Entre Caníbales

843 32 56
                                    

Daniela Torres. Trabaja con  Soda Stereo desde "Doble Vida". Dónde conoció a los integrantes de dicha banda.

Gustavo no se llevaba bien con ella porque decía que era una perdida de tiempo y que no iba a quedarse para siempre. Sus compañeros de banda trataron de bajarle los humos (cosa que nunca funcionaba) pero aún así seguían intentando.

Daniela, por otro lado, nunca intento caerles bien entregando una imagen de ella que no era. Ella siempre fue ella misma. Con Charly y Zeta siempre tuvo una relación amistosa y laboral muy buena.

Y bueno, Gustavo, era otro tema. Siempre que ella estaba presente o la evitaba o simplemente la ignoraba.

Al principio, cuando empezó con su trabajo, se sentía un poco mal con los constantes rechazos de Gustavo. En repetidas ocasiones trato de entablar una conversación con él, diciendo que si por lo menos no podían tener una relación amistosa que tratara de tener una relación laboral y así hacer más ameno y menos incómodo cuando estuvieran los dos en una misma habitación. Gustavo hacía caso omiso. Pero Daniela no cesaría con eso.

Un martes en específico todo se dio la vuelta. Estaban los tres chicos reunidos. 

- Buenas, buenas. - Saludó Dani con alegría. Charly y Zeta la saludaron de vuelta con la misma alegría

- Hola Dani ¿Cómo va? - Se levantó Charly, para darle un abrazo que ella correspondió.

- Todo bien, Carlitos. - Respondió y después de Charly siguió Zeta para abrazarla igualmente.

- ¡Dani! - Zeta saludo en el abrazo.

Gustavo bufó al verla llegar y como era de esperarse se retiró de ahí.

Dani, Zeta y Charly conversaban acerca de algunos shows que iban a dar. También de algunas otras cosas.

- Zeta, teníamos que ir a pedir la cena. - Charly se dirigió al hombre Rapunzel y lo miró con preocupación.

- No me jodas, Carlos. - Respondió igual. - ¿Se te había olvidado? - Charly asintió.

- Vamos, rápido. - Charly hablo. Dani miraba toda la escena con confusión.

Los dos chicos se levantaron del sofá y Dani los seguía con la mirada.

- ¿Por qué no piden servicio a domicilio? - Preguntó Dani.

- No tienen. - Charly le respondió.

- ¿Querés ir? - Zeta interrogó.

Daniela negó con la cabeza.

Unos instantes después de que ellos se fueron. Dani fue a buscar un vaso con agua.

Y chocó con él.

Daniela se tambaleó un poco, le iba a reclamar pero al mirar a dicha persona se le pasó.

Gustavo la miró con molestia.

- Fijate. - Fue todo lo que dijo y se fue.

Ella siguió su camino hasta la cocina donde tomaría un vaso de agua.

Al regresar con su vaso en la mano pudo ver que Gustavo buscaba algo con la mirada y demasiada insistencia.

Gustavo al percatarse de la presencia de ella, solo le pregunto.

- ¿Y los chicos? - Daniela se asombro con su pregunta.

- Fueron a comprar la cena, se les había olvidado al parecer. - Contesto y Cerati suspiró y se sentó en el mismo sofá.

Tenía la mirada perdida, como si pensara en algo.

Daniela no sabía si sentarse ahí mismo en el sofá o no.

Pero lo hizo, total, ya estaba acostumbrada a que Gustavo la ignorasé.

Sin embargo, Gustavo no reaccionó, simplemente se quedó ahí sentado. Daniela se sentía un poco incómoda.

Tenía que preguntarle algo. Pero dudaba mucho de que él le respondería.

- Gustavo ¿Por qué te caigo mal? - Preguntó y Gustavo suspiró. Daniela en ese momento pensó que se iba a ir de ese lugar. Pero no. 

- ¿Por qué? No hay un porqué, simplemente no me agradas. - Respondió con sinceridad.

- Bueno. - Se levantó ella del sofá ,y Gustavo la miró confundido.

- ¿Bueno? ¿Es todo lo que vas a decir? - Daniela se dio la vuelta.

- Y sí, ¿Qué querés que te diga? ¿Que me re duele tu rechazo? - Ella respondió. - Yo dije perfectamente cuando llegue acá que yo iba a ser yo misma y no iba a fingir una personalidad que no es. - Finalizó.

- Entonces, ¿Por qué tanta insistencia? - Preguntó queriendo dar la vuelta al asunto.

- Simple curiosidad, nada más. No te ilusiones ni tampoco pensés que te voy a rogar, como todas las pibas que trabajan con vos - Respondió con molestia. Gustavo se sorprendió

Gustavo se quedó en silencio. Los dos se quedaron en silencio, no dijeron nada. Pero Gustavo hablo después de unos momentos.

- Tal vez esté cambiando mi perspectiva. - Canturreó. Daniela no parecía comprender sus intenciones. Al parecer Gustavo tendría que ser más "explícito" literalmente.

- ¿Qué? - Musitó confundida.

Gustavo se acercó a ella, como si fuera sigiloso, como un león caza a su presa. Pero para él era al revés. La presa era él y el león era Daniela. Se sentía fuertemente atraída por ella. Y muy en el fondo eso era el causante de que Gustavo no hiciera las paces con ella.

Daniela solo se limitó a querer alejarse un poco, pero las miradas que ellos se transmitían eran como imanes. Se atraían y eso lo estaban descubriendo justo en ese momento.

- Dani, si supieras que causas en mi. - Susurró cuando estuvieron finalmente frente al otro. - Dejame demostrarte de que soy capaz de hacer. - Gustavo posó una mano en el cuello de ella para atraerla y unir sus labios en un beso. Que primero por parte de Daniela no fue correspondido, pero finalmente cedió a él.

Ahora el beso era más intenso, se podía sentir el deseo por parte de ambos que iba creciendo de a poco.

- ¿Se supone que te caigo mal? - Daniela le pregunto en medio del beso.

- Tal vez después de esto me caigas peor. - Bromeó, logrando que ambos rieran.

Gustavo la atrajo más y la hizo sentarse encima de él.

Sentados en el sofá, con Daniela encima de Gustavo, entre besos, caricias y mucho deseo, sería confuso para cualquiera que lo presencie.

La ropa poco a poco fue desapareciendo, dejando al descubierto la piel de ambos.

Los roces eran un veneno, los besos eran el oxígeno, y el cuerpo ajeno era un paraíso aún inexplorable.

Los mismos jadeos comunicaban mucho más de lo que las palabras pueden expresar.

Gustavo aprovechó el tiempo que tenía, dejando un rastro de besos en todo el cuerpo de ella. Robándole varios jadeos.

Daniela tocaba el cuerpo de él, cualquier parte que fuera posible. De pronto se inundaron completamente en un mar de intimidad inmensa.

Explorando cada parte de sus límites, sus puntos débiles, y las secciones que en un principio nunca pensaron que tocarían en el cuerpo ajeno.

Si alguien le hubiera dicho a Daniela que iba a terminar con Gustavo en ese sofá teniendo sexo con él. Jamás lo creería, tal vez él sí, pero ella no.

Concluyeron su acto y se vistieron. Tal vez no irían a ser los mismos. Tal vez su relación iría a un siguiente peldaño. Tal vez solo cometian acciones Entre Caníbales.




🦭🦭🦭

HOLAAAAA que ondaaa, actualice este One Shot a pedido de calles-azules. Que me sugirió hacer la temática con esta canción.

Y la época de Soda la quise hacer de Doble Vida porque Gus se ve re hot. 😵 Y no me dejarán mentir.

GUSTAVO CERATI (ONE SHOTS)Where stories live. Discover now