Con una sonrisa emocionada en su rostro y con mucha positividad, Charlie se dirigió a un restaurante cercano. Al ingresar, el aroma apetitoso de la comida llenó sus fosas nasales, haciéndola sentir una sensación de hambre inesperada.
Charlie: ¡Definitivamente tengo que probar esto!
Fue lo que pensó mientras se sentaba en una mesa y esperaba con impaciencia el menú.
Mientras esperaba su comida, Charlie observó a las personas alrededor suyo. La diversidad de rostros, ropas y expresiones la fascinaron.
Charlie: Es increíble ver tantas diferencias en todos estos humanos.
Fue lo que pensó mientras escuchaba el ruido de conversaciones en diferentes idiomas de algunos clientes.
De repente, una camarera le entregó su comida. Charlie observó con asombro el plato frente a ella: una suculenta hamburguesa, papas fritas y un refrescante helado de vainilla.
Charlie: ¡Esto se ve delicioso!
Exclamó emocionada. Tomó una lamida de la hamburguesa y sus ojos se abrieron con sorpresa al sentir el explosivo sabor en su boca. '¡Es increíble!', pensó mientras seguía comiendo con entusiasmo.
Después de terminar su comida, la camarera se acercó a Charlie con una sonrisa demasiado amable y le entregó la cuenta. Charlie miró la factura y se dio cuenta con horror que no tenía dinero para pagarla.
Charlie:'¡Oh no, qué estúpida soy!', pensó mientras sentía que su cara se ponía roja de vergüenza.
La camarera la miró con curiosidad. ¿Hay algún problema, señorita? preguntó seriamente. Charlie trató de mantener la calma y se le ocurrió una mentira rápida.
Charlie: No, no hay ningún problema - dijo Charlie con una sonrisa forzada - Pronto voy a pagar solo me tomaré un tiempo para dijerir todo, gracias por la comida.
La camarera la miró con una mezcla de desconfianza antes de marcharse a atender a otros clientes.
Charlie se quedó sola en la mesa, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de ella.
Charlie: ¿Cómo voy a pagar esto? - se preguntó nerviosamente - 'Si no pago, ¿qué pensarán de mí? ¿Me considerarán una delincuente?'.
Ella se frotó las manos con preocupación, tratando de encontrar una solución.
De repente, una alarmante serie de gritos irrumpió en el ambiente del restaurante. Los sonidos agudos y terroríficos parecían provenir de la cocina, haciendo que todos los presentes se quedaran en silencio, atónitos. Charlie sintió cómo la sangre se le helaba en las venas, su imaginación creando las peores escenas en su mente.
Charlie: ¿Qué está pasando? - Se preguntó con temor.
Podía ver a las personas cercanas mirándose unas a otras con la misma preocupación reflejada en sus rostros. La camarera, con una expresión de alarma, corrió hacia la cocina para investigar el origen de los gritos.
De repente, un monstruo de color rosado surgió de la cocina, con una larga lengua verde que se movía rápidamente. Tenía un aspecto grotesco y aterrador para las personas.
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