Sábado, 01:00am - Duele

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Creo que desde el principio ya sabía que no le diría nada a Lizzie.

Si alguien me hubiera dicho quince días atrás que ser hechicero dolía tanto, no lo hubiera creído. Una cosa era el dolor físico que sentí durante la primer semana, pero lo que sentía en ese momento por dentro era mucho peor. Algo en mí se había roto después de haber visto a los Alfas peleando contra aquel demonio, en internet decían que se presentaban al poco tiempo con el hechicero recién llamado para acompañarlo en el proceso de transición, pero nadie se había acercado a mí y, encima, una de ellos me había atacado, ¿y si no sabían que había sido llamado?, ¿y si creían que no valía la pena?, ¿y si había sido un error?

De día podía ocuparme en otras cosas para mantener mi mente despejada, pero de noche una sombra de pensamientos negativos invadía mi cabeza, y la única computadora de la casa estaba en la sala, así que ni siquiera podía salir a seguir leyendo sobre los hechiceros.

Tras dar varias vueltas en la cama, decidí prender la luz de la lampara de noche y observé mi brazo: a simple vista parecía normal, pero de vez en cuando podían verse negras líneas que se movían como gusanos a placer por mi antebrazo. Un ataque de ansiedad amenazaba con cortarme la respiración, pero debía ser fuerte, no podía dejar que aquello me venciera.

Crónicas de Luna 1. El llamadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora