(G͜͡o͜͡k͜͡u͜͡ & C͜͡h͜͡a͜͡r͜͡l͜͡i͜͡e͜͡ ) La princesa del Infierno Y El Sayayin.

Capitulo 5: Un tropiezo poco afortunado.

Su intento de recuperar el libro, no resultó de la manera que Goku hubiera esperado ya que al sentir el gran poder que se resguardaba dentro de ella, creía que pelearia de una manera aceptable.

Es por eso que en precaución utilizo su Fase número uno de Súper Sayanjin al 76% de su poder para un combate de prueba al no conocer a su oponente.

Se había preguntado que es lo que haría ella primero: ¿Empezaría con un ataque directo? ¿Con alguna técnica desconocida que no hubiera visto antes? ¿Un Intento de distracción? ¿Bloquearía primero sus golpes estándo a la defensiva? ¿Acaso lanzaría un ataque de larga distancia para luego tomar el libro o será que iría a por el y luego a por el libro?

Tantos posibles movimientos en tan poco tiempo, ¿Cual era el que utilizaría?.

Estaba esperando pacientemente que se levantara y diera el primer golpe ya que apesar de todo no olvidaba de que estaba ante una chica y por mismo el recordó un dicho ya dicho:

"Las damas van primero" - con tono elegante.

Sin embargo a pesar de tanta espera ella no hizo ningún moviendo dandole un desconcierto a este noble guerrero.

No bajo la guardia en ningun momento ya que podría tratarse de un mero engaño el cuál no había notado.

De rodillas y desesperada Charlie rogaba que el no le hiciera nada ya que en parte lamentaba haberse metido con la persona equivocada.

Los minutos ya pasaban y ahora la lluvia sesaba, el cielo más claro se puso y el ambiente ahora cambio como si hubiera sido obra de un brujo.

Pensando en atacar primero ya que ella no hacía nada levantó su brazo apuntando directo a la cara.

Charlie vio eso asombrada y cerró los ojos esperando ese golpe doloroso cubriendose su rostro.

Pero para Goku todo esto ya no le parecia nada justo por qué claramente viendose el mismo, el era el injusto.

Desactivando esa aura brillante y deslumbrante hizo que su cabellera de antes ahora dorada y herizada se volviera oscura y despeinada al igual que una palmera en la playa. Sus ojos que antes eran de color azul como el cielo se volvieron del mismo tono que su cabello.

Extendiendo la mano se acercó al libro que yacía en el suelo. La indecisión se apoderó de el, mientras la voz de la razón le decía que lo mejor era destruir aquel artefacto oscuro y peligroso. Sin embargo, la otra voz de su cabeza empezó a actuar de forma contraria a la primera idea.

Finalmente, tomó una decisión: empezó a arrancar una por una las páginas del libro. Cada hoja que arrancaba se quemaba instantáneamente al entrar en contacto con el aire, como si la energía oscura que había encerrado en sus páginas se disipara al liberarse de su prisión.

Las páginas que permanecieron intactas no parecían tener nada de maligno a simple vista. En su lugar, estaban ilustradas con dibujos coloridos y detallados, que parecían mostrar escenas y personajes de algún cuento infantil.

Había una imagen sobre una figurita con cuernos de cabra en su cabeza que tenía al parecer notas musicales alrededor de el y también había otra que parecía estár rodeada de ¿estrellitas rojas?

Sin embargo, a pesar de su apariencia inocente, había algo en esas páginas que le generaba una extraña sensación de desasosiego. No podía explicarlo, pero sentía que había algo más en esos dibujos, algo que no le permitía deshacerse del libro completamente.

Goku volteó su mirada hacia la chica que aún se encontraba en el suelo mientras sostenia el libro mutilado con una expresión preocupada. Con un gesto sencillo, le entregó el libro, y sin decir una palabra, empezó a alejarse lentamente.