Me acerco a ella y veo como se lleva las rodillas al pecho mirándome asustada. Coloco mi pierna derecha entre sus pies y sus brazos detrás de mi cuello.
- Darío suéltame - parece un pez en la tierra- bájame porque si no te golpearé - la siento apr...
Este capítulo va dedicado a LxaKilla por todos sus comentarios locos❤️
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya casi llegué a casa, saco el dinero de mi cartera para pagar el taxi y me doy cuenta de que dejé las llaves y el teléfono en el auto de María.
Este día no puede ir peor, le digo al taxista que me lleve de regreso y él simplemente asiente con la cabeza y da vuelta al coche.
Me bajo del taxi y miro la calle llena de autos, la multitud de gente entrando y saliendo me ponen nerviosa.
Me gustaría ver el auto de María y al menos esperarla allí, pero ni siquiera sé dónde estacionó, prefiero volver a entrar sin que nadie me vea.
Entro lentamente detrás de un hombre alto y gordo y me quedo escondida detrás de él por unos segundos para poder mirar hacía arriba, y allí lo veo; él está sujetando a una rubia por el hombro y acariciándole los senos...
"No me interesa."
Entro al baño y me miro en el espejo, mi cabello ya no está tan liso como la primera vez, pero se ve bastante bien. Noto que la puerta del primer cubículo se abre y veo salir a una chica despeinada y a un hombre tatuado al que se le olvido ponerse la camiseta. ¿No tienen dinero para una habitación de hotel?, ¿quién tendría sexo en un baño que huele a orina?
Bah...
—Que hermosa niña, ¿no quieres unirte a nosotros? —se acerca el imbécil borracho y me mira como si fuese su plato favorito.
— No, mi novio me espera fuera, así que no insistas.
No sé porque dije "novio", pero mirando a este hombre, es cierto que me asusté un poco, huele a alcohol barato y tabaco, tiene los ojos rojos y una cicatriz en la mandíbula izquierda, una sonrisa falsa aparece en sus labios y deseo borrársela de un golpe.
No sé por qué no llevé mi spray pimienta en el bolso, o al menos algo para protegerme en caso de que algún sinvergüenza como este quiera acercarse demasiado.
—No pasa nada, que venga él también—veo como intenta acercarse, pero su novia le dice algo que no puedo entender.
— Lass uns gehen, Oliver, lass sie in Ruhe.
(Déjala en paz Oliver)
—Lárgate Olivia, no recuerdo haber pedido tu opinión.
La chica sale del baño dando un portazo.
Quiero salir de aquí, quiero chillar, pero no va a servir de mucho porque la música está a tope, también quiero pegarle, pero no creo que pueda y entonces mi cerebro reacciona, tengo una ideea magnífica y si funcionó una vez con el borracho que me tiró la bebida encima, a lo mejor funcione con este imbécil también.
— Si Darío se entera de esto—lo señalo a él y a mi—no te veo para nada bien, le diré que quieres tocar a su novia y que la estás mirando sin su consentimiento. Tal vez sea amable contigo, pero realmente, no lo creo -—lo miro con desafío y muy segura de mis palabras, hasta yo creí la mentira que solté.
