Tres

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Las clases de la señora Ruíz son siempre las mismas. Ella en su ajustado traje de maestra se roba todas las miradas de los hombres. Es que, con esas curvas, un trasero operado, y el busto lleno de silicona ¿Quien parece de 41? nadie. Y así como está, parece que no hubiera tenido hijos. Cuando en realidad tiene 4.

Salí directo a la sala de fotografías. Para tomarme la foto. Pero, al llegar allí había una fila kilométrica. Alumnos de primero,segundo y tercer año. Sin mencionar a los de Quinto, que salieron del aula antes que los de cuarto. Me apresure a colarme en donde estaba Luis. Él me había dicho que lo localizara y que me metiara a la fila.

-Luis allá esta Ron...
-Ni lo sueñes. No voy a meter a la fila a ese amigo tuyo. ¿No te he dicho que le gustas?
-Luis, ¿él te lo dijo?
-No hay que decir nada. Simplemente la forma en que te mira la cara y los pechos es suficiente.
Le acaricie la mejilla y me beso rápidamente la boca.

-No estes celoso. Eres mi novio. Y sabes que te amo.
-Lo sé. Yo también te amo. Oye, me gustaría romper el trato de "nada de mucho afecto en público" Quiero darte besos fuertes.
Me reí.
-Cielo, sabes que yo, ya lo hubiera hecho. Pero darnos esos pequeños besitos molesta a los profesores.

-Es claro que ese Ron le pidió a su padre eso. Claro que disfruta ser el hijo del director.
-La fila avanza, Correte.-dije.

La fila avanzó hasta donde se encontraba Aleya. Y ella le dio su puesto a Ron. Quien paso antes.
Despues de que la amable Aleya le cediera el puesto a todos sus amigos llego mi turno. Iba a pasar pero ella muy exquisita quiso pasar antes. No sin antes torcer los ojos hacía mi.
-¿Que te sucede?.-Pregunte. Sabiendo que no me iba a Responder.
Pero a cambio levanto una mano para que me callara y me dio la espalda moviendo su trasero de derecha a izquierda.
Me voltee hacía Luis que tenía una expresión de haber chupado un limón.
-No le prestes atencion. Ella siempre te ha tenido envidia.
-No creo que sea eso. A veces pienso que nunca lo sabre. Pero voy a averiguarlo.

Despues de que Aleya saliera era mi turno. Cuando salió y yo entre me puso el pie en el camino y me desequilibro. Sin embargo no caí. Me apoye en la pared. Luis salió a mi socorro y me equilibro sútilmente. Ella no miro atrás. Pero no desaproveche la oportunidad para gritarle lo que desde hace un año se merecía.

-¡¡Perra!! deja la envidia.

Mi querida ex amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora