Capitulo 11

4 2 0
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Es difícil soltar un corazón roto, y el mismo puede romperse de mil maneras.

Mi corazón se rompió por primera vez a los ocho años de edad, y no, no me refiero a cuando papá me prometía pasar la mejor tarde de nuestras vidas para no aparecer. Tampoco me refiero a las veces que lloraba porque no tenía tantos amigos como creía.

Se me rompió el corazón porque a los ocho años me alejaron de una de mis mejores amigas.

 Por más que intente, nunca pude sacarme a Ronnie de los pensamientos, la llevaba conmigo demasiadas veces, la extrañaba como se extraña el sol en los días de lluvia y el verano en los días de invierno. Uno no se cura de un corazón roto, simplemente aprendes a avanzar sin esa persona. Y desde ese día, me volví inmune a los corazones rotos.

Romper con mi primera novia no me afecto tanto como creí, por mas que Luna me dijera que me hacía el fuerte, la realidad era que me sentía vacío. Esa era la sensación que me quedaba cuando alguien se iba de mi vida, un vacío, a veces el vacío dolía más, y otras veces dolía menos.

Y mientras miro a mamá sentada en el sillón devorando las papas fritas que compramos para nuestra noche de películas, me pregunto si su corazón sentirá el mismo vacío que el mío cuando estamos viendo la producción más reciente de Tucker.

Mi vacío por Tucker era diferente. Primero fue tristeza porque se iba, a veces alegría porque me llamaba, luego enojo porque rompía sus promesas. Porque se perdió mi cumpleaños número nueve, y los siguientes a eso. Luego rabia, porque mamá lloraba cuando creía que no la veía al pensar en él. Y ahora decepción, porque yo también perdí a Ronnie, y él parece olvidarlo.

No hablaba de Ronnie con mamá, ni de Tucker. Ambos preferimos evitar el tema, sabíamos que podíamos contarnos nuestras cosas, pero ellos dos fueron lo que afectaron nuestros corazones de diferentes maneras.

—¿Alguna vez piensas en él?—se me escapó. Mamá gira su rostro para mirarme.

—¿En quien, cariño?

—Ya sabes en quien.

Mamá me mira antes de suspirar.

Ella ha intentado seguir adelante a su manera. Cuando nos mudamos aquí, hace cuatro años , comenzó a salir con hombres. Hombres de su edad, hombres que quizás le llevaban unos años, algunos jóvenes. Pero ninguno fue tratado como novio.

Hubo algunos que eran aburridos, idiotas, otros que huían al saber que se embarazo con catorce años de mi, porque algunos cuando les decía "tengo un hijo" seguro esperaban un niño. Los hubiera recibido a todos ellos con mi pistola de agua de ser así.

Hace un año salio con uno que parecía el tipo perfecto, mayor que ella por cuatro años, sin hijos, sin esposas anteriores. Siempre olia a cigarrillo y dinero, no me acuerdo en que trabajaba, solo me acuerdo que le deje el ojo morado y el diente frontal fuera la primera vez que lo vi golpear a mi madre. Nos amenazó con una denuncia que nunca llegó.

Shailine & LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora