando que saliera. ¿Se habrá fugado?, ¿habrá muerto?, nadie parecía querer sacar el tema a colación, salvo algunos cuchicheos entre alumnos de semestres más avanzados.

Cuando fue claro que el profesor no llegaría, tomé mi mochila y corrí hasta la biblioteca, no abriría hasta las nueve, pero al menos podría quedarme en el vestíbulo y recostarme en uno de sus sillones junto a recepción.

Crónicas de Luna 1. El llamadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora