Cinco

32 3 0
                                    

Me mire al espejo una cien veces. Este vestido era perfecto. Me había planchado el cabello y lo tenía hermoso. De maquillaje solo me coloque un poco de rubor, delineador y rímel. 

Había invitado a Elinetta y me dijo que sí. ¡Genial! Ella tampoco iba mal vestida. No estaba acostumbrada a tacones así que la ayude a bajar la escalera. 

Luis nos esperaba afuera. Su Volkswagen azul marino siempre estaba dispuesto a llevarnos a cualquier lado. Yo era la copiloto mientras que mi hermana  llamaba a su novio/amigo. Tenían una relación extraña, siempre estaban rompiendo y volviendo.

-...¿Vas a venir o qué?-mi hermana se frustra hablando por teléfono.-Ok, comprendo. Tu can es más importante que tu novia. No importa. No, no... ¿Sabes algo? Vete al infierno. Oh, después de que disculpes afeitate si quieres volver a verme. 

Luis alzo una ceja al verme y me susurro:

-Difícil. 

Yo asentí y él siguió manejando. 

-Oh,oh. Lucho. ¿Podrías pararte acá?

-Elinetta, Estamos en la autopista. No puede parar.-dije. 

-Pero tengo ganas de orinar. Porfa... ¡Parate! me va a estallar la vejiga. 

-No seas exagerada. No lleva ni veinte minutos conduciendo. ¿Tu no tenías ganas en casa? No, ¿verdad? Bueno, pues aguante señorita mandona.

Luis me paso una botella. 

-¿Que es esto?-dije.

-Dáselo. No mirare.

Se lo pase a Elinetta.

-¿Como quieres que orine en esta estúpida botella?

-Si no lo haces, lavaras mi auto, cuñadita.-Dijo Luis.

-No puedo...

Llegamos a la calle y Luis se detuvo.

-Bájate.

Mi hermana lo hizo y salió corriendo a un arbusto. 

-Tu hermana es... 

-Lo sé. No salgo mucho con ella, es difícil tratarla. En especial cuando está toda irritada con lo de su novio/amigo. 

Mi hermana llegó al auto.

-Listo. Ah, y tire tu botella. Se rompió al agacharme. 

-No me importa.-me miro.- Si tienes ganas de ir al baño, es tu oportunidad, amor.-miro al arbusto.

-Nada de eso, conduce. Quiero llegar a arrasar la comida. 


-10 minutos después-


Llegamos a la mansión y había un pequeño puñado de estudiantes en la entrada y dentro de la casa.

Nos bajamos del coche.

Y ahí estaba Yum.

¡Ay Dios mío! 

Mi querida ex amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora