Pequeño secreto es una historia de romance prohibido, un profesor y una alumna no pueden ser mas que eso pero, ¿Que pasa cuando se cruza esa linea? La poca ética del profesor se ha borrado pero fue por algo que para el valio la pena, una joven chica...
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En la tarde del miércoles.
—No debió hacerlo, hubiese sido mejor que lo regañara solo.
Severus negó mientras caminaba a paso lento hacia la chica.
—Es que ese es el problema, ahora ya sabe que pasa si lo quiere volver a hacer —se detuvo algunos pasos a distancia de ella—y espero intuya que le irá peor la próxima vez.
Rachel niega con la cabeza mientras le sonríe—Lo se, gracias, profesor.
Severus le sonrió y cruzo sus brazos sin dejar de mirarla.
—Cambiando de tema, ¿Que es lo que debo hacer? Por eso estoy aquí, recuerde.
—Cierto —se aclaro la voz pero no la dejo de observar—, cierto, tenemos que trabajar.
La jovencita le sintió de regreso y miro hacia el escritorio el cual tenía encima algunos pergaminos.
—¿Calificaremos esos?
El profesor asintió con la cabeza sin prestarle mucha atención a lo que decía.
—¿Puedo tomarlos? —los señala.
Severus no dijo nada, parecía bobo mientras le veía y sonreía cerrado.
Rachel paso su manos de un lado al otro frente al rostro del mayor.
—¿Q-que? —contestó mientras comenzaba a reaccionar—Yo... Yo me... Perdón —solto un suspiro apenado y quitó sus ojos de ella, sus mejillas tenían un leve color carmesí el cual poco a poco se intensifica.
Rachel soltó una risita y muy en el fondo pensó en como su dulce profesor comenzaba a caer, caer como un pequeño ratón en una trampa.
—Que si puedo tomarlos —señaló los pergaminos nuevamente y el asintió mientras regresaba a su asiento.
La tarde prosiguió con ella calificando trabajos de grados menores y con el mirándola ocasionalmente con una pequeña sonrisa ladeada, en ocasiones bajaba levemente los papeles que tenía sostenidos para poder observarla mejor, su cabello algo desaliñado y sus labios moviéndose mientras leía en voz baja, en la mente de Snape una sola palabra resonaba como tambor: Linda, Linda, Linda.
Cuando el trabajo termino y ninguno de los dos tenía nada que hacer se quedaron platicando, desde el pasillo se podían escuchar pequeñas risas provenientes de la oficina e incluso cuando algunos alumnos pasaban se quedaban extrañados de el lugar donde provenían aquellos ruidos.
—¿Realmente te caiste, así sin más?
Snape carcajeo, no le entraba en la cabeza lo que la jovencita le estaba contando, sonaba tonto y torpe.
—Mi padre trato de evitar que cayera pero hizo que mi golpe fuera aún peor, parecía pelota rebotando contra el suelo —colocó un gesto divertido.
El profesor se tocó el estómago tratando de calmarse, sentía como poco a poco el aire se le terminaba y los jadeos para respirar se hicieron aún más presentes. Por un momento Rachel llegó a preocuparse del bienestar de Severus, se removió en su lugar aún mirándolo con un poco de diversión—Calme, profesor, o tendré que darle respiración de boca a boca cuando se desmaye.
