TOJIGO: El papá de mi amigo

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Toji Fushiguro era el padre de su mejor amigo de la universidad, Megumi. Y era un viejo sabroso, Satoru lo deseaba como a nada en el mundo.

Era gracioso porque su bestie se parecía muchísimo a su progenitor, pero a Satoru no le gustaba Megumi, ¡es que sencillamente no lo podía ver con otros ojos!

Pero a su papá sí que se lo buceaba cada que tenía oportunidad, de hecho, su día favorito de la semana eran los viernes o sábados que le tocaba pijamada en casa del pelinegro. En esos días podía ver al señor Toji con ropa informal, e incluso una vez lo vio en paños menores mientras salía de la ducha.

—Tu papá está buenísimo— le había comentado en más de una oportunidad, aunque siempre recibiese respuestas indiferentes por parte del cabello de erizo. Muchas veces Gojo se preguntaba por qué ese adonis no tenía esposa...

En realidad, se hacía muchas preguntas acerca del señor Toji:

"¿De qué trabaja?"

"¿Qué edad tiene?"

"¿Va al gimnasio?

"¿Le gustarán los hombres?"

"¿De qué tamaño la tendrá? ¿Será grande? ¿Será gruesa? Sí, claro que sí."

En su afán de saberlo todo del viejo sabroso, una vez se atrevió a hacerle una de sus tantas preguntas a Megumi:

—¿Por qué tu papa tiene una cicatriz en el labio?

—¡Ah! es que antes era militar...

"¿Militar?", pensaba Satoru, "¡Tiene cara de malandro! De esos que te mandan tres años a terapia... me encantaría ir a terapia, by the way".

Un día sábado estaban yendo los dos chicos hacia la casa de los Fushiguro para hacer unos trabajos hasta tarde, Satoru (como siempre) se quedaría a dormir.

—¡Sato! Olvidé pasar a comprar un encargo que me hizo mi papá—le dijo su amigo con cara de pánico—. Si llego sin eso me mata, ¡y es en serio!

—Bueno, volvamos...

—Creo que mejor te adelantas, así le explicas que estoy en la tienda.

—¿Te vas a demorar mucho? Ojo que le tengo miedo a tu papá eh.

—Sí, creo que demoraré. Pero ya tú le explicas.

Acto seguido, el pelinegro le entregó las llaves de su casa, salió corriendo y se perdió se vista.

"¡Carajo! Ahora darle explicaciones al señor Toji", pensaba Gojo con el estómago encogido. Al mismo tiempo temblaba de la expectación, ¿qué pasaría estando a solas con el papá de su amigo? fantaseaba con que alguna cosa increíble podría suceder.

"Sí, claro", se decía sarcásticamente a sí mismo, "como que te va a prestar atención".

Abrió la puerta principal sigilosamente, la sala estaba oscura y todo se encontraba en silencio.

"A lo mejor no está"

Asomó la cabeza al pasillo: todo callado y en penumbra. Caminó en puntitas hacia la habitación de su amigo para esperarlo allí, y justo cuando se distrajo sacando el celular para textearle a Megumi que "su papá no estaba", alguien muy fuerte lo sujetó por el brazo y lo arrojó al suelo.

Gojo solo sintió como su espalda chocaba abruptamente con el frio piso de madera pulida y que un zapato le aplastaba el pecho.

—¡Ah! eres tú, muchacho—le dijo el papa de su amigo desde arriba—¿Cómo entraste? Pensé que eras un ladrón.

Satoru seguía en el piso y con los ojos muy abiertos. ¡Caramba! Desde abajo se veían muchas cosas.

—M-megumi me dio las llaves. M-e dijo que me adelante p-porque él va a comprar lo que usted le mandó.

Primero: ¿por qué el señor Toji tenía un revolver en la mano?
Segundo: se le veía absolutamente TODO desde allí.

Gojo le recorrió las piernas con la mirada, subió sus irises azules hasta los pectorales y los hombros. Todo se apreciaba maravillosamente desde el piso, pasaron unos segundos hasta que se quedó observando fijamente la entrepierna del viejo sabroso con los labios semiabiertos. Su mirada decía "quiero probar eso"

Toji, que no tenía un pelo de tonto ni mucho menos, se había dado cuenta de que el amigo de su hijo siempre lo miraba de más. En realidad, no le prestaba mucha atención, era un chiquillo de dieciocho años, pero sí tenía que admitir que era precioso y gozaba de un traserito provocador.

—¿Te gusta lo que ves?

Satoru se puso como un tomate. Pero respondió:

—S-sí, señor Toji.

—Ah, ¿sí? — le respondió el viejo sabroso bajando un poco su pantalón. Gojo tragó saliva, sí era grande y gruesa como se la había imaginado. Los ojos de Toji cambiaron la expresión y levantándolo por los cabellos blancos le dijo: —La puedes probar si quieres.

El muchacho no perdió tiempo, de una vez se llevó a la boca lo que le ofrecían. Con sus labios besaba y succionaba todo aquello.

—Ya veo que sabes lo que estás haciendo—le dijo el viejo sabroso, excitadísimo.

A Satoru se le había olvidado que Megumi podría llegar en cualquier momento, estaba concentrado en comerse a su papá. Sentía un calor en todo el cuerpo, sobre todo en sus partes.  

—¡Qué delicia! —le decía Toji— hazlo más rápido. Satoru no podía creer que le estaba dando placer al padre de su mejor amigo—Levántate, vamos a la habitación.

Las rodillas le dolían al peliblanco por haber estado tanto tiempo "rezando", se paró como pudo y siguió al viejo sabroso hasta la habitación... de Megumi.

—Aquí te voy a follar, muchacho. Sácate los pantalones.

—P-pero...

—¿Alguna objeción?

Gojo no tenía ninguna, solo que estaban en el cuarto de su mejor amigo.

El tipo se sacó la camisa y dejó ver los perfectos abdominales que tenía, además de por supuesto, unos muy enormes y varoniles pectorales.

—¿Cómo quiere que me ponga?, señor Toji.

—Ja, ja, te ves más bonito cuando cooperas. Voltéate. Y la próxima vez que entres a mi casa sin tocar el timbre te voy a recibir de esta manera, ¿entendido?

"Entonces entraré así a diario", pensaba el sinvergüenza de cabello blanco.

Una sensación de dolor enorme pero gustosa se apoderó de la parte posterior de su cuerpo. Toji era un hombre rudo y sin tiempo para sentimentalismos, el muchacho quería desde hace tiempo esto así que lo iba a tener, le arremetía con precisión sujetándolo de los cabellos. Satoru gritaba como que no existían los vecinos de las casas cercanas.

Gotas de sudor caían de su frente, las piernas le temblaban.

—¿Quieres más? —le preguntó el papá de su amigo.

—S-sí.

—Grítalo que no te escucho.

—¡Sí! ¡Quiero más!

Toji lo acribilló a nalgadas y palabras obscenas hasta que terminó, Satoru se dejó caer en la cama de su mejor amigo con las piernas temblándole, pero feliz.

Y un shockeado Megumi se quedaba petrificado en la entrada de su casa. Todo se había escuchado hasta afuera.

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F I N

JUJUTSU KAISEN ♥ ONE SHOTS VARIADOS ♥ TODOS LOS SHIPSTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang