Autobalance (TF2)

~RED vs BLU~

-Buen trabajo, estoy orgulloso de tí.

Aquellas palabras se repetian en su cabeza y no lo dejaban en paz. Sniper se arrepentía de haber dicho eso.

Pero no lo malinterpreten, el australiano estaba genuinamente orgulloso por Scout, sorprendido por el trabajo que hizo y arrepentido por juzgarlo mal antes. El problema era que a sus ojos no veía el rostro de Scout.

Veía a Jimmy, el antiguo Scout BLU y ahora su difunto mejor amigo. Sniper se culpaba horriblemente por no parar de ver a Jimmy a través de Scout. Cada acción y cada momento se sintió como si Jimmy hubiera estado en ese lugar y cuando dijo le dijo esas palabras mientras comían, por dentro se lo decía a otra persona y no a Scout.

El rostro precioso de Jimmy, con aquellos ojos celestes y grandes, su cabello rubio claro como los rayos del sol, su rostro iluminado de pecas salpicadas como una constelación. Él recordaba a la perfección las facciones de su amigo, cada detalle, que hasta parecía un poco obsesivo. Por alguna razón inconprendida Sniper encontraba a Jimmy dentro de Scout.

Aunque a decir verdad Scout y Jimmy eran algo parecidos.

El australiano se giró a mirar a Scout quien ya se encontraba profundamente dormido con los ojos cerrados en la bolsa de dormir que le había prestado, observó su plácido rostro al dormir tratando de recordar cada detalle de la cara del contrario.

A diferencia de Jimmy, Scout no contaba con pecas esparcidas por su rostro aunque si compartían los ojos celestes como diamantes. Scout tenía el cabello castaño y Jimmy lo tenía rubio claro. Tenía un rostro delgado y una nariz respingada dándole, aunque Scout no lo admita, un toque elegante. Su piel era ligeramente más oscura ya que Jimmy era pálido aunque al tener sus pecas le brindaban algo de vida y color. Para acabar, ambos contaban con pestañas largas que adornaban sus ojos celestes.

Scout quizás no tenía estás características pero si compartía algunas cuantas.

Sniper simplemente negó con la cabeza y suspiró, debía de dejar de distraerse. Jimmy era una persona totalmente diferente y Scout también, no podía simplemente distraerse de su objetivo. Traer a su mejor amigo devuelta a la vida.

Sniper apagó el fuego pateando tierra con el pie pues como experiencia sabía que la luz del fuego podría atraer enemigos al campamento, se dejó descansar su cabeza en la mochila que trajo de emergencia y cerró los ojos dejando que sus problemas sean para mañana.

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El día que tanto temía por fin había llegado.
Scout se mordía las uñas mientras esperaba en la sala del Respawn, los nervios lo carcomieron y lo terminaron convirtiendo en un pequeño ciervo asustadizo.

Para cualquiera de los demás mercenarios un día normal, pero para Scout, el peor día de su vida. Sus ojos se movían para todos lados observando como sus demás compañeros se preparaban para la batalla en los 60 segundos que les quedaban. Siendo parte de su rutina diaria el tener que ir a trabajar y matar hombres para defender una compañía.

Aunque para Scout el caso era diferente. No es que Scout no estuviese acostumbrado a matar hombres casi todos los días si no que desde que lo cambiaron de equipo la idea de tener que ahora asesinar a los que antes eran sus amigos fue un pensamiento que lo atormentaba en su cabeza.

Jamás pensó que este día estaría tan cerca .
Los días habían tan rápido y había perdido la noción del tiempo, ahora no sabía cómo reaccionar si se encontraba con algún miembro de su antiguo equipo. ¿Lo saludarían? ¿Lo atacarían? ¿Lo perdonarían?

De todos modos sus nervios se hicieron más grandes cuando la Administradora empezó a contar una cuenta regresiva empezando desde 10 segundos y cuando llegó al número final sus compañeros lo dejaron solo en el Respawn, determinados a atacar con gritos de batalla tal como unos soldados romanos en una fría y sangrienta guerra por la conquista.