Rumores

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Desde la salida del artículo de Rita Skeeter, en Hogwarts se había corrido el rumor de que Harry había metido su nombre en el cáliz de fuego porque estaba enamorado de Cedric, y aunque en un principio hizo oídos sordos a esos tontos rumores, últimamente todos parecían estar hablando el triple del asunto.

Los estudiantes de Hufflepuff eran especialmente molestos con esos estúpidos comentarios, hacian burlas y hasta había sido amenazado por chicas de la casa amarilla ¿Dónde había quedado que Hufflepuff era la casa de los nobles y amables?

– ¿Por qué tan molesto Harry? – La voz era suave y extrañamente familiar.

Volteó a mirar y en uno de los espacios de la pared, se encontraba sentado Emrys con un libro en la mano.

¿Ese chico podía leer?

– No, no puedo como tal. – Le respondió. – Para eso está la ecoestela, puedo identificar las vibraciones de las palabras con ella.

¿Ese chico leía mentes?

– No leo mentes tonto. – Se burló. – Hablas en voz alta ¿No te habías dado cuenta? Venías murmurando algo sobre "estúpidos Hufflepuff"

– Oh... Lo siento, yo no me refería a ti ni nada. – Se disculpó y tomó asiento junto a Emrys.

– Me da igual, aunque así fuera no sería la primera vez. – Le sonrió, aunque bueno su vista seguía fija en la nada. – ¿Cuál es el problema Potter?

– Los tontos rumores sobre mi y Cédric. – Confesó. – ¿Por qué yo pondría mi vida en riesgo para estar cerca de Cédric? Además, nos llevamos bien desde antes de iniciar el año, no tiene sentido.

– No lo tiene, pero a las personas les gusta creer en cosas extrañas. – Respondió. – Las creencias es lo que une a las personas y si lo vez como algo externo suena bastante romántico, pero ahí divide las cosas, o es extraño o es lindo.

– ¿Crees que pueda deshacerme de esos rumores? – Preguntó bastante preocupado.

– No. – Dijo sincero. – La única forma de que esto acabe es que se olviden del rumor, entre más lo niegues, más importancia le das al asunto. Tienes que esperar a que algo más fuerte haga que lo olviden, nadie va a creerte si lo niegas, no creyeron cuando yo dije que no pusiste tu nombre en el cáliz, ni cuando el profesor Dumbledore dijo que era una especie de error.

– Entiendo, gracias Emrys. – Por instinto le revolvió el cabello, era mucho más bajo que él. – Por cierto ¿Qué haces en un lugar tan apartado?

– Estoy huyendo de Fred y George. – Contesto. – Ya se les ocurrió una loca nueva idea. Y no me malinterpretes, me agradan y los quiero, pero estaba muy acostumbrado a estar solo siempre y a veces necesito mi espacio.

– Bueno no muchos entienden su extraño sentido del humor, pero ustedes se llevan bastante bien. – Dijo Harry.

– Ellos me tratan normal. – Sonrió. – Para ellos soy solo Emrys. No me tratan como si me fuera a romper como Herm o se burlan de algo que no es mi culpa en lo absoluto. Para ellos soy otro mago más.

– Pensé que no te molestaba que Hermione te cuidara. – Le dijo.

– No me molesta como tal, es muy lindo de su parte y ella es muy amable... Pero, siento que a veces me reducen a eso, a qué no veo. – Suspiro. – No soy él primer ni seré el último mago que este ciego. La magia no arregla las cosas de nacimiento, como tú miopía o mi ceguera, así que habrán más magos así por siempre y hace siglos inventaron la ecoestela que soluciona mucho de los problemas de la ceguera.

Harry decidió no comentar nada más y se quedó un tiempo escuchando al chico. Si era sincero, nunca había pensado en que ser cuidadoso con Emrys podría ser una forma de molestarlo, pero parecía que a él no le gustaba ser tratado como alguien especial. 

Entre tres corazones - Drarry [Harry Potter] Where stories live. Discover now