Si no estás - Iñigo Quintero

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La ruptura no fue fácil, ni decir las palabras para Jared, ni escucharlas para Jensen. La despedida los quebró a ambos, pero un poco más al mayor, quien no tuvo señales, alarmas, lo que sea que le ayudara a prevenir ese desenlace, o aunque sea a prepararse para el dolor venidero. Jared se fue de su vida, después de un año increíble de relación, donde vivieron momentos mágicos, llenos de amor y compromiso, de entrega y apoyo ¿Qué pasó? Por qué ahora solo ve la espalda del joven alejándose de su vida, mientras su corazón se ahoga en su pecho y sus piernas flaquean porque quieren implorar que no lo deje, pero las neuronas que han quedado al mando luego del shock no se lo permiten. Jared llegó a volcar sus planes, sus aspiraciones y sueños, nunca pensó que podía ser tan feliz como lo fue en ese año, no sabía que podía conectar y extrañar tanto, que podía pasar el resto de su vida con una persona y estar emocionado por ello.

Jensen se sintió perdido, entró a su casa de nuevo para aislarse entre las sábanas, para darse cuenta al salir de ellas que el tiempo había avanzado porque la luz de su ventana cambiaba, pero eso no podía ser, porque el tiempo se detuvo para siempre cuando Jared dijo aquellas palabras

Te amo, pero creo que necesitamos terminar

¿Cómo puedes amar y romper lo que amas a la vez? ¿Cómo puedes amar y luego alejarte sin más? Jensen no podía contener las ardientes lágrimas que brotaban, su rostro se sentía en fuego vivo por la salinidad después de llorar por quien sabe cuanto tiempo ¿Por qué lo dejaba? Tenía mucho que ofrecer, un buen trabajo, una buena vivienda, estabilidad, amor, lo que sea ¿Por qué? Sentía todo tan irreal, no era real que el amor de su vida decidió que no quería ser parte de ella, no es cierto que Jared lo dejó para siempre, no es cierto que su Jared ya no lo ama ¿Era Jensen uno más ahora?

Los siguientes días no fueron mejor para Jensen, estar solo en su casa era un infierno, se había acostumbrado a los brazos del castaño rodeándolo, a los chistes mañaneros de su pareja que amaba la mañana, los besos en la espalda y la mancha de café que su novio dejaba sobre el desayunador por olvidarse casi todas las mañanas de usar un portavasos. Su trabajo al menos le ayudaba a distraerse, enfocarse en los pacientes frente a él le traía un propósito, aunque admitía que al hacer papeleo administrativo no podía evitar soltar alguna lágrima, o que su garganta se cerrara al ver a alguien parecido a su ex novio.

Algunas noches sentía mucha ira ante la partida del chico, y destrozaba cualquier recuerdo que encontrara de él en su casa, fotografías, regalos, ropa, incluso intentó quebrar con sus manos su cepillo de dientes. Se miraba en el espejo y no lograba reconocerse, pero sí reconocía el veneno que pasaba por sus ojos, el fuego de la ira, pero también el dolor de un corazón roto y perdido. Unos truenos sonaron a la distancia, y solo quiere hacerse bolita en su cama mientras llora con los rugidos del cielo que le advierten que ahora ya no hay nadie que lo abrace cuando teme, ni nadie que lo acaricie mientras cae la lluvia.

Jensen sentía que a veces perdía la razón, que alucinaba muchachos de cabello castaño y con sonrisa angelical, a veces miraba luces, estrellas y planetas a la vez que los hoyuelos de Jared venían a su mente dejándolo sin respiración. No sabía si eran un sueño o si de verdad sucedían, no sabía en qué momento dejaba de respirar hasta que le dolía el pecho queriendo que la visión de Jared fuera real cada vez.

Jensen sabía que el chico de 24 años no adoraba esa ciudad, no era de ahí para empezar. Nueva York era genial para el rubio, había vivido sus 28 años ahí, rodeado de la prisa citadina y de los pequeños espacios a los que aferrarse para encontrar un poco de paz. Jared no la odiaba, pero venía de un pequeño pueblo de Texas, donde su familia tenía granjas y cultivos de los cuales sobrevivían. A Jared le encantaba la libertad que sentía en su pueblo, como el sol bronceaba su tersa piel y como los campos se pintan de dorado al atardecer, donde no había límites para moverse ni imágenes que mantener. Estaba en Nueva York porque quería estudiar artes, porque su hermano vivía ahí, y porque al conocer a Jensen se enamoró inmediatamente de él.

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⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

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Sing to me (Jared x Jensen shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora