Capítulo 11: Sensación de suerte

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Eda Miller

Me bastaron apenas segundos para darme cuenta de que había sido mala idea haber venido al partido de Jahn. Mi corazón comenzó a acelerarse al detectar a un montón de chicas que lo observaban y murmuraban descaradamente casi ni parpadeando. Él, mientras tanto, no parecía molesto por la situación, estaba todo el rato pendiente de mí, pero en el fondo lo hacía para mol

estarlas y hacer que me odiaran todavía más. Mi cuerpo se contraía a medida que me iba llevando hasta donde sería mi grada.

—Esta es la zona de los familiares, los amigos y las novias —Sonrió enseñándome el sitio

Solo asentí devolviéndole la sonrisa.

—Oye, aunque yo no tenga ni idea de rugby ni nada de balones, he visto videos tuyos jugando y eres muy bueno —Susurré mientras percaté que una sonrisa se instaló en sus labios

—Deséame suerte enana—Me abrazó diciéndome al oído sonriendo

Y ya está, ¡mi piel volvió a estremecerse!

—Suerte Wilson —Le devolví el abrazo

—No la necesito, la suerte la tengo en frente de mí—A continuación besó mis labios y se marchó de aquel lugar dejándome apenas sin respiración

Después de eso entró al campo para comenzar la jugada y sin darme cuenta llegó el final del partido ganando su equipo por 10 puntos, cuando todo acabó volvimos a casa.

—Y bien, ¿Qué te ha parecido el partido?—Sonrió él doblando la cabeza mientras conducía

—Interesante—Hice una mueca

—Sí, ha estado bien—Sonrió poniendo música country

Estaba obsesionado con este género, era montarse al coche y escuchar las canciones una y otra vez.  Estaba empezando a gustarme este estilo, la autenticidad de las letras y la conexión emocional con temas como el amor, la pérdida y la superación hacía vincularnos a las canciones.

— Jahn —Lo miré

—Eda—Me miró

—Podríamos tener nuestra propia canción —Sonreí algo tímida

—¿Cómo que nuestra propia canción?—Alzó las cejas

—Si, encontrar una canción que identifique las cosas buenas que vivimos juntos —Volví a pronunciar

—Me parece bien—Contestó para luego llegar a casa—¿Y eso cómo se hace?

—Pues, eso viene solo, algún día escucharemos una canción que nos identifique y diremos esa es la canción —Sonreí y salí del coche para luego entrar a casa

Él asintió y subimos a la primera planta.

—Buenas noches, enana —Me dio un beso en la frente

—No, espera, duerme conmigo esta noche —Susurré

—Si mi padre se entera de esto me matará— Asintió susurrando mientras se rascaba la nuca

Me desperté de madrugada, noté una mano que me abrazaba por la cadera, giré para verlo dormir, parecía un bebe recién dormido.

¡Estaba guapo hasta durmiendo!, sin hacer ruido, me levanté de la cama para coger un libro de la estantería. Y ahora es cuando te haces la pregunta,¿Leer en la madrugada? Si, a veces me venía bien leer cuando llegaban las pesadillas, estuve leyendo hasta la hora de levantarme para ir a clase.

—Buenos días, enana—Dijo el rubió bostezando

—Buenos días Jahn—Sonreí acariciando su brazo

Cuando le pides un deseo a la lunaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon