20 Ven conmigo

En başından başla
                                    

— ¿Ya no me quieres? Siempre me hechas de tu recamara...

Yo la quería mucho, deseaba su bienestar y deseaba que algún día fuese mentira el deseo y el querer tan diferente que tenía hacia su persona. Pero no podía hacerle esto, era demasiado joven y tenía mucho por vivir.

Me recriminaba siempre por lo que sucedía...

Cuando abrí los ojos me percaté que el cielo estaba poco iluminado y al girarme a la ventana, las nubes anunciaban lluvia. Mi teléfono vibraba y no quería moverme de la dulce y cálida comodidad que me invadía.

Apagué el aparato y volví a la cama. Iba a recostarme otra vez, pero me detuve al escuchar a mi pequeña gemir mi nombre en sueños.

Mordí mi labio inferior y una idea nada sana pasó por mi mente, así que puse lengua a la obra y me abrí paso con las manos por sus delicados y bellos muslos, perfectamente marcados por mis dedos. Rasgué la ropa y mi lengua comenzó a danzar sobre sus labios inferiores ya hinchados por la excitación.

Se quejó y chilló, pero no abrió los ojos. Soltó un delicioso gemido que me hizo dar un lengüetazo con más ímpetu en su hinchado clítoris, entonces reaccionó.

— ¿Qué haces? —Sus manos tiraron de mi cabello con fuerza, pero no me detuve—. Luka...

—Creo que es obvio, ¿no?

Mis brazos se posaron en sus muslos para abrirlos más y no dejar que los cerrara, me ensimismé en darle atención con mi músculo lleno de sus fluidos y entonces sus dedos se enredaron en mi cabello con más fuerza.

Era un puto gocé sentir su sabor en mi boca, era tan dulce y ácida a la vez que jamás me cansaría de beber de ella.

—Voy a...

Sentí como despegó la espalda del colchón y empujó su pelvis hacia mí con ahínco, deseosa de más. Me atreví a soltar sus piernas e introduje dos dedos en su interior. Sus manos abandonaron mi cabeza y abrí los ojos para ver como cubría su boca.

—No lo hagas —me levanté y me permití frotar con mi pulgar su botón sin sacar los dedos—, no te contengas, quiero escucharte gritar mi nombre hasta que no quede nada de ti, ni de mí.

Froté mi erección sobre mi pantalón y ávido lo desabroché para masturbarme con los dedos llenos de sus fluidos. Sustituí con la otra mano el trabajo y estaba lista para mí.

—Ha amanecido, debemos —la penetré duro y encajó sus uñas en mis hombros. Sonreí victorioso—. Luka —gimió—, mamá debe... —lo hice de nuevo—... deben esperarnos...

—Que esperen sentados.

Sonreí victorioso al ver que se rendía ante mí. Tomé sus piernas juntas y las coloqué sobre mi hombro derecho, llegando más profundo.

Creí que podría durar más por ser matutino, pero era estrecha, húmeda, caliente que no pude resistir más y la llené de mí.

—Tendré que darte una maldita píldora —jadee al momento que recostaba mi cabeza en su pecho—. No quiero que tengas a mis hijos por ahora.

—Sería lindo —enredó sus dedos en mi cabello y su pecho vibró—. Pero después de las olimpiadas ¿no crees?

Al fin podía tener la vida que siempre había soñado.

Charlotte

Una sesión de orgasmos matutinos es lo más delicioso que he probado en la vida. Y definitivamente Jared no era el indicado para ello, por algo siempre me frené con él.

Después de otros dos orgasmos en la ducha, estuvimos listos para salir al mundo, cosa que me rehusaba, pero teníamos que hacer. Ya no estaban en el vestíbulo del hotel y tenía cerca de cuarenta llamadas perdidas de las cuatro personas que venían con nosotros.

Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin