CAPITULO 2.

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La incursión de mi colegio hacia el museo metropolitano de artes, en manhattan, fue tranquilo. Su grupo estudiantil al que pertenecía era callado, aunque sobresalía como un pulgar dolorido. Después de todo, a pesar tener solo 12 años, mi apariencia física y mi altura rondaban los 180, parecía un joven que rondaba los 16 años.

Cabía mencionar que era el niño más popular de la clase, pensaban que era alguna especie de chico solitario o algo por el estilo. Las niñas siempre sentían interés en los chicos así, fue como algo universal. Sin embargo, no estuve interesado en nada relacionado con la niñez. Mi niñez fue todo menos infantil. Soy una persona anciana experta en múltiples aspectos de la materia y las fuerzas universales. Aspectos que aparentemente están siendo gobernados por entidades divinas esparcidas por el mundo. De hecho el suelo en el que pisan era una entidad cósmica, durmiente, innombrable para mí o cualquier dios para evitar su despertar.

Mi maestro, el señor watson, se dirigía en sus muletas hacia el frente, con un pequeño grupo que le correspondía. Hablaba emocionado acerca de los dioses y de lo que podían hacer, sus guerras y el como habia coordinado la guerra contra los titanes en busca de gobernar la tierra y liberarlo de la tiranía del titán cronos.

Hacía mucho énfasis en un personaje llamado pan, hablando y especulando sobre la grandeza de aquella persona. Quien estaba a cargo de la naturaleza y la armonía del medio ambiente. También hablaba con disgusto el desastre forestal que azotaba el mundo, la contaminación constante y la extinción de especies. No me cabía dudas de que el profesor watson era un gran ecologista.

Mientras nos dirigíamos hacia la entrada de una gran sala, nos encontramos con un grupo mas, quienes al parecer, tambien se dirigían hacia el mismo lugar. Un niño extraño y distraído gritaba por silencio constantemente, claramente luchando por concentrarse en la lección que su maestro aportaba a su grupo.

El profesor watson aparentemente tambien conocía al hombre de la silla de ruedas, pues se saludaron por un breve momento y siguieron con lo suyo. Mas allá de la ocacional intrucion de aquel niño extraño, y las burlas de los chicos que no encontraban el sentido en saber mitos de gigantes y hombres musculosos, todo habia transcurrido de maravilla.

Saliendo del museo, nos encontrábamos en el estasonamiento. Por alguna razón, nuestro transporte escolar estaba averiado, y tenía ganas de ir al baño.

“profesor watson”, saludé.

“elionh, mi chico estrella. Que puedo hacer por ti”, preguntó.

“¿podría dirigirme al baño?, será rápido”, pedí. El profesor watson asintió mientras me sonreía.

“claro, puedes ir muchacho. Solo no te tardes demasiado. En cuanto nuestro conductor arregle el problema nos dirigiremos hacia el hotel para descansar”. El profesor watson dijo sonriendo.

No perdí mas tiempo y me dirigí nuevamente hacia el museo. Mientras caminaba por los pasillos para dirigirme al baño, no pude evitar sentir fluctuaciones a mi alrededor, especialmente desde atrás. Alquien, con una fuerza poderosa se asercaba a mi. No me desesperé, con calma, seguí hacia el baño.

Pensé en la mejor acción para desaserme de la situación que se habia presentado. Mi corazón empezó a palpitar de manera furte y mi sangre se calentó, mi adrenalina entrando a formar parte de mi ser. No miré hacia atrás, no quería que quien sea que me estuviera siguiendo se alterara o subiera la guardia.

Entré al baño, uno espacioso, lo suficientemente bueno, podría actuar desde aquí. Me dirigí al fondo y me di vuelta. Segundos después, alguien entró al interior. Fue aquel chico, el que tenía una mala consentracion para la clase, del que todos se reian por su actitud explosiva.

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⏰ Última actualización: Mar 02 ⏰

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