𝟐𝟒| 𝚃𝚘𝚡𝚒𝚗𝚊 𝚍𝚎 𝙱𝚊𝚕𝚊

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—¡Vayan por la chamacona!—

Los hombres salieron corriendo detrás de Rachel, quien corría con la mano sangrando, se apretaba el pecho con fuerza, un poco moribunda entraba entre callejones solitarios, y casas que seguramente ya no eran habitadas, la sangre dejaba pequeñas gotas mientras ella avanzaba, lentamente podía sentir todo su brazo entumecerse, no estaba segura de cuánto iba a durar así, pero intentaba mantenerse de pie. La piel se le volvió blanca y algunas gotas de sudor hicieron presencia, podía sentir su último aliento, miraba por detrás algunas veces para ver si podía ver la silueta de Sotto detrás de ella pero no había nada.
Tras dar vuelta a un callejón el arma se le cayó al suelo al chocar con uno de los hombres, este río victoriosamente

—¿A dónde guapa?—Dijo—El señor Steve se pondrá contento cuando la vea—

Rachel se quedó en silencio con el cuerpo temblando del dolor que sentía, nunca había imaginado que una bala podía hacer demasiado dolor, dejo de sujetar su mano para ahora sujetar el mango de su cuchilla que llevaba detrás de su espalda

—Un paso más, y acabas como el otro imbécil—Amenazó Rachel con la navaja bien firme

—Tengo un arma.... Y Tu una navaja...—

—No te confíes... Creme he hecho muchas cosas con esta navaja—Respondió Rachel con la voz agitada y los labios temblando del dolor
—Sube al auto y no te pasará nada, si te sigues resistiendo no vas a llegar muy lejos con esa bala en el pecho, no seas necia chamaca—

—¿Puedes hacerme un favor?—.—Dile a Steve que venga por los huevos que le faltaron al no haber venido el mismo por mi—

Tras aquellas palabras Rachel sin pensarlo giro la mano a pesar de tener  un dolor insoportable pudo ser más rápida que la pistola y rajarle el rostro a aquel hombre, este grito de dolor llevándose las manos a su rostro

—¡PUTA CHAMACA!¡ACABAS DE JODERME!—

Rachel tomó su arma con intenciones de Seguir caminando hacia la bodega, pero antes el hombre dejó de quejarse, sujeto a Rachel de su herida apretandolo con fuerza, provocando que ella se debilitará y se arrodillara frente a él

—Perra loca, vas a pagar por esto—
—¡AAAAaaaa!—
—Anda estúpida, sigue gritando, me gusta oírte llorar—

Sus labios se curvaron mostrando una sonrisa a pesar de sentir dolor por toda la fuerza que este le ponía en la herida

—¿De que te ríes maldita perra?—

Rachel seguía riéndose, miró al hombre directamente a los ojos, y este dejo de apretar su herida un poco nervioso de lo que pudiera significar aquella risita. Rachel rápidamente volvió a tomar su arma y jalo el gatillo atravesando una bala en los genitales del hombre, en dónde esté grito mudo, sus rodillas se pusieron débiles y cayó al suelo, quedando a la altura de Rachel, en dónde ella seguía con la sonrisa

—Te mataría, pero si lo hago no sufrirás tanto—Se burló

El hombre seguía sin decir nada, se había quedado completamente mudo con los ojos bien abiertos y con las manos apretandose los genitales mientras que al mismo tiempo se llenaban de sangre.
Rachel se puso de pie antes de que otros hombres llegarán tras escuchar la bala, camino de nuevo moribunda directamente a la bodega

。。。

Si hubiera otra vida, me gustaría llegar a tiempo, no sabía exactamente en qué momento había dejado de sentir miedo o en que momento deje de dudar al jalar el gatillo. Aquello que algún día soñé... Lo estaba olvidando, así como olvidé aquellas emociones que me llenaban de alegría. Caminaba moribunda con el pecho adolorido, y la vista nublada, estaba bala dolía... Pero no lo suficiente como vivir en un mundo de mierda

𝗢𝗻𝗲 𝗢𝗳 𝗨𝘀; Tokio Hotel Where stories live. Discover now