Capítulo XII

60 0 2
                                    

            Sin decir más engulli todo, procure no tocar nada más y metí un par de cosas necesarias en la mochila que un era servibles, otras pocas le oblige a Dana a guardarlas. Estaba exhausta, pero no podíamos pasar la noche ahí. Demasiados peligros.

          Le escribí una nota a Braien, con todo el amor del mundo esperando que no me odie.

          Queridos Braien y May.

          El plan de la abuela nunca fue que me quedara aquí. Nadie debía conocer el plan completo. Os quiero, cuando llegue a un lugar asalvo os avisaré, de alguna manera conseguiré poderos decir que estoy bien.

                      Vuestra siempre Ada


         — ¿A dónde nos vamos?

         — Al Lago Gualmer. Desde allí podrás ponerte en contacto con tu familia y volver con ellos.

        — ¿Porqué no esperas aquí a Braien? El nos ayudará — Insistió.

       — Porque ese nunca fue el plan de la abuela.

          Sin más salimos de casa.

         — ¿No sé si es seguro irnos? Podemos esperar a enviarle una carta a mi familia y ellos nos ayuden.

         — Dana, no nos podemos quedar más, si tú quieres quedarte o ir en otra dirección estas en todo tu derecho, yo tengo unas pautas que debo cumplir por mi bien y mi vida.

        — Tampoco quiero dejarte sola. Creo que lo mejor es esperar, no seas testaruda.

          — ¿Porque quieres esperar? ¿No has oído al Gamma de Galep? No podemos quedarnos.

          — Quiero esperar porque de aquí nadie te sacará, ¿De que tienes miedo? Estamos en tierra neutral, ¿Quién te sacará de aquí?, a mí puede, pero ¿A ti?

         — Galep se puede saltar el tratado a la torera.

         — Hasta que Galep pueda entrar, Braien ya nos habrá sacado de aquí.

         — Pues quédate, yo me voy.

             Comencé a andar, no había tiempo que perder, notaba que Galep estaba cerca, la presión por entrar en mi cabeza era mayor. Estaba intentando romper mis escudos, tenía que alejarme antes de que lo consiga, sino me puede obligar hacer lo que el quiera y no estoy dispuesta a ello.

          — Ada espera, ¡Joder!, Piénsalo bien.

          — Ya está más que de sobra pensado.  Galep e incluso la persona que destrozó la casa cuando no encontró a mi abuela pueden llegar a mí, no puedo quedarme tengo que desaparecer

          Dana me alcanzó corriendo, supuse que al final se había decidido por seguir a mí lado. Necesitaba alejarnos más rápido, comencé a correr. Este camino, aunque ahora lleno de maleza, lo había hecho cientos de veces con la abuela, para acercarnos al pueblo a comprar lo que necesitáramos. Siempre me obligaba a aprender todo, para ella todo era una necesidad, y ahora entiendo porque.

           Ella había organizado mi huida pero no podía decírmelo para que Braien no se enterará. ¿Porque me alejaría también de él? Siempre me ha cuidado y protegido, a las dos todo lo que pudo. ¿Sería una forma también de protegerlo a él?. Mí mundo se había desvanecido ante mis ojos cuando apareció la necesidad de huir y al hacerlo más preguntas aparecían a cada paso del camino.

         Llegamos al borde del pueblo había cambiado un poco desde la última vez que estuve en el. Incluso había cambiado el nombre. No estaba segura de poder confiar en nadie de este pueblo, era uno de tantos mestizos, había seres de todas las clases y no todos eran de fiar. La zona neutral entre el mundo humano y el nuestro, separados por la niebla permanente, era un revoltijo de criaturas mezcladas unas con otras, por distintos motivos, unos muy buenos y otros secretos inconfesables.

AdaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz