El primer verano de Dipper y Mabel en Gravity falls llegó a su fin, pero eso no les impidió volver cada verano siguiente a vivir nuevas aventuras.
Ahora los gemelos tienen 16 años y de nuevo han regresado a Gravity falls para pasar otro verano lleno...
Desde que aprendí a hacer magia, las cosas aterradoras empezaron a ser más notorias a mi alrededor y los sueños siempre fueron donde estás decidían hacerse más presentes. Los fantasmas susurran cosas, al igual que los muertos, a veces gritan, a veces lloran o suplican ayuda o piedad... ese fue el precio a pagar por el poder absoluto que nos regaló Will, pero esta vez era diferente.
A mi alrededor las ánimas formaban un círculo, todos me miraban fijamente, como si hubiera cometido algún pecado, aunque bueno, ¿para qué mentir?, si cometí muchos y el ser jugada con la mirada apretaba mi cuello dejándome sin aliento. Era como si miles de manos me estuvieran apretando, mientras ellos solo observaban.
— W-Will — dije intentando llamarlo, pero la voz apenas me salía y el aire se iba acabando más rápido.
Él siempre me protegía de estas pesadillas y de hecho ya debería estar aquí. No entendí por qué no venía, él sabe cuando mi hermano y yo estábamos en peligro, ¿dónde estas Will?, ¿por qué no vienes?, yo no tengo poder aquí... ayúdame rápido, o los dolores se reflejaran en el mundo real y moriré dormida asfixiada.
De pronto las ánimas retrocedieron de golpe a mi alrededor y la presión desapareció, caí de rodillas al suelo e, inhale el aire a bocanadas para que volviera rápidamente a mis pulmones, estaba asustada y mi corazón estaba por explotar.
Era la primera vez que esos seres se acercaban tanto a mí y lograban lastimarme, Will nunca permitía esto, ¿dónde estaba?, su presencia no estaba por ningún lado, ¿y quién me salvo si no fue él?
— ¿Mabel? — escuché una voz extraña, detrás de mí.
— ¿Dipper? — volteé inmediatamente y no mi a mi hermano, sino a alguien muy parecido a él.
Sus ojos resaltaban en un color amarillo brillante, su esclerótica era completamente negra, su cabello era largo, lo suficiente como para atárselo en una cola de caballo, además de tener las orejas puntiagudas. Vestía un elegante esmoquin negro, con un pequeño sombrero de copa con listón amarillo y zapatos formales. Además de que un fuego azul lo rodeaba, eso era lo que espantaba a las ánimas.
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Lo miré por barios segundos confundida, ese no era mi hermano, pero quizás una de sus variantes, si ya conocí al otro Dipper y a Tyron, podría conocer a alguien más, las posibilidades eran infinitas, pero nunca me espere encontrarme con un demonio en frente de mí, y mucho menos que tuviera el rostro de mi hermano.
