"Los únicos con el poder de derrotar al señor tenebroso se acercan...."
Todos los personajes y el mundo de Harry no me pertenecen, todos los derechos a J.K Rowling.
Los meses pasaban y el fin de año se acercaba, los chicos habían investigado aún más sobre Nicolás Flamel, por separado, claro.
— Conseguí algo, Dray – dijo Hermione.
Draco dejó la lectura de uno de sus libros y fue hacia ella.
— Nicolás Flamel es el único descubridor de la piedra filosofal, mira – dijo continuó.
Entonces, Draco leyó:
El antiguo estudio de la alquimia está relacionado con el descubrimiento de la Piedra Filosofal, una sustancia legendaria que tiene poderes asombrosos.
La piedra puede transformar cualquier metal en oro puro.También produce el Elixir de la Vida, que hace inmortal al que lo bebe. Se ha hablado mucho de la Piedra Filosofal a través de los siglos, pero la única Piedra que existe actualmente pertenece al señor Nicolás Flamel, el notable alquimista y amante de la ópera. El señor Flamel, que cumplió seiscientos sesenta y cinco años el año pasado, lleva una vida tranquila en Devon con su esposa Perenela (de seiscientos cincuenta y ocho años).
—Entonces ya lo sabemos – dijo Draco – el perro ese está protejiendo la piedra filosofal....
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Los niños se habían aventurado y fueron por cuenta propia en busca de la piedra filosofal, casualmente esa tarde Dumbledore se había ido a resolver unos asuntos con el ministerio de magia allá en Londres.
Habían pasado la trampilla del perro de tres cabezas llamado; Fluffy.
Pasaron una gran cantidad de lazo del diablo, y Ron casi fue tragado por la planta.
Harry tubo que volar entre mil llaves para encontrar la verdadera que abriría la siguiente puerta. La cuál era una habitación con grandes piezas de ajedrez mágico, Ron, que era el más experto de los cuatro, se sacrificó y; Harry y Draco pasaron a diferentes lugares, hasta llegar a una habitación donde estaba nada más y nada menos.
Qué...
— ¿Profesor Quirell? – dijeron ambos.
El hombre volteó hacía los niños con una sonrisa que no mostraba su tic nervioso.
— Yo –?– dijo con calma – me preguntaba si me iba a encontrar con ustedes aqui.
— Pero, yo pensé....qué Snape – dijo Harry y Draco lo volteó a ver algo molesto al escuchar el nombre de su padrino.
Y es que Harry pensaba que Snape era quién estaba intentando robar la piedra filosofal. Pero, obviamente se equivocó.
— ¿Severus? – Quirell ríó, y no fue con su habitual sonido tembloroso – si, Severus parecía ser el indicado, ¿no?, fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme.
— ¡Mi padrino no es un murciélago! – exclamó Draco con el ceño fruncido.
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