CAPITULO 21

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SABINA:

—Cometiste un error gravísimo —dijo el rey mirando a Rhysand— cuando fuiste a buscar el Libro. Yo no lo necesitaba. Estaba satisfecho con dejar las cosas así como estaban, con dejarlo escondido. Pero apenas tus fuerzas empezaron a olfatear alrededor..., decidí que ¿quién mejor para ser mi contacto con el reino humano que Jurian, mi amigo recién renacido? Él acababa de pasar todos esos meses recuperándose del proceso y quería ver en qué se había transformado su antiguo hogar así que le gustó mucho visitar el continente durante un tiempo largo.

Las reinas lo miraron y sonrieron, sí, se inclinaron frente a él. Inmóvil volví a fijarme en Az, aun con todo lo que pasaba lo que mas me preocupaba era su herida, la sangre que emanaba sin control.

—Jurian, el valiente, el astuto, que había sufrido tanto al final de la Guerra..., ahora es mi aliado. Y está aquí para convencer a estas reinas de que me ayudarán en mi causa. Por un precio, claro, pero eso no tiene importancia. Y fue más sabio trabajar para mí que permitir que ustedes, los monstruos de la Corte Noche, nos rigierais a todos, nos atacarais. Jurian tuvo razón en advertir a Sus Majestades que ustedes tratarían de llevarlos el Libro..., que les diríais mentiras de amor y bondad, cuando él, Jurian, había visto de lo que era capaz el alto lord de la Corte Noche. El héroe de las fuerzas humanas, renacido en un gesto de buena fe de mi parte, renacido para el mundo humano. Yo no quiero invadir el continente..., lo que quiero es trabajar con los humanos. Mis poderes protegieron a las cortes de los espías... y así les mostré los beneficios de aceptar el trato. —Una mueca burlona a Azriel, que apenas si consiguió levantar la cabeza para devolverle el gesto—. Tantos intentos impresionantes para infiltrarse en ese palacio sagrado, Cantor de Sombras, buscando con desesperación a la traidora de Hybern—se me seco la boca, Az habia entrado, me habia buscado incansablemente--..., una prueba contundente a Sus Majestades de que vuestra corte no era tan benevolente como vos queríais mostrar.

—Mentirosas —siseo Feyre -- Sois unas mentirosas y si no liberáis a mis hermanas, voy a masacrar...

—¿Oís las amenazas, el lenguaje de la Corte Noche? —dijo el rey a las reinas mortales, los guardias a nuestro alrededor ahora, en un semicírculo, la situación critica—. Masacres..., ultimátums... Quieren acabar con la vida. Yo deseo darla.

Entonces, habló la reina más anciana

—Entonces, mostradnos, probad que existe ese don que mencionasteis.

Rhysand quien mantenía a Feyre entre sus brazos le bramo:

—Sois una tonta.

El rey lo interrumpió.

—¿En serio? ¿Por qué someterse a la vejez y la enfermedad cuando lo que yo ofrezco es tanto mejor? —sonrio a mi lado—. Juventud eterna. ¿Vais a negar que eso es un beneficio? Una reina mortal se convierte en alguien que puede reinar para siempre. Claro que hay riesgos: la transición puede ser... difícil. Pero un individuo con voluntad fuerte puede sobrevivir.—movió mis cadenas –os haría la demostración con mi querida Clythia pero me temo que no lo merece.

Mis ojos llamearon al verlo, el caldero ronroneo, desde que habia entrado no paraba de escucharlo, susurrándome.

Traidora, traidora, traidora...

Callate, cállate.

¿ya no quieres jugar a las escondidas?

La reina vieja levantó la cabeza:

—Mostradnos. Una demostración de que se puede hacer, de que es seguro.

El rey asintió.

—¿Por qué creéis que le pedí a mi querida amiga Ianthe que averiguara a quién apreciaría Feyre Archeron como compañía para toda la eternidad? —no, no, no,...El rey explicó—: Ah, les pregunté a ellas primero. Parecían demasiado..., demasiado humanas para traicionar a dos mujeres jóvenes, equivocadas. Ianthe no tuvo problemas. Consideradlo mi regalo de bodas —agregó, mirando a Tamlin.

UNA CORTE DE MELODIAS Y SOMBRAS / AZRIEL Where stories live. Discover now