†Capítulo 14 † Climax.

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El individuo sostiene la creencia de que Daría es responsable del fallecimiento de su madre, debido a que su padre la sometió a abusos. Supuestamente, Daría habría buscado vengarse de él de esa manera, pero en realidad fue su difunto padre quien; en un acto de ira mientras abusaba de su madre, acabó con su vida.

―¿Cuándo podrá Daría saber que trabajo con usted?

―A fin de mes, tengo ya todo organizado. Ahora lárguese o sospecharán.

El hombre se retira y me encuentro completamente solo. Logro respirar con mayor facilidad al desprenderme de la máscara. Debería haber considerado una alternativa para resguardar mi identidad menos incómoda.

Accedo a la cámara oculta donde se encuentra mi mascota, lamentablemente he descuidado sus necesidades durante varios días.

―Buenos días ―Enciendo las luces, el individuo se esconde en busca de la oscuridad, ya que la percibe como si fuera un fuego que destruye sus ojos.

―Hoy utilizaremos pinzas para trabajar en tu pierna derecha, la cual requiere mayor precisión. Afortunadamente, me encuentro de buen humor y te aseguro que no desprenderé tu piel. O puede que sí.

―¿Ya vas a matarla? ―cuando formula su pregunta, su voz emerge con un notable esfuerzo.

―No tengo claro cómo expresarlo, pero entiendo que el aislamiento puede afectar a tu déficit intelectual. No tengo intención de hacerle daño, la tomaré como mi mujer, pero tú no estarás presente para presenciarlo.

―Enfermo ―la ira es visible.

―Si lo soy. Tú y todos lo somos.

―Ella te va a descubrir y va a acabarte.

―No considero que hayas tenido un impacto tan relevante en su vida y en la de los demás después de tantos años, ya que pasaste desapercibido, mientras que yo, en cambio, he sabido moverme en las sombras. Me has causado enojo justo en el momento en que me encontraba de buen humor.

―Creer que tienes el control será tu perdición.

―Hoy estás muy parlanchín, tal vez deba ayudarte en eso. Prefiero cuando me miras con desdén y guardas silencio.

Comienzo pellizcando y lacerando su piel, a veces incluso arrancando fragmentos de ella, provocando que la sangre fluya y la piel quede expuesta. Lo que me resulta incómodo, es que, con el transcurso de los minutos, deja de emitir gritos; debido a que se ha vuelto demasiado insensible.

No lo asesino porque necesito que otros contemplen mi obra maestra, que todos vean lo ciegos que han estado, a sus espaldas estoy yo, moviendo los hilos de cada uno.

Decido aplicarle una descarga eléctrica, su cuerpo se estremece y sus lamentos vuelven a resonar en mis oídos como una sinfonía, lamentablemente pierde el conocimiento tras recibir varias descargas eléctricas. No logro alcanzar a tirarle agua; me toca ofrecerle primeros auxilios y dejarlo al menos consciente.

―No te daré agua por unos días, arruinaste mi entretenimiento casi muriendo.

―Puto enfermo ―dice en un susurro gélido.

Desalojo el lugar sin mi medicina diaria de tortura. Ya está más viejo, por eso no aguanta. Su cuerpo está muy acabado. La vibración en mi bolsillo me alerta de una llamada.

―Hola, dime qué es tan urgente ―hablo al teléfono.

―Ella planea llevarse al niño, tenemos que actuar ya.

―¿Cómo sabes eso?

―Lo presiento, no lo ha dicho pero lo sé.

―Permaneceré vigilante y te pido que hagas lo mismo. Comunícame cualquier novedad e insinúa esto a Cala, a ver si da un avance con su plan.

DepauperarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora