Martín

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Hola, soy Martín.
Tengo 23 años y soy estudiante de Medicina en una de las universidades más grandes y prestigiosas del país. Vivo en Dallas, Estados Unidos, en una casa grande y cómoda con mi familia: mis padres y mis cuatro hermanos.

Soy gay y tengo una pareja de 25 años. Lamentablemente, descubrí que me estaba engañando, aunque las señales estaban ahí, no las pude ver.

Crecí en un hogar lleno de amor y apoyo. Mis padres siempre me han inculcado valores como la honestidad, la responsabilidad y el respeto. Tengo una relación muy cercana con mis hermanos, somos como cinco amigos inseparables.

Estoy en mi quinto año de la carrera de Medicina. Me apasiona la idea de poder ayudar a las personas y mejorar su calidad de vida. Estudio con dedicación y esfuerzo, y estoy seguro de que lograré alcanzar mis metas.

Comencé una relación con mi pareja hace dos años. Al principio todo era perfecto, pero con el tiempo las cosas comenzaron a cambiar. Se volvió más distante, menos atento y comenzó a pasar más tiempo fuera de casa.
Una tarde que cambió mi vida
Era una tarde normal en la universidad. Caminaba por el campus cuando uno de los directivos me llamó. Me informó que me habían seleccionado para recibir una beca que me permitiría completar mis estudios de medicina en Seúl, Corea del Sur. La noticia me dejó sin aliento. Era una oportunidad increíble, un sueño hecho realidad.

Sin embargo, la alegría se mezcló con la incertidumbre. La idea de irme tan lejos de mi familia y amigos me llenaba de miedo. No quería dejar atrás mi vida en Dallas, mi ciudad natal.

Más tarde, me reuní con una amiga en una cafetería cercana. Intenté hablar con ella sobre la beca, pero no podía concentrarme. Mi mente estaba en otra parte. En un momento dado, no pude más y me disculpé. Salí corriendo de la cafetería y me dirigí a la casa de Ronald, mi novio.
Al llegar, lo encontré con Juan, uno de mis mejores amigos. Ambos estaban en actitud cariñosa. El mundo se me vino encima. Sentí una mezcla de dolor, rabia y traición. Sin dar explicaciones, salí corriendo de la casa.
Mientras caminaba sin rumbo fijo, las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar. La actitud distante de Ronald, sus llamadas y mensajes secretos, todo cobraba sentido. Me di cuenta de que había estado viviendo una mentira.
En ese momento, tomé una decisión. Aceptaría la beca y comenzaría una nueva vida en Corea del Sur. Dejaría atrás el dolor y la traición, y me enfocaría en mi futuro.

Lights in the DarkWhere stories live. Discover now