X - Clan Sabreem.

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Sus hermanas danzan junto al fuego en el jolgorio de la noche. El cielo despejado y el ambiente fresco de temperatura pero a la vez cálido en emoción crean un momento emotivo y feliz. Onyx se aparta del grupo para tomar un poco de aire y masajear sus pies cansados de tanto saltar. A lo lejos, observa el perfil afligido de Evina, sentada junto al lago. Sabe que le agrada estar sola y odia cuando alguien intenta consolarla por más que lo necesite.

Con los años, esa joven se volvió autosuficiente, evitando depender de otros, incluso desde niña logró valerse por sí misma cuando fue abandonada en la calle para luego ser parte del grupo de Sabreems. Onyx toma un pedazo de tarta de calabaza, porque sabe cuánto le gusta, y con la excusa en su mano camina hacia ella.

Toma asiento sin mediar palabra y le tiende el plato de cerámica confeccionado por un alfarero del pueblo.

"Es la última rebanada, Denoria iba a terminarla ella sola," comenta.

Evina mira hacia otro lado. "No tengo hambre y ambas sabemos que no es la última rebanada."

Es cierto, aún queda una tarta completa sobre la mesa.

La joven suspira. "Bien, entonces la comeré." Evina toma el plato con tal rapidez que casi tira la comida y Onyx sonríe victoriosa. Conoce a su hermana mejor que muchos.

Ambas miran hacia el frente. La tranquilidad del agua es un gran contraste con el caos danzante que rige a sus espaldas.

"¿Qué tiene de especial?" Pregunta Onyx rompiendo el silencio. Evina evita contestar tomando un buen pedazo de tarta con su boca. Sabe perfectamente a lo que se refiere. "¿Te importa tanto como para perder el buen juicio por él o ponerte en riesgo?"

"No lo conoces," responde de inmediato sintiendo la rabia emerger desde su interior. Le ha estado diciendo lo mismo por los últimos días y ya está harta, lo que sea que quiera hacer es su decisión y sólo de ella. "Y no pretendas que te preocupas por mí."

"¡Pero me preocupo por ti! Eres mí hermana," exclama Onyx sintiendo como su pecho se aprieta. Ya perdió una familia, no perderá otra.

"Tú y yo no somos familia," el comentario de Evina es como un puñal para su amiga. No quiere admitir que su lazo es más fuerte de lo que demuestra pero eso sólo porque sabe que estar ligada a alguien por cariño le ha costado muy caro. "Estamos juntas por coincidencia, solo eso."

Para Evina, el clan es sólo un grupo en el que la confianza y el aprecio mutuo es más una obviedad que un sentimiento. Pero Adrien es diferente, él no está obligado a aceptarla, a quererla, lo hace porque quiere y ella lo sabe, con solo tocar su mano pudo ver sus intenciones en sus ojos.

Pero él no sabe quién es ella y si se llegase a enterar teme que sus sentimientos cambien, probablemente eso es lo que más teme.

"Eres tan egoísta," responde Onyx mirando hacia el lago. "No piensas en las consecuencias que traerá todo esto no solo para ti sino también para nosotras." Su voz tiembla apenas pero no lo hace evidente.

Widna, su líder, dejó muy en claro las reglas del clan, ninguna de ellas debe congeniar más allá de una simple y vana amistad con alguien que no sea del grupo o podría ser peligroso. Por más que su agrupación se dedique a la magia pura, nunca se sabe cuándo alguien quiera corromper los valores de sus integrantes. Y eso es lo que Onyx teme que suceda con Evina quien, lo quiera o no, tiene una fibra influenciable que muchas veces le ha jugado en contra. "Nunca piensas en nadie más que en ti."

El Alquimista de Almas ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora