El Doncel y la Bestia [BAKUTODO]

13-Fin del hechizo

Todoroki con un poco de esfuerzo logró hacer entrar a Bakugo al balcón y lo recostó en el suelo, en eso llegó Kirishima acompañado de Iida y de Mina quienes observaron preocupados por el estado de su amo.

—Kats, fue culpa mía.—Abrazó al cenizo sintiendo culpa.—Si hubiera llegado antes...

—Tal vez...es mejor que así sean las cosas.—Dijo con dificultad.

—No, no digas eso.—Se separó del abrazo.—Estamos juntos ahora, te pondrás bien, ya lo veras.

—Bakugo acercó su mano al rostro de Todoroki y seco sus lágrimas.—Al menos...pude verte una vez más.

Shoto sostenía la mano del mayor contra su rostro, amaba sentir la calidez de su tacto, tenía miedo de que esa fuera la última vez. De pronto sintió como la mano del contrario se hacía más pesada dejando de tocarlo y al verlo a los ojos vió como este los cerraba cada vez más hasta hacerlo por completo.

—No...¡No! Por favor, no me dejes.—Pidió, se acurrucó en el pecho del mayor apretando con fuerza la capa de este.—Te amo.

Y el último pétalo de la rosa cayó. Kirishima y los demás lo vieron y no pudieron evitar llorar en ese momento. Shoto seguía sin soltar la capa de Katsuki, quería que todo lo que paso fuese una horrible pesadilla de la cual despertaría y estaría de nuevo con Kats leyendo juntos en la biblioteca.

Centellas de colores empezaron a caer desde el cielo y el cuerpo de Bakugo se elevaría un poco, Todoroki se alejó atónito ante lo sucedido. Ahora, aquella feroz bestia estaba cambiando, sus garras desaparecieron junto al pelaje que cubría gran parte de su cuerpo dejando solo su cabello rubio y puntiagudo, ya también no tenía esos filosos dientes de antes, estos pasaron a ser unos más normales y no tan afilados, la herida se cerró y pronto comenzó a descender al suelo lentamente y una vez ahí su capa lo cubrió.

Katsuki abrió los ojos con dificultad, se levantó y observó sus manos, no eran a como ya estaba acostumbrado a verlas, buscó la espada con la que había sido herido y vio su reflejo en esta, se sorprendió al instante al darse cuenta de que ya no era aquella temible bestia. Luego dirigió su vista al menor quien aún estaba en el piso mirándolo fijamente, parecía confundido.

—Shoto.—Se acercó y le extendió la mano.—Soy yo.

Todoroki lo examinó de arriba a abajo, aun estaba sorprendido, ¿era verdad lo que estaba viendo? A la Bestia transformada en el chico que había visto en el retrato la primera vez que entro al Ala Oeste. Se levantó del suelo con la ayuda de Katsuki, este era un poco más alto que el bicolor.

—¿Kats?—Miré sus ojos rubíes, eran los mismos con los cuales me miraba la bestia, los mismos que tanto me encantaban, sin duda era el.—¡Si, eres tú!

El menor emocionado tomó la capa del mayor y lo atrajo con fuerza hacia él para besarlo, esto tomó por sorpresa al mayor, no se esperaba nada de eso. Unos cuantos segundos después Shoto se separó un poco quedando cara a cara.

—¡Perdón! Supongo que debí preguntar  antes.—El menor estaba nervioso y avergonzado.

Bakugo solo rió, aún así no quedó satisfecho, quería más.

—¿Puedo?—Preguntó el cenizo.

—Todoroki entendió al instante y sus mejillas se sonrojaron más de lo que ya estaban.—Claro que si, Kats.

Bakugo no esperó más y besó los labios de Shoto, ambos lo habían esperado mucho tiempo, tal vez uno más que otro, adoraban ese nuevo contacto que estaban teniendo.

Lo que antes también era un sombrío castillo pasó a ser uno más brillante con colores suaves y las gárgolas que lo decoraban se transformaron en estatuas de ángeles.

El beso duró unos segundos hasta que se separaron, Todoroki se acurrucó en el pecho Bakugo más tranquilo.

—¡Funciono! ¡El hechizo se rompió!—Gritó lleno de emoción Kirishima ya en su forma humana y se lanzó para abrazar a la pareja.

—¡Si, por fin!—Se les unió la chica al abrazo.

—Es bueno ser humanos de nuevo.

—Tienes toda la razón, Iida.—Dijo Midoriya dándole un codazo al nombrado.

—¡Izuku!—El pelirrojo corrió emocionado hasta su pareja y lo abrazó levantandolo en el aire provocando risas por parte del otro.

—¿Qué están celebrando sin mi?

—¡Denki!—Gritó Mina abrazando al rubio.

Al día siguiente todo era felicidad en el castillo, para celebrarlo Todoroki propuso un banquete y un baile al cual estarían todos invitados.
Mina se ofreció a preparar la comida, Izuku junto a Iida se encargarían de los preparativos, Momo ayudaría con la ropa a Shoto al igual que Kirishima con Bakugo.
Al caer la noche ya estaba todo listo. Había mucha gente en el salón, la mayoría de ellos eran trabajadores del castillo y algún que otro pueblerino como Aizawa, el bibliotecario e Hizashi, el panadero.

Ahí estaban ellos en medio del salón bailando, Shoto que vestía su traje de príncipe azul y Katsuki su capa roja al igual que su camisa y el chaleco negro al igual que su pantalón.

El cenizo con una mano agarraba la cintura del menor y con la otra tomaba su mano, ninguno dejaba de contemplar al otro con amor, se dieron otro beso antes de continuar con su baile.

—Ay el amor.—Suspiró Kirishima. Izuku pasó por en frente de él y lo molestó con un plumero que tenía para luego mirarlo de forma coqueta.—Y hablando de amor...—Iba a ir detrás de Midoriya de no ser por Iida quien lo detuvo.

—Deberías dejar eso para más tarde, Kirishima, somos humanos de nuevo y estamos en una fiesta, hay que celebrar.

—Iida, mi querido amigo, yo tengo mis formas de celebrar algo.—Le dió codazos al otro.

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—¿Y vivirán felices por siempre, Mina?—Preguntó Denki.

—Claro que si.

—¿Tengo que dormir en la alacena?—Dijo en forma de burla provocando risas por parte de la chica.

—Ya basta, Kami. ¿Por qué no mejor te vas con el hijo del bibliotecario y el panadero?—Le miró de forma coqueta haciéndolo poner nervioso al contrario.—¿Shinso, verdad?

—Tal vez luego.

—Escuché que ya terminó sus estudios y que regresaría al pueblo después de mucho tiempo, dicen que se ha puesto muy fuerte y guapo ¿tu crees?

—¡Ya callate!—Exigió tapándose la cara por la vergüenza, la chica solo se rió ante la reacción del chico.

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—Mi pequeño hijo, espero que sea feliz con él.—Rei estaba siendo abrazada por su esposo.

—Así será, madre.—Habló la única hija.

—Estoy seguro de que él lo cuidara bien.

—Yo me aseguraré de eso, Natsuo.—Respondió Touya.

Siempre como el sol.
Surge la ilusión.
Fabula ancestral, música inmortal.
Shoto y Bestia son.