12. Cómplices

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CAPÍTULO 12: CÓMPLICES

POV CORIOLANUS

Olvidándome de esa impertinente joven y trayendo a mi mente a Lucy, camino por el Quemador tratando de buscar a Sejanus para preguntarle si sabe algo de la amiga de su novia. Cuando lo encuentro, lo veo fuera de la puerta del baño de mujeres.

−Janus ¿qué haces aquí? Estuve buscándote los últimos quince o veinte minutos –empiezo.

−Tú parecías muy entretenido, no quise molestarte.

−Sí, lo estaba, hasta que llegó una mujer extraña y empezó a insinuarse ante mí y querer arrastrarme con ella a no sé qué lugar del brazo.

−Una prostituta –responde de inmediato como si fuera demasiado obvio y ahora que lo pienso, lo es.

−Ni idea y tampoco me interesa lo que sea. No estoy trabajando hoy. Me fui tan pronto como me empezó a hacerme comentarios raros. Encima Lucy estaba observando, pobre. Odio que tenga que presenciar esas situaciones y no poder hacer nada más que esperar a que yo les ponga límites a esas mujeres.

−Lucy es muy afortunada de tenerte. De hecho, nunca has sido mujeriego –Sejanus me sonríe.

Me río divertido.

−No, peor. Era más del tipo antisocial.

−El ermitaño por elección Snow –bromea–. Eras bueno en los vínculos sociales y muy carismático, solo que no tenías muchos amigos en La Academia. Amigos de verdad, quiero decir. Eras... selectivo. Y ahora aún más. Siempre tuviste algo que ocultar, Coriolanus, ese era tu problema. No podías confiar en casi nadie para mantener esos secretos. Y ahora ambos tenemos algo que ocultar –corrige incluyéndose en el paquete–. ¿Cómo haremos para tolerarlo por quince años más?

−No lo sé, nos vamos a acostumbrar, ellas también... y los hijos que tengamos. Y eventualmente ellas podrían ir al Capitolio bajo la protección de tu familia y la mía.

−Pero esa será nuestra última alternativa –advierte.

−Por supuesto, eso está fuera de discusión –le digo.

Alejarnos de ellas ahora no es una opción cuando nos faltan tantos años para finalizar el servicio obligatorio, pero en un caso extremo... haremos lo que creamos mejor para su seguridad. Los Snow y los Plinth las protegeremos, aunque eso suponga que haya que comprarles una vida nueva en el Capitolio y que estén lejos de nosotros dos un tiempo.

−Mis padres están dispuestos a acogerlas si llegara a suceder algo que necesite una acción inmediata –dice Sejanus para tranquilizarme.

−No lo dudo. Sobre todo, tu madre que es muy maternal.

−Por eso mismo. Ella siempre quiso tener una hija mujer, pero no pudo. Estaría feliz de tener a Sophie y Lucy rondando en la casa.

Una joven sale del baño de mujeres y se acerca a nosotros, mi corazón late deprisa por los nervios, porque no la conozco y seguro escuchó toda nuestra conversación. Pero Sejanus rodea mis hombros y me susurra al oído.

−Relájate, Coryo. La estaba esperando para presentártela, estuvimos hablando con ella en el bar hoy.

El alma me vuelve al cuerpo al escuchar eso y los latidos de mi corazón vuelven a su frecuencia normal muy lentamente. La chica de cabello negro, lacio y piel muy blanca se detiene frente a nosotros. Y atrás, viene Sophie, la novia de Sejanus.

−Tú debes ser Coriolanus Snow, el novio de la cantante Lucy Gray. Mucho gusto –la chica me tiende su mano y yo la estrecho de inmediato. Contrario al efecto repugnante que tuvo mi contacto con la chica que se ofreció tan vulgarmente ante mí; ella me agrada con solo escucharla hablar amable y sin dobles intenciones. Y yo me maldigo, por haber pensado, que esta chica me buscaría a mí por su cuenta, porque tal vez ellos la mandarían a mí. ¿Cómo iba a buscarme si no me conocía?

PÁJAROS CANTORES Y ROSAS (CoryoxLucy)Where stories live. Discover now