—¿Cómo que no lo sabes si tú usas esa energía? —se sorprendió Bell.

—Es un misterio del que sabemos muy poco. Todo lo que tenemos está en este libro. —Airmid tomó un libro de la estantería y me lo mostró—.

Ese libro tenía citas idénticas al que me dio el hombre misterioso. —Conozco otro libro muy similar a este. —comenté, sorprendiendo a Airmid.

—Es imposible. Esas citas pertenecen a un libro que fue destruido hace siglos. Tal vez tengas una copia con las citas. —dijo Airmid, mostrando su desconcierto.

—De hecho, este libro es diferente, aunque las citas sean similares. Pero no encontré nada más sobre la energía positiva. —aclaré.

—No te preocupes. Sigue leyendo sobre esa energía, tal vez nacimos con ella los que podemos emplearla y ya. —Airmid ofreció una perspectiva tranquilizadora.

Después de agradecer a Airmid por su ayuda, Bell se quedó pensativo en la biblioteca.

—Quizás haya algo más aquí sobre la energía positiva... —murmuró mientras buscaba más libros sobre magia de curación.

Al no encontrar más información relevante, Bell decidió consultar el libro que le había dado el hombre misterioso.

Después de unas intensas dos horas de lectura, encontró información sobre la energía positiva al final del libro. Sin embargo, al pasar la página, se encontró con que el resto estaba en blanco.

—No puede ser... —se frustró Bell, cerrando el libro y apartándolo mientras pensaba.

Mientras cerraba los ojos para descansar un momento, escuchó el sonido de las hojas del libro moviéndose rápidamente. Al abrir los ojos, vio que el libro que había cerrado se abría y las páginas pasaban velozmente.

—¿Qué está pasando? —murmuró, buscando una explicación.

El libro se detuvo en la página final y Bell se acercó para leer lo que estaba apareciendo en la página en blanco que ahora se estaba escribiendo misteriosamente. Era un mensaje intrigante sobre la energía negativa y sus capacidades.

Bell Cranel, todo lo que sabes sobre la energía positiva es mentira. Puedes utilizar la energía negativa. Concéntrate y canalízala, y verás de lo que eres capaz. No necesitas a dioses. 

Att: H

—¿Quién es H? —me pregunté, perdido en mis pensamientos y ajeno a la persona a mi lado que estaba a punto de gritarme. 

—¡Bell! —llamó Rose.

—¡Ahh! Rose-san, ¿desde cuándo estás aquí?

—Te he llamado más de tres veces y no me escuchabas —respondió Rose, algo molesta.

—Vaya, lo siento, estaba demasiado concentrado en esto.

—Sí, lo noté. Era para informarte que el gremio cerrará pronto hoy, por órdenes de Ouranos-sama.

—¿Vaya y qué hora es?

—Son las 4 de la tarde... El gremio cierra a las 5.

—¡Han pasado 7 horas! ¡Ni siquiera he almorzado! Igual, me tengo que ir.

—¡Bell! Espera... y se fue. ¿Qué le pasa? Parece muy inquieto.

—¿Qué es la energía negativa? —me pregunté a mí mismo.

Me estaba haciendo mil vueltas a la cabeza. Si esta energía realmente existía y era posible de utilizar, significaba que todo lo que sabía sobre la magia de curación y la energía positiva podía estar equivocado. ¿Cómo funcionaba? ¿Era peligroso usarla? ¿Podía controlarla? Todas estas preguntas surgían sin parar.

Mientras caminaba hacia la muralla de Orario, no podía dejar de pensar en las palabras del libro. ¿Podría realmente usar esa energía negativa? Me detuve y traté de concentrarme, tratando de sentir algo diferente en mi interior. Poco a poco, empecé a notar una extraña aura envolviéndome. Cerré los ojos, intentando canalizarla.

—Vamos... —murmuré, sintiendo cómo mi mente se liberaba de una atadura. Imaginé algo filoso y poderoso, una visión que me resultaba inquietantemente hermosa. De repente, sentí un corte en el aire frente a mí. Abrí los ojos y vi un surco en la pared de la muralla.

—¿Qué fue lo que hice? —me pregunté, sintiéndome de repente muy débil. No podía soportar la carga de la energía negativa que había liberado, y antes de poder reaccionar, todo se volvió oscuro y me desmayé.

Muralla Orario, 6 pm

—¿Qué rayos pasó? —se preguntó Bell al despertar.

—¿Estás bien? —preguntó una voz.

—Eh, sí, eso creo. Me duele un poco la cabeza, grrr... —me avergoncé—. Y creo que estoy con hambre.

—Mouh, me lo temía. Toma, antes de que me arrepienta —dijo la voz, ofreciéndole algo.

—Gracias, ¿esto es?

—Jagamarukun. Es algo muy delicioso para mí.

— Sí, no está mal. Y, ¿dónde están mis modales? Soy Bell Cranel, un gusto.

—Soy Ais Wallenstein.

—Bueno, Ais, ¿puedo preguntar cómo sabías que había un hombre desmayado aquí?

—Fue una coincidencia. Suelo venir aquí a entrenar y despejarme, y te encontré tirado en el suelo y vi este corte en la pared. Creí que alguien te había atacado y fui a revisarte. Vi que estabas bien, así que supuse que era un Mind Down, pero no posees Falna, así que pensé que te desmayaste y ahora se que fue por hambre.

—¿Y cómo sabes que no poseo Falna?

—Revisé tu espalda.

—¡¿Ehh?! —al escuchar eso realmente me avergoncé—. ¿Por qué hiciste eso?

—No le veo el problema —respondió Ais, inclinando la cabeza.

—Bueno, si tu lo dices...

—¿Y qué hacías aquí?

—Pues... experimentando.

—¿Con tu cuerpo?

—Algo así.

—Bueno, creo que eso esta mal.

—Bueno tal vez sea cierto. Pero ahora ya estoy bien.

 —Ahora sé que estás bien, me retiro.

—Ais, gracias por ayudar a este desconocido.

—Sí, no hay problema, pero me debes un Jagamarukun.

—Sí, te lo devolveré —dijo Bell, saliendo de allí—.
Así que eso fue la energía Negativa... así que solo es algo para mi, me alegra.

—Va siendo hora de encontrar una familia —pensé mientras se alejaba.

Bell se alejo de allí, después de un rato del residuo,  nació un pequeño ser. Fue el primero de su especie en resurgir. Seria el principio del cambio...

Fin Cap

Bell El inicio de la HechiceríaWhere stories live. Discover now