38: La mordida de un condenado

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—¿No prefieres llevarla al hospital? —consulto, viendo el camino.

—No tienen lo necesario, es una mordida de un condenado.

—¿Un condenado? —Quedo confundida, entonces observo la herida de mi muñeca—. ¿Y qué hace?

—Almas que vienen del infierno, cruzan gracias a otros —explica, tranquilo, luego mira mi mordedura por el espejo retrovisor, entrecerrando los ojos—. A ti parece que no te hace nada.

—¿Y qué se supone que debería pasarme?

—En primera, volar de fiebre como lo está haciendo Triana. Los condenados muerden para robarle la vida a los humanos. Me parece muy extraño que estés en una sola pieza. Si fueras un demonio, no te mataría, pero sí te afectaría, sin embargo, te ves bastante saludable.

Creo que le molesta.

—Vine por mi amiga, fui a ayudarla —le aclaro—. No me veas como si fuera mi maldita culpa.

Detiene el vehículo.

—No tengo idea de qué hacía Triana ahí, pero sé que es tu culpa. Es evidente que el condenado te mordió para enviar un mensaje.

—¿De qué estás hablando?

Sale del coche y me doy cuenta de que llegamos. Rodea el vehículo, entonces abre la puerta para agarrar a Triana, sosteniendo su herida. Aun así, camina hasta el clan Mareum y lo vuelvo a seguir.

—Ya puedes irte, me encargaré desde ahora. —Continúa avanzando, pero le sigo los pasos—. Por favor —pide, gruñendo.

Se le muere la paciencia.

—Tú y yo somos las únicas personas que la queremos viva, así que deja que te ayude —insisto.

Se detiene, me observa muy fijo, lo que me asusta, luego bufa, cansado.

—Bien, pero avísale a Cainán que estás aquí, no quiero más problemas.

Asiento, entonces volvemos a caminar. Mientras avanzo, marco el número del demonio mencionado.

—Hola, quería contarte que estoy entrando al clan Mareum. Surgió algo y Elerick me exigió que te informara.

—¡¿Otra vez?! —chilla B.

—Pásame con A.

—En este momento A no puede atenderte, deje su mensaje después del tono, pip.

—Lo que sea, cortaré —aviso.

—Un segundo, explica qué pasó.

—No sé cómo explicarlo, solo puedo decir que algo llamado condenado mordió a Triana.

—¿Y a ti te mordieron?

—Sí, pero...

—¿Y estás bien?

—Sí, solo que...

—Entonces ya sal de ahí, no tienes razón para estar en ese lugar.

Frunzo el ceño.

—¡Claro que sí, es mi amiga! —grito.

—Hay que atender la herida, no entres a ese edificio.

—Ya entré. —Le cuelgo.

Elerick no hace ningún comentario de mi conversación con Cainán, se mantiene callado mientras avanza. Una vez ingresamos al cuarto, apoya a Triana en un sillón, busca algo en el armario, hace alguna mezcla, luego la pone en una gaza y la apoya en el cuello de mi amiga, la pega con cinta. Acto seguido me lanza el recipiente, así que lo atajo lo mejor que puedo.

—Deberías ponerte esa mierda —aconseja el pelinegro—. Aunque no creo que te sirva de mucho.

—Gracias —digo por lo bajo y agarro una gaza para mi muñeca.

Mientras me limpio hay un silencio sepulcral. Elerick solo se limita a cruzarse de brazos, apoyar su espalda en la pared y mirar a Triana. Jamás podría adivinar en qué está pensando, aunque es notable su preocupación y su odio hacia mí. Incluso, a pesar de todo, mantiene la calma.

—Cambié de opinión, no voy a hacer tu vida miserable. —Corta el silencio, haciendo una sonrisa maligna—. Mejor te arranco el corazón y me lo como, seguro Cainán estará furioso.

Reacciono.

—¿Qué?

Se separa de la pared, entonces se me aproxima y yo retrocedo.

—Eres un problema y los problemas se cortan de raíz. Esos, los tiene que resolver uno. No más mafiosos, no más intentos de que él te coma, yo me haré cargo. Si quieres hacer algo bien, debes hacerlo tú mismo. —Me empuja, agarrándome del cuello y golpea con fuerza mi espalda con el concreto. Su tercer ojo se abre, entonces veo sus dientes, luego su otra mano se convierte en garra—. No es personal —agrega en eco.

Estoy asustada.

—¡¡Elerick, no!! —De repente, Triana está en medio de nosotros—. No... no lo hagas —expresa, mareada.

El demonio se queda con sus ojos bien abiertos, lleno de sorpresa.

—Tity, tú no entiendes, no es como tú, es peligrosa, debo eliminarla para que no haga algo peor.

—Es mi amiga —expresa, angustiada.

Oh, cielos, la escucha y retrocede. Aunque no se ve de buen humor ante la aclaración. Gruñe, lo que hace que ambas nos asustemos.

—Así que va a ser así —declara con un gesto afligido—. ¿Para qué mierda me preocupo? ¿Para qué mierda te protejo? ¿Sabes qué? Todos tienen razón, eres comida podrida, y la comida podrida no se come. —Se acomoda la corbata, calmándose, intentando controlarse—. Se desecha.

—¿Qué dices?

La boca de Elerick tiembla, mira al suelo un momento, luego alza la vista, angustiado.

—Te libero.

Una masa de chispas comienza a ocurrir alrededor de mi amiga, entonces de la nada, ella cae de rodillas al suelo, así que me agacho a sostenerla.

¿Qué acaba de pasar? ¡¿Destruí su trato?!

Adara acaba de destruir mi shipp favorito, la tengo cancelada hasta nuevo aviso 😂

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Adara acaba de destruir mi shipp favorito, la tengo cancelada hasta nuevo aviso 😂

Saludos, Vivi.

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