Asesino I

84 5 6
                                    

Helen le sirvió un plato. Lograba sentir las especias que agregó su amada. Espero que ella se sentara para poder empezar.

Ella se sirvió, se hizo una cola de caballo en el cabello; para que no tocaran la sopa. Dejando ver sus ojos verdes.

—¿Me esperabas?— Pregunto con una sonrisa Helen, mientras se sentaba en la mesa.

El peli-negro dibujo una sonrisa —No me pareció correcto que yo comiera sin ti en la mesa.

La castaña se sonrojo. En muy pocas ocasiones Bardock se ponía romántico. Cuando él llegaba cubierto de la sangre de sus enemigos, no dejaba que ella lo tocara ya que el le comentó que se sentía sucio. No le importaba las excusas de Bardock le impusiera, ella lo hacía aunque el le dijera que porfavor que no lo hiciera.

Tal vez ese vínculo que compartían los unió más que nunca. No tenía secretos que ocultarle a su amado. Él estaba roto a su manera, pero ella quería repararlo.

Cuando estaban por empezar a comer, alguien golpeó la puerta. Helen estaba por ir, pero él no la dejó.

—Yo voy— Hablo Bardock, poniéndose de pie —¿Quién molesta a la hora de comer?— Penso con enojo.

Al abrir la puerta, vio a cierta morena de cabello corto.

—Casca— Dijo sorprendido —¿Qué necesitas?

Helen al escuchar el nombre de su amiga se levantó de la mesa dirigiéndose a la entrada.

—¿Casca?— Llamo Helen.

—Perdón por moles...

—¿Qué haces afuera? Entra adentro— Invito la castaña a su amiga.

Antes de que Casca la evadiera. Helen la interrumpió de vuelta

—No voy a aceptar un: "No" como respuesta— Tomando a su amiga del brazo, introduciéndola a la casa a la fuerza.

—Siéntete como en casa— Hablo Bardock —¿Ya cenaste?

Casca solo negó con la cabeza —No, pero al terminar con ustedes. Me dirigiere a cenar con los demás.

—Puedes cenar con nosotros dos, quedo para un plato más — Sonrió la castaña a su amiga.

Bardock se sorprendió, su relación con Casca no era muy fuerte. Esperando que se negara, pero fue todo lo contrario.

—Esta bien— Dijo con una sonrisa Casca —¿Porqué demonios acepte?—  Reflexiono.

—Ve, sientate en la mesa. Ahora te sirvo— Sonrió Helen.

Barodock se sento al frente de Casca. Los dos se miraban sin decir una palabra y con cierta pena. Ambos no estaban muy cómodos con la presencia del otro, para su fortuna Helen apareció con un plato caliente.

Ahora los tres estaban en la mesa, estando un poco apretados, pero los platos seguían calientes, el paladar del sayayin sintió el exquisito sabor de la sopa que preparo su amada.

—Esta muy bueno— Comento con una sonrisa.

—Gracias, me alegro que lo disfrutes— Dijo Helen, acariciando la mano del peli-negro.

Casca solo los miraba. Vio lo enamorados que estaban aquellos dos, ¿Porqué no podía experimentar esa sensación?. Casca estaba profundamente enamorada de su Líder. Ese peli-blanco le robo su corazón desde el momento en que la salvó, pero, ¿Qué hacía mal para que no se fijará en ella?¿Qué estaba haciendo mal para no merecer su atención?

En todos esos años en el que ella estuvo a su lado. ¿Porque? Ver a Bardock y a Helen le despertaron celos, quería sentir eso. No fue hasta que el llamado de Bardock la sacó de sus más profundos pensamientos.

Bardock en Berserk Where stories live. Discover now