4. Papi lo arregla Todo

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Las cosas siguieron el ritmo de las inversiones. Iba para mejor y de la nada caía en picada; después volvía a subir y se mantenía constante. Katsuki no cesó en sus intentos de burla y utilizó sus problemas paternales para empujarlo sexualmente.

Shouto no sabía qué eran. Llamarlo Papi en el sexo no ayudaba a definir la relación, en realidad. Estaba tan estresado que explotaba a la menor provocación. Y eso no podía ser porque se supone que él es el calmado, Katsuki es el explosivo.

Pero hoy era de esos días en los que todo le sale mal. Para empezar, su alarma no sonó, no desayunó, perdió el tren, le salpicaron lodo por un auto y llegó justo en el momento en que les daban mantenimiento a los elevadores de la agencia, por lo que tuvo que subir por las escaleras.

Normalmente, a Shouto no le importaría que su padre le regañara por llegar tarde –contando que se retrasó 2 horas y media–. Como hijo del jefe, se podía dar sus libertades. Pero no hoy, porque estaba más irritado con la vida que un Katsuki de 16 años recibiendo siete +4 en una partida de uno.

Cuando finalmente llegó a la oficina y entró, se dio cuenta de que la mayoría de los héroes estaban ahí. Fue cuando se percató de la fecha y recordó que tenían una junta muy importante; que estaba marcada en el calendario, y él, hijo del dueño de la agencia, llegó tarde.

Enji iba a matarlo.

El sonido de la puerta abierta atrajo las miradas de todos, interrumpiendo la junta por unos segundos. Shouto sintió que se moría de vergüenza y tragó saliva, lamentándose no haber nacido con un quirk como Hagakure.

Cuando se encontró con la mirada de desaprobación de su padre le brincó el ojo del estrés, y cuando se topó con la mirada burlona de Katsuki y su sonrisa arrogante sintió que le hervía la sangre.

– Y con eso damos por concluido la sesión de hoy, muchas gracias por su tiempo – Enji terminó la junta y los demás se comenzaron a levantar para irse. Shouto iba a huir, pero – Shouto, necesito hablar contigo.

Ahí estaban, las mismas palabras que siempre significaban problemas. Shouto se puso derecho y con confianza caminó hasta su padre ignorando las miradas de los otros héroes. Incluida la de Katsuki. Cuando estuvieron solos, Enji empezó.

– Estoy decepcionado de ti, Shouto – Fue un golpe directo, sin avisar – He forjado esta agencia con mi sudor y esfuerzo, he tenido la confianza de múltiples héroes para continuar con el deber social que tenemos; y me rehúso a pensar que terminará en manos de alguien incompetente.

Shouto sintió la indirecta. Meh, al fin y al cabo, no quería la presión de dirigir la agencia. Pero no lo expresó, solo tragó saliva y siguió escuchando, incapaz de mirar a los ojos de su padre.

– Fuiste muy lejos esta vez con tu rebeldía – Continuó Enji. Shouto no le vio sentido a intentar explicarse – Y si no deseas la agencia, lo entiendo. Pero por respeto al trabajo y tiempo de los demás, no vuelvas a cometer un error como este.

Cuando Shouto pudo mirar a su padre a los ojos, este suspiró de forma cansada y cambió su gesto a uno más paternal y comprensible.

– Puedes retirarte. Bakugou te explicará los temas de la junta.

Shouto no tardó en casi salir corriendo, encontrándose a Katsuki esperándolo en la puerta de la oficina. El rubio descansaba en la pared mirando su celular.

– ¿Mal día? – Le provocó. Shouto frunció el ceño.

– No estoy de humor.

– ¿Sabes? Ningún hombre me había dicho eso – Shouto rodó los ojos ante el comentario sexual de Katsuki y comenzó a irse no dispuesto a aguantar tonterías – Oi, ¿A dónde vas?

– ¿A dónde te parece qué voy? – Casi le gruñó – Voy a trabajar.

– Sí que te portas como bebé algunas veces – Katsuki comenzó a caminar tras él, pues sus oficinas estaban en la misma habitación.

– ¿De qué trató la junta? – Quiso saber Shouto, desviando la atención de aquella palabra que le provocó cositas.

– Hum, nada importante en realidad. Una serie de robos en varios distritos que creemos se trata del mismo ladrón. Tu viejo ya asignó el caso a unos extras.

Al entrar a sus oficinas ya los esperaban pilas de papeleo. Era la parte aburrida de ser héroes; con tantos novatos, héroes profesionales eran asignados con compañeros para darles experiencia en patrullas. Como ni Shouto ni Katsuki quisieron andar de niñeras, les tocó hacer el papeleo de los casos.

Shouto ya estaba listo para pasar la tarde enterrado entre papeles cuando Katsuki lo estampó en su escritorio y tiró la mayoría de las cosas al suelo. La acción sorpresiva no fue prevista y ocasionó que Shouto se golpeara el codo con la mesa de madera.

– Ouch – Aquello le dolió, y ya estaba dispuesto a darle un puñetazo a Katsuki como venganza cuando sintió que le sacaban la polla de sus pantalones.

– Debes estar muy enojado con tu viejo si la tienes así – Katsuki se agachó entre sus piernas, tomando la pesada polla en sus manos – Pero está bien, deja que Papi arregle todo.

I'm not your fucking Dad, but I could be your DaddyWhere stories live. Discover now