— Soy Sasuke, su esposo.

— Claro, espere un momento en lo que le pasó la llamada.

— Gracias.

— ¿Te sientes más Sasuke? ¿Necesitas que te acompañe?

— No, no pasa nada, solo quería hablar contigo y saber cómo estás.

— ¿Solo por eso? Nunca habías llamado antes.

— Sí, nunca hablamos si no estamos juntos.

— Te dijo, tengo un asunto que hacer, te veo en la noche.

— Claro, ten cuidado cuando regreses — apenas terminó de hablar la llamada se cortó — Me evadió el idiota.

Se levantó para ir a tomar algo o buscar unas cosas para comer cuando vio una carpeta amarilla, si no se equivocaba Naruto dijo que era importante.

La hojeo un poco, tenía la fecha de hoy, quizá y la iba a necesitar en su mentada junta.

— Nos vamos a ver otra vez — la agarró para salir de la casa, tomó un taxi hasta el lugar de trabajo.

Quién sabe si lo dejarán entrar, suponía que con tal de decir que el blondo era su esposo era más que suficiente.

Habló con la recepcionista del edificio, solo necesitaba saber en que piso estaba Naruto, le entregaba la carpeta y se iba a casa.

Entró al ascensor, estaba en el piso correcto así que solo tenía que irse al final del pasillo e iba a encontrar a Naruto, tanto camino por una cosa tan pequeña.

No había nadie en el escritorio de afuera, según debería estar la mujer con la que hablo antes ¿No?

Se acercó a la puerta, quizá y hasta ya estaba en la junta, pudo escuchar ajetreo, abrió la puerta, quedándose quieto unos instantes, su esposo y una mujer teniendo sexo en el escritorio, sin dejar de lado el "Te amo Hinata" que le escuchó decir.

— ¡Sasuke!

— Olvidaste esto en casa, creo que era importante — habló tranquilamente dejando la carpeta en un lado — Con permiso — susurró cerrando la puerta.

Procesó todo lo que vió antes de comenzar a caminar apresurado.

— Maldita sea — el rubio comenzó a acomodar su ropa.

— ¿Vas a ir tras él? — cuestionó Hinata molesta — Deja que se vaya.

Sabía que por parte de Naruto no era amor pero ¿Por qué le dolía el pecho? Salió del edificio a toda prisa, sintiendo náuseas.

Caminó hacia un pequeño parque, necesitaba tomar algo de aire, estaba mareado y sentía que iba a vomitar, también comenzó a tener dolor en el vientre por lo que se sentó.

Se levantó de la banca viendo un poco de sangre, se le olvidó todo lo anterior y ató su suéter a su cintura, a la mierda Naruto y todos, tenía que irse al hospital.

— ¡Sasuke! Al fin te encuentro, saliste y no, bueno si es lo que piensas pero te lo puedo explicar...

— Cállate y llévame el hospital — interrumpió de golpe.

— ¿Qué? ¿Al hospital?

Lo agarró del cuello de la camisa — Escúchame idiota, si pierdo a mi bebé te voy a asesinar, a cortar en trociitos y voy a alimentar a los perros contigo.

— ¿El bebé? Claro, ven — lo tomó de la mano aunque el azabache de inmediato se sacó.

— No me toques — caminó encorvado mientras sujetaba su vientre hasta el auto del rubio.

Naruto solo veía de reojo al azabache, pensaba que lo iba a encontrar hecho un mar de lágrimas, pero aún así no evito sentirse sumamente preocupado por él.

Al llegar Sasuke ni siquiera se podía mover — Ódiame todo lo que quieras — salió del auto para poder cargarlo, llevándolo de inmediato a urgencias, se encontró con un doctor — Mi esposo está embarazado y está sangrando.

De inmediato llevaron al azabache a revisión, se sentó en la sala de espera, no lo dejaron entrar, pero sabía que estaba muerto si algo le ocurría a la criatura, recibió varias llamadas, todas de porqué había salido del trabajo.

— ¿Es pariente de Sasuke Uchiha? — se acercó una enfermera.

— Soy su esposo ¿Le pasó algo? ¿Lo perdió? — cuestionó angustiado.

— No, todo está bien, el señor Uchiha se quedará internado un par de días, tuvo una amenaza de aborto por lo que la doctora sugiere que descanse y no tenga esfuerzos de más.

— ¿Puedo verlo?

— Está sedado, pero la doctora le dirá que hacer, puede acompañarme.

Lo llevaron a la habitación donde estaba Sasuke descansando, había una pelirosa revisándolo.

— Doctora Haruno, aquí está el esposo del paciente.

— Gracias...¿Naruto?¿Él es tu pareja? ¿Qué le hiciste? — se mostró molesta.

— Pasaron un par de cosas... me vió tener sexo con Hinata.

— Vete de aquí — se escuchó un murmullo débil.

— Sasuke, quiero explicarte.

— No quiero escucharte, solo vete.

— Sí pero...

— Es mejor que lo dejes descansar, cualquier cosa que necesite, vendrá la enfermera — empujó al rubio hacia fuera de la habitación.

— ¿Pero por qué que me sacas?

— Mira, él necesita reposo lo más que pueda, tampoco puede estar preocupándose de cualquier cosa, y si no quiere verte tienes que respetar eso.

— Pero necesito explicarle lo que pasó.

— Sugiero que no toques el tema, si vuelve a pasar algo similar, no se va a poder hacer mucho, lo mejor es que esperes a que él sea quien quiera hablar — se despidió — Tengo otras cosas que atender, no entres a la habitación, se le va a dar el alta en dos días.

No sabía si hacerle caso o no, pero ahora sabía que Sasuke era muy temperamental y no había dudado pero ni un poquito en amenazarlo, pero en definitiva esto se habia salido de control.

Vuelve el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora