(G͜͡o͜͡k͜͡u͜͡ & C͜͡h͜͡a͜͡r͜͡l͜͡i͜͡e͜͡ ) La princesa del Infierno Y El Sayayin.

Capitulo 3: Caballero para una damisela

había estado perplejo ante esta confesión. Le dolió un poco saber que estaba haciendo sufrir a Milk, pero también sabía que no podía cambiar su naturaleza. Era un guerrero, y siempre estaría listo para defender a la Tierra y a sus seres queridos.

Milk: No te pido que dejes de ser quien eres, Goku. Solo quiero que entiendas que esta no es la vida que quiero para mí.

Milk había sacado unos papeles de su bolso y los puso frente a Goku.

Milk: Estos son papeles muy importantes, Goku. Solo necesitas firmarlos y podremos terminar esto de una manera civilizada.

Goku se quedó en silencio durante unos segundos, mirando los papeles. Finalmente, tomó una pluma y firmó sin decir una palabra.

Milk: Sé que esto no es fácil para ti, pero creo que es lo mejor para ambos.

Si en ese momento Goku hubiera comprendido la verdadera naturaleza de los documentos que firmó, quizás, solo quizás, no los hubiera aceptado. Pues en esos papeles, se estipulaba que él cedía la mayoría de los bienes y recursos acumulados durante toda su unión matrimonial con Milk hacia esta misma.

Sin embargo, en su ingenuidad y confianza en su expareja, Goku no había prestado atención a los detalles legales y firmó los documentos sin sospechar de las consecuencias que esto tendría para él. Solo cuando se dio cuenta de que Milk había comenzado a retirar gradualmente sus pertenencias de la casa además de llevarse la casa misma.

Pero la noticia más devastadora aún estaba por llegar. Goku, sin darse cuenta, también había cedido la custodia total de su hijo menor a Milk, y para colmo, se le negó el derecho a verlo.

La razón detrás de esta decisión era que Milk había presentado pruebas que sugerían que Goku no era apto para cuidar a su hijo y que su influencia podría resultar perjudicial para el niño. Esto, sumado a la repartición desfavorable de los bienes, dejó a Goku en una situación desesperada y aislada, lamentando haber firmado los papeles del divorcio sin una comprensión completa de sus implicaciones.

Para empeorar las cosas, había una cierta base de verdad en los argumentos presentados por Milk para obtener la custodia exclusiva de su hijo. Goku, en su afán por defender la Tierra y mantener la paz, a menudo estaba ausente de su hogar, pasando largos períodos lejos de su familia.

Además, su dedicación a la lucha lo había llevado a descuidar su deber de proveedor financiero, lo que resultó en que Milk tuviera que hacerse cargo de los gastos domésticos y la educación de su hijo. Así, a los ojos de la ley, Goku aparecía como un padre negligente e incapaz de brindarle una vida estable y segura a su hijo, lo que fortaleció la posición de Milk en el acuerdo de divorcio.

Goku también recordó con amargura la deuda financiera que Milk le había dejado. Debido a las cláusulas en los documentos firmados, Goku se había convertido en el responsable legal de todos los pagos atrasados que ambos habían incurrido durante su matrimonio.

Esta situación lo obligaba a hacer frente a una carga económica que no estaba preparado para asumir, especialmente considerando que ahora también tenía que enfrentarse a los costos legales de su divorcio. Todo esto fue un golpe duro para Goku, que se vio atrapado en una situación desesperada y con pocas opciones para salir adelante.

Sin embargo, la situación financiera de Goku era solo una de sus preocupaciones. Además de la deuda acumulada, también tenía que hacer frente a las indemnizaciones que debía pagar a Milk por el incidente en el que ella había resultado con varios huesos rotos.

[Inicio de la escena en el minuto 1:15]