. 8

79 11 4
                                    

—¡Hanbin!

Había pasado una semana y media desde lo ocurrido con Jay y no habíamos vuelto a tocar el tema.

Después de esa mañana cuando desperté junto a Hanbin, empezamos a dormir juntos algunas noches cuando él regresaba tarde del trabajo. También cenábamos mirando películas, acurrucados en el sofa por el invierno tan frío.

Él se había convertido en una persona de confianza en muy poco tiempo, aún que esto era completamente distinto. No sabía a lo que se debía, pero Hanbin no era un simple amigo...

—¿Qué hice ahora?

Hanbin estaba atrás mío recién llegado del trabajo mientras yo cortaba unas verduras.
Yo siempre me encargaba de cocinar para los dos. Obvio, él también era buen cocinero, pero era muy distraído.
Una vez dejo la comida en la olla para jugar con su celular. La casa estuvo llena de humo por 2 días y desde entonces no volví a fiarme.

—¡Deja de hacerme cosquillas! —Me quejé mientras hacía el esfuerzo de no reírme.

—Está bien, está bien. —Dijo y pincho mi cintura por última vez, alejándose de inmediato cuándo me di vuelta y lo miré mal.

—Después te enojas cuando yo soy el que te molesta. —Me di vuelta para volver a cortar la verdura haciéndome el ofendido.

—Me quejo, pero... me gusta que me molestes.

Mi corazón terminó de estallar al sentir sus brazos rodear mi cintura y su cabeza de costado apoyada en mi espalda.
Hanbin era un tipo cariñoso, pero no demasiado. Era cómo si supiese que tenía que hacer para no sobrepasarse.

—¿Te sientes mal?

Le pregunté tratando de sonar lo más normal posible, pues sus manos estaban en mi estómago y no quería que sintiese lo que yo estaba sintiendo en ese momento...

—No, lo siento.

Dijo e amago para alejar sus brazos de mi cintura, al notar eso jale de sus manos devuelta para que vuelva a la posición anterior. Si, me ponía nervioso, pero era él, no rechazaría esta muestra de afecto.

—Q-quédate, no me molesta. {Tragame tierra por favor}

Sentía el pecho de Hanbin subir y bajar rápidamente contra mi espalda. Ahora su cabeza estaba entre mi cuello y cabello, sentía su respiración en mi oreja. No podía soportarlo más...

—Te extrañé... —Su aliento caliente me había erizado totalmente la piel.

—Reí —Y eso?

—No te rías. —A pesar de que no podía verlo, sentía sus cachetes formando esa sonrisa con formas de medialunas...

Posé mis manos en las suyas y empecé a acariciarlas. A este punto no terminaría de cocinar jamás.
Pero entonces un sonido revoltoso arruino el momento. El teléfono de Hanbin empezó a vibrar y ese abrazo tan reconfortante desapareció.

—Hola Matt, ¿qué pas-

Y otra vez ese tal Matthew, estúpido imbécil.

—¿Estás borracho? Está bien, está bien, no lo estás... voy a buscarte, espérame.

No, no podía dejarlo ir. Cuando una persona está borracha puede hacer tantas cosas... y el solo hecho de pensar que toque a Hanbin me hace hervir la sangre.

—¿Te acompaño? Necesitarás ayuda. —Dije mientras dejaba el cuchillo con el que estaba cortando las verduras a un lado.

—Oh, claro. Creo que si necesitaré bastante ayuda.

BH┆One NightWhere stories live. Discover now