La vida de Son Goku tomó un rumbo distinto a su rutina cotidiana. Varias cosas que parecían incognitas saldrán a la luz, trayendo consigo varios sucesos que marcara lo que siempre anhela, un propósito en su vida.
Una fuerte lluvia azoto toda la noche y cesó hasta un amanecer muy frío en las montañas, un niño corría por el amplió bosque del monte pero se detuvó a admirar como las nubes abrían paso al sol.
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Son Goku de tan solo 10 años, siempre se cuestionaba cual era su lugar de origen, sabía que no era alguien normal ya que era muy diferente al niño promedio y sobre todo, no tenia una familia, era cuidado por un anciano que amablemente le dio un techo para sobrevivir.
- Sabes, siempre he dicho que eres especial por ese poder que tienes Goku - decía el anciano mirando como Goku observaba el gran cielo que ahora era de color azul - Muchos tienen creencias diferentes pero todos tiene un mensaje en claro que por los años se ha estado perdiendo
- ¿Cual es ese mensaje? - cuestiono el Joven Goku
- La esperanza muchacho - respondió el señor ganando la mirada del niño - Muchos se dan por vencidos y pierden la ilusion
Goku no comprendía del todo lo antes dicho pero en el fondo sabia que eso tiene algo que ver con su origen. Nuevamente su mirada se fue hacia el gran cielo azul, algo le decía que proviene lejos de este sitio y no estaba nada equivocado.
- ¿Por qué tengo esta fuerza? - cuestiono Goku por milesima vez
- Siempre será la misma respuesta Goku, tu la deberás de encontrar con el pasar de los años y al final del camino tendrás tu ansiada respuesta - respondió seriamente el abuelo - Solo procurá tomar el camino correcto
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Un Saiyajin había superado con creces a dos Dioses Griegos, provoco que dos Dioses opuestos se unieron pero esa inusual alianza fue en vano, Goku termino de vencerlos. Pero había logrado algo, uno de ellos dejó de lado su ego y lo escucho.
Todavía tenia que hacer que Zeus lo escuchará pero será el más difícil, no por nada es uno de los Dioses más fuertes del Universo. Goku entró al Olimpo, desprendía una gran energía el lugar y era tan hermoso observar el sitio sagrado. Ahora solo estaba buscando la presencia de Zeus pero unos extraños ruidos lo alertaron y fue hacia un cuarto enorme.
Pero no fue tan grata su sorpresa, ya que una mujer se estaba dando placer y lo que escuchaba eran los gemidos de aquella hermosa mujer.
- ¿Te gusta lo que ves hermoso Guerrero? - cuestiono la Diosa del Amor y la Belleza, afrodita
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