10 DE JULIO

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Diario de Alan:

Julio es de los meses que más marcas suele dejar en nuestras vidas, creó no ser el único en salir corriendo a mojarme al patio de mi casa y quedarme parado en medio para sentir cómo el agua cae en mi cara. Quizás hay demasiadas cosas que me sucedieron en varios julios de mi vida que sin duda alguna quisiera volver a vivir, pero no se puede, señores, los momentos mágicos se viven solo una vez.

Crecí en una familia común como muchos de ustedes, aquí lo raro de mi vida era el ritmo que esta llevaba y las tristes decisiones que tomaba al crecer. Hubo una decisión que cambió mi vida por completo. La cambió al grado de que deje de ser un día el chico bueno que todos conocían, y fue tu culpa, Betty Ann, ¡fue tu maldita culpa!

Muchos me preguntarán: ¿Quién demonios es Betty Ann? Bien muchachos, Betty Ann es la culpable de varias desgracias en mi vida, y también de varios momentos inolvidables. Comenzaré contándoles: ¡Cómo rayos conocí a Betty Ann!

Betty Ann y yo nos conocimos, como muchas otras parejas, el típico choque de miradas, Betty Ann llegó un diez de julio a mi vida, el día en que anunciaban en los espacios del clima de todos los canales de la televisión pronósticos catastróficos sobre las lluvias, tormentas eléctricas y huracanes que arrasarían con todo. Seguramente para ustedes leer sobre el clima no es del todo interesante; para Santa Rosa lo era. Tuvimos una sequía que parecía ser interminable y esta tormenta, lejos de asustarnos por todos los daños que podría provocar, nos daba una pequeña esperanza.

En cuanto rompimos el contacto visual, ella caminó por los pasillos, estaba empapada. Su chaqueta verde militar escurría terrible y sus botas rojas rechinaban a la hora de caminar. Su maquillaje estaba escurriendo bajo sus ojos, aun así su hermosura permanecía viva, mi mente no logra olvidar eso, mis ojos no pueden olvidar el maravilloso momento en que nuestras miradas se cruzaron y al mismo tiempo brindaron con vino barato lo que nunca iba a ser, no olvido como tu corazón y el mío se besaron sin conocerse y ese día por más triste que pintaba ser terminó siendo el día más feliz de mi vida.

La lluvia comenzó a parar, medía hora después de que ella entrara, colocó el libro en su mueble y caminó hacia la salida, abrió la puerta y antes de salir me volteó y con una voz muy bajita me dijo: "Gracias".

Para muchos de ustedes quizá lo anterior no tiene sentido, si de verdad quieren un adelanto de este desastre deben saber que todo comienza aquí, en una casualidad o en algo que quizá debía ser porque de repente creó que las casualidades no existen y si la vida nos trae a las personas es porque, aunque no se queden, nos van a dejar mucho.

Betty, sé que vas a leer esto y dirás: "Mierda, ¿Cómo es que todo comenzó ahí?" No sé cuándo comenzó para ti, Beatriz,  para mí, el 10 de julio en que el destino nos presenta sin decir nuestros nombres.

EL DESASTREWhere stories live. Discover now