Cap 5

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—¿Mala noche?—preguntó Isaac cuando terminé de golpear el saco y resoplé—. Tomo eso como un si.

—Es exactamente un jodido si—rodé los ojos—. Tengo que ir a una cena con Will, su abuelo y mi padre esta noche. Quiere asegurarse de que todo vaya bien y visitar viejos amigos.

Anoche, después de la aparición de Damon había recibido una llamada de mi padre para avisarme que iba a tomar un avión desde Irlanda a Thunder Bay para visitarme.

Genial, era maravilloso.

Mi relación con mi padre no había estado bien en los últimos cuatro años. Desconfiaba de mis decisiones y desaprobaba que no hubiera querido estudiar Negocios en Oxford.

Eso era lo que él quería, y si, en cierta forma yo aplicaba los negocios en mi vida. No entendía cuál era el problema.

Durante toda mi vida me había esforzado por obtener toda la aprobación de mi padre, por complacerlo. Pero desde que vine a Thunder Bay para ese último año de escuela... todo cambió.

Yo quería su aprobación porque él no era un hombre afectuoso incluso en las pocas veces que nos veíamos y sus elogios por mi esfuerzo era lo único cercano a cariño paternal que obtenía. Pero entonces desperté, mi burbuja se rompió y me di cuenta que yo no debía complacerlo en absolutamente nada porque su ausencia era meramente su maldita culpa y no mía, como me había hecho creer mi abuela, su madre.

«Bruja. Me alegraba que esa maldita vieja estuviera muerta»

Toda mi vida me dijo que si quería que mi padre me amara tenía que complacerlo, tenía que esforzarme para ganarme su amor porque era mi culpa que él estuviera atado a mi madre. Que debía compensarlo y ganarme el puesto de su hija.

¡Ganármelo! Por dios.

Y eso hice. Fui la mejor en clase, estudiaba hasta que mis ojos se cerraban solos, tanto que si mi nota no era un perfecto cien me ponía a llorar creyendo que era una decepción y que por eso mi padre me odiaba.

Mi padre... bueno, nunca lo fue. Llevaba su sangre y apellido, pero siempre estuvo lejos. Solo lo veía en fechas especiales y era mamá la que me cuidaba y estaba conmigo todo el tiempo dándome su amor.

Hasta que se fue sin una explicación y Ray, su hermano, se creyó con el derecho de cuidarme porque yo era su sobrina y mi padre no tenía tiempo. Bla, bla, bla.

Lo que sea, mi padre me dejó ir con él. Cuando salió mal, me mandó a Thunder Bay bajo el cuidado del senador Grayson y... bueno, fue cuando finalmente rompí toda conexión con él.

Me pagaba la matrícula y mis necesidades porque yo era menor de edad, usé la herencia que mi abuelo me había dejado para pagar la escuela de música porque mi padre quería que estudiara negocios y se negó a complacer mi "capricho".

Un "capricho" del que vivía hoy en día. Como la mejor pianista de la década según los críticos y ganando dinero con las escuelas de música en las que invertí en Nueva York, Londres y España.

Pensaba abrir una propia muy pronto, pero esta vez con solo becas para los chicos que no contaran con el dinero para estudiar lo que les apasionaba.

—¡Evie!—Isaac me sacudió y parpadeé para darme cuenta que había entrado en un trance, algo "normal" desde la muerte reciente de mi madre.

Trabajaba en ello con un terapeuta, pasaba cuando me estresaba o me sentía muy ansiosa. O cuando estaba disgustada, me había acostumbrado a disociar para no llorar cuando algo me disgustaba.

Porque llorar era para débiles, eso siempre decía mi abuela y esa creencia se había arraigado tanto en mi mente que me obligué a llegar a ese punto solo para no mostrar debilidad y ahora, gracias a eso, habían momentos muy al azar donde disociaba sin darme cuenta.

«Como dije: bruja»

—Lo siento—suspiré, dejándome caer en la colchoneta del gimnasio.

Había estado yendo al Sensou para ayudar con la reconstrucción y esas cosas durante las tardes, había estado recibiendo algunas clases de defensa con Will ahí mismo.

Eso era más que todo porque sabía que Will necesitaba poner su concentración en otra cosa.

Verlo golpear a Damon hasta casi matarlo... casi me hizo caer de rodillas y suplicarle que no lo hiciera, pero la mirada que Damon me dió me detuvo. Y aún la tengo grabada en la memoria.

Sabía que después de eso Will necesitaba dejar de pensar en Damon, así que le pedí que me entrenara. Para estar lista ante cualquier cosa.

Pero hoy... no quería ver a Will. Necesitaba desahogarme y no estaba segura su Damon era un tema que él quisiera tocar, así que prefería guardármelo.

Porque Damon había sido su droga una vez. Will siempre había estado inclinado hacia esas mierdas pero nunca tanto como cuando Damon le falló.

Y yo... él había sido mi ancla. La oscuridad que necesitaba para volver a la realidad y esas cadenas que me sujetaban a él se habían roto hace años.

Me había visto obligada a conectar con la realidad yo misma en momentos como los que acabo de tener. En momentos después de cada pesadilla de la que él no sabe, de cada recuerdo que si supo y cada llanto de pérdida.

Él fue a la cárcel, perdió tres años de su vida y algo más. Yo también había perdido eso, porque lo había amado, tanto que su pérdida me había hecho sangrar.

Y no estaba segura, por mucho que lo necesitara, si quería acercarme al borde del acantilado de nuevo con la única opción de correr a sus brazos.

No estaba lista para... sufrir de nuevo.

Ahora Will hacía lo posible, nos manteníamos en la realidad mutuamente, pero Damon era como una pieza que nos unía a los tres y sabíamos que nos hacía falta.

Porque hay un dolor en el que solo él puede acompañarme, que solo él puede menguar. Pero no estoy segura de querer arriesgarme a darme un golpe de realidad si Damon lo hizo por herirlo.

Si Damon hirió a Will a propósito, no iba a volver a verlo, me iba a obligar a no necesitarlo sin importar el tiempo que llevara.

Porque quizás no me molestaba Ray o lo que le hizo, quizás no me molestaba tanto nuestro accidente y los dos días que él estuvo inconsciente haciéndome vivir mi pequeño infierno en la tierra.

Lo habría perdonado, lo habría hecho. Y lo hice de cierta forma, pero también lo tomé como el impulso para irme luego de... eso.

—En casi cinco años no creí que quisiera decir esto, Evie—Isaac se sentó frente a mi—. Pero necesitas hablar con Damon.

—¿Y si era una mentira?—los ojos se me llenaron de lágrimas cuando el dolor en mi pecho apareció—. ¿Y si todo lo que una vez había creído que él era fue... mentira? Prefiero vivir con la duda que tener ese golpe mortal, Isaac.

—Podrás vivir con la duda, pero no con ese dolor en el que no nos dejas acompañarte, Evie—acunó mi rostro entre sus manos, dándome esa mirada de hermano mayor que me ha dado toda mi vida—. Eres capaz de reconstruirte, de ser tu propia ancla. Pero primero necesitas romperte para arreglarte.

—Debo... ir a prepararme para la cena—le ofrecí una pequeña sonrisa y aparté mis manos para limpiarme las lágrimas antes de levantarme.

No estaba lista todavía. No era tan fuerte.

Moonlight [Damon Torrance]Where stories live. Discover now