𝑳𝒂 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒇𝒂 © -𝙼𝚈𝙶-

ᑕᗩᑭ₁₄

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—¡¿Dónde está mi omega?!— gritó de nuevo

—No te lo diré. Es mejor que la olvides y te cases con otra que no sea una omega inutil— habló su padre

El alfa sin pensarlo le arrancó la cabeza a su progenitor sin una pizca de compasión

—Manda carta a todas las manadas sobre la desaparición de mi omega junto a su amigo— pidió serio mientras se limpiaba las manos llegas de sangre —y que me lleven varias botellas de whisky y vodka a mi habitación— ordenó antes de salir del sótano

Al llegar a la habitación, se sentó en el sillón de la gran habitación sin bañarse

—Deberías bañarte— aconsejó HoSeok al ver que su amigo no entró al baño para quitarse la sangre de todos los había matado el día de hoy

—Nos íbamos a bañar juntos hoy que era mi llegada— recordó cuando se lo dijo el día antes de su partida

—Deberíamos intentar otro método— el alfa miró a su amigo fijamente —mejor iré a buscar otro testigo— mencionó para no hacer enojar a su amigo

—Llama a dos betas para que me preparen el baño y me bañen. No tengo ganas de nada— suspiró cansado

Se puso a pensar en los cuerpos desmembrados en el sótano, pero fueron ellos los culpables por no querer hablar. El olor a sangre, sonrió. Para él era satisfactorio sentir ese olor. Iba a encontrarla a como diera lugar, así tuviera que despellejar vivo a cada uno de los betas que estaban esa noche que escapó

Recordaba su aroma, tan deliciosamente dulce, lo suficiente como para hacer perdonar a alguien por su falta. Todavía recordaba las veces que se interpuso para que le perdonara la vida a un par de insolentes, solo porque ella prometió calmar su enojo en la noche con su aroma de mandarina y su estrecho y caliente interior

Sus pensamientos se vieron interrumpidos a la voz de un beta que le avisaba que su baño estaba listo. Caminó hacía el baño, se despojó de su ropa y entró en la tina. Los betas se pusieron a lavar su cuerpo con delicadeza

Uno de ellos le dió un suave codazo a su compañero al ver la marca en la nuca de pelinegro, el alfa supremo había sido marcado. Los betas se miraron entre si, preguntándose si la marca era de la luna suprema o de otra omega, aunque no creían capaz al alfa de engañar a la luna y menos ahora

—Sí. La luna me marcó, pertenezco únicamente a Min Tn— explicó al sentir como los betas no lo limpiaban —cuando terminen pueden retirarse y decirle a todos la noticia si quieren. No me importa—

Una vez los betas terminaron se fueron lo más rápido posible para no incomodar a su alfa. El pelinegro se cambió no sin antes tomar un pañuelo de seda con sus iniciales. Había sido un regalo de ella por su cumpleaños. Esas pequeñas motas de su olor fueron suficientes para ponerlo duro como roca al recordarla. Ella debería de estar allí en éstos momentos atendiendo su nudo en su lecho

La cereza del pastel sobre su enojo e irá fue sentir a través de la conexión a su omega delicada, sensible y lista para recibirlo. La ira solo nubló más su pensamiento al imaginarla con alguien más. Si JiMin había permitido que alguien más le pusiera un dedo encima, iba a despellejarlos a él y a quien haya osado en tocar a su omega

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Los días pasaban con calma. Tanto JiMin como Tn estaban en el apartamento del alfa del omega. La castaña estaba trabajando como la cocinera del líder de esa manada y el pelirrojo era el ayudante de su amiga en la cocina. Ahora tenía seis meses de embarazo pero parecía que estaba a punto de dar a luz

Ambos omegas lograron acomodarse al frío extremo que había en algunas ocasiones. Habían comprado ropa para esta época del año e incluso la omega había recibido como bienvenida algunas ropas para ella y su bebé de parte de la luna, con quien había empezado una linda amistad

—Tn y JiMin, necesito hablar con ustedes. Los espero en mi despacho— habló serio el alfa

—Como diga alfa— hablaron al unísono

Ambos omegas se vieron con preocupación. Habían pasado tres meses desde que habían llegado pero no habían podido ganarse la confianza de aquel alfa. Suspiraron y subieron despacio por la omega en cinta

—Aquí estamos alfa. ¿Qué desea?— habló el omega

—¿Ustedes vieron o saben algo de la luna de la manada principal? La manada Blackesley del alfa Min— interrogó

—La vimos y nos dijo que se iría a la manada Ailmoor pero no nos dijo la razón de su partida— habló la omega segura de lo que decía a pesar de ser mentira

—Entonces escribe una carta explicando eso. Él la está buscando— sacó una hoja y un bolígrafo para que ella escribiera

Ella suspiró sabía que su alfa conocía su letra por lo que tenía que cambiarla. Una vez terminó de escribir le entregó la carta al alfa NamJoon

—Ya se pueden retirar— habló serio mientras guardaba la carta

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—Dame buenas noticias— decía el alfa gruñendole al celular mientras conducía

—Las manadas ya enviaron sus respuestas pero solo la manada Qinao envío una carta de una omega que se mudó allí hace un par de meses— dijo HoSeok mirando la carta

—¿Qué decía?— preguntó con el ceño fruncido

—Describieron con detalles a Tn y mencionó hacia donde fue— el pelinegro sonrió, pronto la tendría otra vez entre sus manos

—¿En serio?— preguntó incrédulo el alfa —ya estoy llegando a la mansión, así que deja la carta en mi oficina. Quiero verlo con mis propios ojos, tengo una corazonada— sonrió

Él tenía ese instinto de que esa carta lo llevaría directo a su omega y sus cachorros

—Pero algo me tiene confundido— habló HoSeok sacándolo de sus pensamientos —la carta tiene el olor de Tn—

—Entonces es ella— afirmó el pelinegro —quiere distraernos, así que prepara todo, mañana a primera hora salimos para la manada Qinao. Le haremos una visita al gruñón de NamJoon— sonrió de lado

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La omega sonreía mientras se acomodaba en su nido, las últimas semanas se había sentido extrañamente de buen humor todo el tiempo. Quizás su alfa también lo estaba, aunque pensar en que su esposo era feliz sin ella la ponía triste así que evitaba pensar en eso

Ahora empezó a probarse un par de vestidos ajustados en la soledad de la habitación en la que estaba. No podía evitar sonreír cada vez que volteaba a ver su vientre de siete meses, había crecido muy rápido

Acarició su vientre con cariño, había visitado al doctor y descubrió que sus cachorros eran varones. Estuvo tan feliz por semanas ante el descubrimiento

—¿Y qué dicen cachorros? ¿Mamá se ve bien?— de preguntaba viéndose al espejo con una sonrisa, sintiéndose muy orgullosa —¿Creen que a su padre le gustaría que yo usara algo como esto?— en realidad estaba consciente que su alfa le hubiera arrancado ese vestido que dejaba ver su gran vientre —tal vez sí, tal vez no. Quizás nunca lo sabremos— se encogió de hombros

De pronto llegó un mensaje de JungKook que la hizo asustarse

“Tn, el alfa supremo Min acaba de llegar y mi hermano requiere de tu presencia y la de JiMin”

Y solo esas palabras la hicieron temblar. Su alfa estaba en esa manada, por eso sentía a su loba ansiosa

—Tn, ¿Qué haremos?— la voz de JiMin resonó en la habitación

No se había dado cuenta de que entró a su habitación preocupado

—No nos queda de otra que ir— dijo en un susurro