Los Elegidos || Harco

19

— Déjame hablar con ellos – dijo una voz siniestra, ronca y algo susurrante.

— Pero, no tiene fuerzas suficientes, señor – dijo Quirell.

— ¡Es una orden! – exclamó la voz.

Quirell les había confesado a los chicos que Voldermort era quién lo dominaba y le daba órdenes, pues; el señor tenebroso deseaba la piedra filosofal.

Los niños quedaron confundidos cuando Quirell se quitó su turbante, es más; Draco quiso gritar de terror.

Tras la nuca de Quirell había una cabeza algo deformada, sin nariz, sin pelo, y con un aspecto asqueroso; en opinión de Malfoy.

— Harry Potter....Draco Malfoy – susurró la voz.

— Voldermort – dijeron ellos.

— Si – contestó – me convertí en esto, no más que en sombra y química, tengo forma sólo cuando comparto el cuerpo de otro...la sangre de unicornio es mi único que me mantiene vivo.

Harry y Draco pensaron en escapar, aunque, Voldermort no se las dejaría tan fácil.

— No sean tontos – les dijo – al menos no como sus padres, ellos... murieron pidiéndome misericordia. Sus madres dos estúpidas mujeres e inservibles que nunca pudieron hacer nada por ustedes, estupidos y horrendos niños.

— ¡MENTIRA! – gritaron los niños.

— ¡La piedra, Malfoy, toma la piedra! – exclamó Harry, mientras que intentaba luchar contra Quirell.

Draco corrió hacia la piedra, pero, lo único que recibió fue un empujón de parte de Quirell, haciendo que su brazo se fracturara. Aunque, con suerte logró tomar la piedra.

— ¡Atrápalo, atrápalo! – gritó Voldermort, cuando Harry intentó tomar a Draco y salir de ahí.

Quirell chasqueó los deseos y la habitación se llenó de fuego, Harry fue tumbado al piso por Quirell, y el hombre intentó estrangularlo. Pero, Harry en un intento de quitar sus manos, se las quemó y Quirell gritó de dolor.

Nuevamente en su intentó por atacar a Draco y tomar la piedra, Quirell se acercó y lo único que recibió fue la muerte. Harry lo había matado con sus manos, las cuales lo hicieron fue quemar el rostro del hombre.

Un espíritu transpaso el cuerpo de Harry tumbándolo a suelo y haciendo que perdiera la conciencia.

Los niños se entraban en la enfermería, por suerte Harry sólo se había quedado inconsciente, pero, Draco se fracturó el brazo.

Dumbledore le había comentado a Harry, que si madre; Lily, fue quién lo salvó, pues el amor es la magia más poderosa.

En total luego de todo ese acontecimiento, las dos últimas semanas habían pasado, y la última cena del año llegó.

La copa de la casa, por un momento fue para Slytherin, pero, Dumbledore hizo lo suyo y le dió puntos extras a Harry, Ron, Hermione y Draco. Haciendo que la copa fuera para Gryffindor.

Todos los alumnos estaban subiendo al expreso de Hogwarts, todos volverían a sus casas hasta que fuese el momento de regresar a cursar otro año más.

Hagrid que tenía días que no hablaba con los chicos, llamó a Harry y le entregó un álbum de fotos en el cuál había una que otra de James y Lily.

— No creas que me he olvidado de tí, rubiecito – le dijo Hagrid a Draco – sé que te gustan los libros y también las pociones, entonces te traje esto; pociones avanzadas, todo lo que debes de saber.

— Gracias, Hag – lo llamó Draco por su apodo y lo abrazó con cariño – nos vemos en unos meses, te quiero.

Hagrid los envió directo al expreso, pues, sintió unas ganas tremendas de llorar, ante las palabras del rubio.

— No creas que porque vencimos a Voldermort juntos, seremos amigos, Potter – dijo Draco antes de subir al expreso.

— Claro que no, Malfoy – le contestó él.

— ¿Entonces volveremos a casa? – preguntó Ron algo triste de tener que volver a su casa.

— No iré a casa – dijo Draco – ya estoy en ella.

— Estamos – dijo Harry...