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Dio un salto al escuchar la voz llamando, creyó que era su imaginación, lo conocida que era la voz lo asusto, pero cuando alzó la mirada se encontró con quién efectivamente había escuchado perfectamente.

—Aziraphale, ¿Que haces aquí?, ¿Estás bien?- Azira no sabía que hacer ni como reaccionar, se levantó rápidamente y se limpio las lágrimas.

—P-profesor Crowley, s-si estoy bien, no sucede nada.- Crowley se acercó a el y lo tomo por los hombros para mirarle mejor la cara- ¿U-usted que hace aquí?

—Es un baño, Aziraphale, ¿Que otra cosa podría estar haciendo aquí?- Aziraphale intentaba esconder la mirada pero Crowley lo tomo del mentón y lo obligo a mirar sus profundos ojos ámbar tras esos lentes oscuros.

—S-si claro, un baño.... ehh yo me tengo que ir ya, mis amigos me están esperando.- intento irse pero el agarre de Crowley solo se hizo más fuerte, fue cuando se dio cuenta de que se había quitado los lentes, podía ver sus ojos mirándolo tan profundamente, como si le leyera el alma, su corazón latía a mil por hora, Crowley se acercaba cada vez más a el, quedando a sentimientos de distancia, se cuerpo comenzó a relajarse, su respiración agitada se hizo más fluida, los ojos ajenos penetrantes y dominantes en lugar de darle miedo, lo hacían sentir hipnotizado y tranquilo, volvió a bajar su mirada ocultando sus mejillas rosadas aún más de lo normal.

—¿Estás seguro que estás bien?- aún sosteniendo los brazos de Aziraphale con fuerza, relajo su agarre y movió sus manos de arriba a abajo en un gesto consolador.

—Estoy completamente bien, que sorpresa encontrarlo aquí, no pensé nunca verlo por aquí.- Aziraphale levantó su mirada y le dio una dulce sonrisa a Crowley, este soltó a Azira y recargo su mano en el lava manos mientras que la otra en su cadera.

—Que curioso, yo tampoco pensé verlo aquí, y menos en estás condiciones.- Aziraphale desvío la mirada avergonzado - ¿Que te trajo aquí?

—B-bueno, estaba con mis amigos en la plaza comiendo un helado y el mío se derramo en todo mi pantalón, así que viene a limpiarme.-

—No creo que lloraras por un pantalón sucio.- Crowley se volvió a colocar los lentes y le dio una pequeña sonrisa a Aziraphale.

—A-ah bueno, este era mi pantalon favorito, ya sabe, cosas de adolescentes...- Crowley no era tonto pero era obvio que Aziraphale no quería decir el motivo de su llanto.

—Adolecentes, si, claro, me hubiera gustado encontrarnos en diferentes circunstancias pero siempre es un gusto verte, Zira.- estrecho su mano ofreciéndola a Aziraphale

—Igualmente, señor Crowley.- le dio la mano y se retiró del baño.

—Te tardaste mucho, ¿Sucedió algo?- pregunto Gabriel cuando vio a Aziraphale llegar algo alterado.

—¿Qué? No no, no sucedio nada, ¿A dónde iremos ahora?-

—Muriel vio otra tienda interesante, ya vamos que se hará más tarde.- Uriel jalo del brazo a Aziraphale y tomo con el otro tomo a Muriel de la mano y junto a Gabriel caminaron a otra tienda.

Crowley escucho a Aziraphale salir del baño y es su cabeza comenzó a procesar todo lo sucedido.

Entro al baño y lo último que pensó encontrar era a un chico llorando en el piso, y peor que fuera el, rápidamente miro hacia atrás para asegurar que nadie esté cerca, por suerte nadie se encontraba por ahí.

Suavemente dijo su nombre, y al levantar la cabeza solo hizo que su corazón se acelera, tenía sus ojitos rojos y su cabello despeinado, era mal momento para pensar en lo hermoso que se veía, se acercó a el y le pregunto si se encontraba bien, estaba tan cerca y podía sentir su aliento caliente sobre sus labios, la tentacion de besarlo fue grande, estuvo a punto de acercarse más y más, pero agachó su cabeza con un ligero sonrojó, tan cerca y tan lejos, comenzó a acariciar sus brazos y sentía como este se relajaba con su toque, no sabía porque estaba llorando, pero mataría al bastardo que lo provocó.

Se lavo las manos y salió del baño, afuera estaba su acompañante.

—¿Por qué te tardaste tanto? Ya tenemos que irnos o si no llegaremos tarde con papá, ¿Crees que este vinilo le guste?- Beelz pregunto emocionada a su hermana mayor.

—Si cualquier cosa, pero tienes razón, solo veníamos a comprarle un regalo a papá, será mejor irnos.-

Esas vacaciones las pasarían con su padre, intentarían que su padre se mudé a la ciudad con ellos, aunque sería difícil por lo terco que era el hombre.

Unas vacaciones divertidas y extrañas le esperaban a un angelito y un demonio ese verano.

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Estuvieron chingue y chingue que querían que se encontrarán, pues ahí está su encuentro, al final me gustó la idea y quién soy yo para no cumplir los caprichos de mis lectores?

Gracias por leer y nos leemos la siguiente semana ✌️

𝑂𝑙𝑑𝑒𝑟・・𝚊𝚣𝚒𝚛𝚊𝚌𝚛𝚘𝚠Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ