(G͜͡o͜͡k͜͡u͜͡ & C͜͡h͜͡a͜͡r͜͡l͜͡i͜͡e͜͡ ) La princesa del Infierno Y El Sayayin.

Capitulo 2: De una princesa a una plebeya

Charlie: ¿Que hace un demonio atacando éste restaurante?'.

El monstruo emitió un rugido ensordecedor y se lanzó hacia los clientes asustados. Algunos huyeron en dirección a la salida, mientras otros se quedaron paralizados de miedo. Charlie, sin embargo, se quedó inmóvil en su lugar, tratando de procesar la escena que se desarrollaba delante de sus ojos.

Charlie: Acaso el se escapó del infierno?

Mientras la caótica escena se desarrollaba en el restaurante, el monstruo fijó su mirada en Charlie y le sonrió de manera perversa.

Buyon: ¡Pero miren quién tenemos aquí! - Dijo con un tono malicioso -. Una deliciosa presa, con la que me divertiré mucho.

Charlie sintió que su corazón se detenía momentáneamente al escuchar esas palabras.

Charlie: (¡No puede ser! ¿por qué me ha elegido como su víctima?). Ella se quedó inmóvil, sin saber qué hacer para escapar de la situación.

Buyon se acercó lentamente a Charlie, sonriendo malévolamente mientras ella retrocedía hasta chocar con la pared. En un acto de desesperación, Charlie agarró un objeto cercano y se lo lanzó al monstruo, pero este no sufrió ningún daño

Buyon: ¡Jajajajaja!' - se rió Buyon burlón - ¿Qué intentas hacer? ¿Lastimarme? ¡Soy muy resistente, niña tonta¡

Charlie se encogió contra la pared, sintiendo que el miedo se apoderaba de ella. ¿Qué puedo hacer? pensó desesperadamente.

Charlie: (¿Cómo puedo escapar de este monstruo si no puedo lastimarlo?)

Buyon extendió su brazo y agarró a Charlie por la cintura, levantándola fácilmente del suelo. Charlie trató de luchar, pero era inútil contra la fuerza del monstruo.

Buyon: Tú le vas a hacer un favor a mi amiguito - Dijo Buyon con una sonrisa malévola -. Y tú sabes a lo que me refiero.

Charlie miró con desagrado al monstruo y, este al ver cómo era mirado, se empezó a molestar.

Charlie: ¡Mejor deja que vaya, o te meteras en problemas! ¡No tienes idea con quién te estás metiendo!'.

Buyon se rió una vez más, ignorando las palabras de Charlie.

Buyon: Parece que no me has escuchado - Dijo con una sonrisa malévola - No importa quién seas o con quién me estoy metiéndo. Tienes algo que mi amiguito quiere, y no dejaré que te escapes'.

Charlie trató de luchar, pero el agarre del monstruo era demasiado fuerte.

Charlie: ¡Suéltame! - gritó con desesperación - ¡No puedes hacer esto!.

Buyon: No te preocupes, pronto todo esto terminará talvez hasta te llegue a gustar.

Justo cuando Buyon estaba a punto de abusar de Charlie, alguien apareció detrás de ellos con un extintor de incendio. De repente, la persona abrió el extintor y lo apuntó hacia la cara del monstruo, liberando una descarga de gas blanco que cubrió por completo la cabeza de Buyon.

El monstruo soltó a Charlie al instante y se tambaleó hacia atrás, intentando limpiarse la cara y recuperar la visión. Charlie se separó rápidamente y se escondió detrás de su salvador, quien resultó ser un hombre alto y musculoso con una expresión determinada en su rostro.

Hombre: ¡Anda, demonio asqueroso!', dijo el hombre. '¡Vete de aquí y no regreses!'.

El hombre miró a Buyon con desprecio y empezó a hablar con furia.

Hombre: ¡Vete al infierno con el maldito y repugnante Lucifer! ¡No eres bienvenido aquí, demonio! ¡Te advierto, si te acercas a ella o de cualquier otra persona, te enviaré de regreso al pozo del que saliste!'.

Buyon se rió, aunque era obvio que no estaba herido el estaba enojado.

Buyon: ¡Eres un tonto si crees que puedes detenerme!

Buyon, enojado y decidido a vengarse, extendió las antenas de su cabeza y lanzó rayos en dirección al hombre. Éste intentó esquivarlo, pero uno de los rayos alcanzó su brazo, hiriéndolo.

Justo cuando Buyon estaba a punto de acabar con el hombre, un grupo de personas vestidas con ropas de la iglesia aparecieron y comenzaron a arrojar agua bendita mientras gritaban:

Mujer: ¡Fuera demonio! ¡Volver al infierno!

Hombre: ¡Que el señor te reprenda criatura inmunda!

Chico Adolescente: ¡El poder de cristo te lo ordena vete de este mundo!

Buyon recibió una lluvia de agua bendita, pero esta no le hizo ningún efecto.

Buyon: ¡Vuestros trucos no funcionarán conmigo!', gritó con rabia.

En ese momento, algo cayó a los pies de Buyon, liberando una densa nube de humo que le irritó los ojos y lo dejó aturdido. Era una granada de humo, lanzada por uno de los monjes para proteger a las personas del supuesto demonio.

En medio de la confusión, varios agentes de policía aparecieron en escena, armados con redes y mangueras de bomberos. Los agentes lanzaron rápidamente la red sobre Buyon, atrapándolo. Los bomberos, por su parte, apuntaron sus mangueras hacia el monstruo y empezaron a lanzar torrentes de agua fría, golpeándolo con fuerza y haciéndolo caer al suelo.

Buyon se retorció y rugió, tratando de liberarse de la red, pero la combinación de la red, el agua fría tenían efecto en él en especial el agua fría.

Luego de una intensa lucha, los bomberos y los policías lograron subyugar a Buyon y meterlo en un camión gigante, llevándolo hacia la cárcel. La gente aplaudió y se abrazó entre sí, aliviada de que la amenaza había sido neutralizada.

Por su parte, Charlie se había retirado hacía mucho tiempo. Había oído como despreciaban a los demonios y cómo utilizaban el agua bendita para combatirlos, lo que la había hecho sentir incómoda y asustada, por lo que prefirió alejarse de la escena.

Charlie vagó por las calles solitaria y desconsolada. Había descubierto que a los humanos no les gustaban los demonios y eso la dejaba confundida y triste. '¿Qué hago ahora?' se preguntaba. '¿Dónde me escondo? ¿Cómo puedo estar segura si los humanos me ven como una amenaza?'.

Unas lágrimas empezaron a escurrir por sus mejillas mientras seguía caminando sin rumbo. ¿Soy un monstruo para ellos? pensaba mientras lloraba.

Las emociones de Charlie estaban a flor de piel, y las lágrimas no dejaban de caer. Se sentía sola, perdida y traicionada.

Charlie: ¿Primero Vaggie, y ahora esto? - pensaba - ¿Por qué todo me sale mal? ¿Por qué nadie me entiende?'.

Charlie se sentó cerca de una escalera y se abrazó a sí misma.

Charlie: ¿Qué sentido tiene seguir luchando? - Se preguntó - ¿Para qué? Si al final del día, nadie quiere a una demonio que solo busca ayudar a quien lo necesite.

Fin del capítulo