El Asedio De Hansber: prt 5

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El retumbar de aquellos grandes cañones de artillería que usaban los barcos de asedio de la Legión, hacían una fúnebre melodía junto a los gritos de terror de cada civil que corría en busca de refugio en los túneles de seguridad de Hansber.

Con sus manos extendidas al aire y sus ojos con aquel tono celeste, la barrera de mágica de Bluey se encargaba de resistir y detener los proyectiles que eran disparados por aquellas máquinas de muerte.
Karl Måne y Sigrid se mantenían firmes al lado de la torre derecha cerca a la playa principal.

Los conejos guerreros de Sigrid se colocaban sobre la muralla preparando sus arcos para tan inmensa batalla.

—¿Sientes ese olor?— preguntó la coneja mientras sostenía su arco y preparaba una flecha de cristal en este.

Un aroma metálico se podía sentir en el aire, era casi como respirar algo oxidado —Acólitos, deben venir en esos navíos y son muchos— exclamó con seriedad el Rey de los Lobos.

Mackenzie y Jean no tardaron en llegar a la playa principal acercándose a Karl Måne y Sigrid pues estos estaban hasta adelante.
En cambio Bluey quien mantenía la barrera subió a la muralla de la torre Derecha desde ahí generando un escudo más resistente al fuego enemigo.

Junto a la Heeler, Judo estaba de pie observando todo este caótico panorama.

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El disparo de cada cañón ejercía una un fuerte golpe contra el navío que lo cargaba, los hacía retroceder un poco pero gracias a los anclajes que usaban este retroceso se compensaba haciendo que así el barco volviera a su zona de disparo.

La inmensa cantidad de navíos que estaban ahí cubrían una gran extensión del mar, aun así para hacer más fácil el movimiento de estos navíos de Desembarco se unían dos o tres de estos mediante rampas que ayudaban a cruzar de un navío a otro hasta el primero que bajaba su rampa en la playa.

Observando las playas con su catalejo, la mano se Franco se alzo dando una señal a su ayudante —Inicien el asalto, ritmo de avance lento pues aprovecharemos la artillería lo más que se pueda—

—Si mi señor— respondió el subordinado mientras tomaba un cuerno el cual soplaba con fuerza haciendo un fuerte ruido con este.
Al resonar del cuerno de batalla, los navíos de desembarco comenzaron a moverse lentamente hacía la playa, avanzado junto al golpe de los tambores de guerra.

Mientras estos grandes navíos avanzaban bajo ellos algo pasaba pues Nilsa y Lucho nadaban lo más profundo que podían hacía la retaguardia enemiga para poder inutilizar aquellos navíos de asedio y sus cañones.

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—Vamos vamos mover esos proyectiles buenos para nada, tened cuidado con la pólvora o nos harán volar en pedazos—

Algunos soldados de la Legión cargaban la munición de estos cañones de la reserva hasta los cargadores, eran proyectiles de gran peso así que algunos Acólitos eran los encargados de mover estos.
Y otros eran los encargados de la recarga, un comandante de artillería y algunos ingenieros de asedio también estaban ahí para el buen funcionamiento de estos cañones.
—Tu bueno para nada, mueve tu culo hijo de puta trae más pólvora Franco quiere estos cañones disparando sin descanso—.

Escalando el exterior del navío, Lucho y Nilsa subían poco a poco mientras se preparaban para la batalla aun que la Loba se detuvo teniendo una idea —Lucho, no tenemos que subir ahí mira—.

Deteniéndose a medio camino, Lucho miró hacía donde apuntaba su compañera, pues detrás de estos navíos de artillería habían algunos botes más pequeños que servían de almacenaje extra —Ahí debe haber suficiente pólvora como para hacer una reacción en cadena, ¿Pero como lo encendemos?—.

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⏰ Última actualización: Mar 23 ⏰

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