Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")

13 Despedida

Luka

Me costó alejarme de la calidez que mi pequeña Lottie me brindaba, pero si su madre estaba en peligro, tenía que dársela de regreso. Así que mi plan era hacer creer a Viktor que me tenía, para poder esconder a Alya, aunque no me quisiera cerca.

-Y-yo no quería traicionarte, l-lo... lo juro -se retorció Ben al ver como acercaba el cuchillo a su abdomen de nueva cuenta-. Viktor dijo que tú jamás subirías al mando, que... que por culpa de la obsesión que tenías con tu hermana estarías en la ruina -chilló de dolor.

- ¿En serio?

-Por eso me contactó, me dijo que si le decía dónde estaban, él se haría cargo y yo estaría a salvo...

-Bueno, Ben -encajé más profundo el cuchillo-. Tú sabes, que nadie se mete con lo mío -giré la hoja afilada-. Y Charlotte, es mía.

La sangre salió a borbotones y quité mi mano para limpiarla. Mi trabajo con él había terminado.

-Iván -se acercó en cuanto lo llamé-. Ya sabes que hacer.

-No quiero arriesgar a Olga, sabes que...

-Solo así podremos hacer que mi pequeña se mueva, confía en ella.

Asintió de mala gana y se retiró del lugar.

Si era el único modo de lograr que Viktor saliera, así sería.

Al llegar a la mansión, mis hombres ya estaban sacando a Alya a escondidas de mi padre, que estaba con la mirada puesta en mí al verme llegar. Esto fue pan comido.

-Bueno, no esperaba verte tan pronto -sonrió-. Y menos... solo.

-Sí, tu hija no quiso verte -mi rostro impasible era un buen arma-. Así que la reunión familiar no será hoy.

-Oh, querido hijo, en eso te equivocas -aplaudió y de pronto me vi rodeado de sus hombres-. Ella vendrá a mí.

Y como parte del plan, me dejé atrapar.

Cuando abrí los ojos, estaba esposado en el recibidor, el dispositivo diminuto bluetooth que tenía detrás de la oreja me dejaba comunicarme bien con mis hombres, escuchaban todo lo que les decía y podían rastrearme sin problemas. Todos estaban en su posición.

-Luka -mi pequeña se percató de mi presencia cuando la primera explosión tuvo lugar.

La vi arrastrase con cuidado hasta mí, estaba cubierta de polvo y Viktor estaba tirado en el suelo y uno de su hombres lo cubría.

-Cúbrete, mi pequeña. Son mis hombres.

Pero no pude terminar y volvió a caer al piso.

- ¡Milenka!

Grite al ver que no se movía. El impacto debió afectarle, tal vez el estrés de estar envuelta en todo esto.

-Tus planes no siempre salen bien -Iván apareció de entre los escombros, encendió un cigarrillo y llegó hasta mí-. Incluso tu padre está... pateó al hombre que estaba sobre él-... inconsciente.

Sonreí.

-Sabes que es débil -mi respiración era agitada-. Libérame ahora -bufé molesto-. Mi pequeña está...

-Desmallada -tomó su pulso y después me miró-. La impresión, probablemente.

Me desató y de inmediato la tomé entre mis brazos. No tenía ni un solo rasguño.

Mis hombres comenzaron a llegar, se llevaron a Viktor y mataron al resto. Todos hacían lo que yo pedía y cómo lo pedía. Así que en poco tiempo el lugar quedó completamente limpio y sin rastro de nada.